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Mario Valencia escenificó el bautizo de Jesús en las marrones aguas del río Rímac y quedó listo para hacer su tradicional ascenso al San Cristóbal, donde será crucificado.
Alonso Marín.

El Cristo peruano –o Cristo Cholo como lo conocen sus amigos– es un líder como pocos. “Lo primero que hice hoy fue pedirle al Señor, al Espíritu Santo, que me dé fuerza, que sea su voluntad realizar este bautizo”. Acompañan a sus palabras el sonido del agua contra las piedras, en el borde del río Rímac. Su mirada es tranquila, un centenar de personas celebraron su devoto y peligro acto, pues lo hace cerca de la fuerte corriente que una vez casi se lo lleva.

Días antes, Mario Valencia aún dudaba de seguir en el papel de Cristo y cumplir el bautizo y el Viacrucis. Los 80 integrantes de su grupo Emmanuelle también dudaban de su participación. Hasta hace algunos días, era poco probable que se hiciera presente en esta escenificación. Pero cumplió.

“¡Vamos!, ¡vamos con fe!, ¡vamos todos juntos!”, fueron sus gritos desde que el grupo saliera de la Municipalidad del Rímac. Más de cien personas lo acompañaron, dos policías les abrían el camino. Los curiosos señalaban a este Cristo peruanísimo, lo seguían y se interesaron por esta puesta en escena, que se repite, con igual o más emoción, todos los años.

¡Mario, tú puedes!

A la una de la tarde el Cristo Cholo llega al borde del río. Está agitado, pero muchos también lo están. En medio del calor abrumador caminaron por el jirón Loreto, cruzaron el puente Trujillo y pasaron por debajo de la alameda Chabuca Granda hasta las orillas del río, por el puente Rayito de Sol.

'Juan el Bautista' lo espera en las turbias aguas del río. Antes de bajar, da media vuelta. Todos callan, esperando las palabras que Valencia pronunciará. Alza sus brazos, mira al cielo y suspira. Sus más de 50 años le pesan quizás, pero su convicción es más fuerte que el cansancio del momento.

“¡Señor, que se haga tu voluntad!”, es lo último que dice antes de descender.

La gente teme que resbale por las piedras. “¡Se va a caer!”, “¡Que no lo haga!”, “¡Vamos, Mario, tú puedes!”. Los gritos, de más de cien personas, se mezclan mientras hace su complicado descenso. Su rostro parece ignorarlo todo, su mirada sigue fija en el camino.

Salta al río y el agua le llega a las rodillas. Saluda a Juan. Todo está listo. La gente aguarda en silencio mientras los demás actores entonan alabanzas a Dios.

Es en ese instante que Juan lo sumerge tres veces en las aguas marrones del río Rímac. La escenificación duró menos de 10 minutos. Al incorporarse lo ovacionan con fuertes aplausos todos los presentes.

"¡Eres grande, Mario!", "¡Bendito seas Cristo Cholo!", se escucha entre los gritos de los fieles que lo han acompañado. Una reportera quiere ganar protagonismo, hunde las piernas en el río y se retira avergonzada.

Una vez fuera, cuando todo parece haber culminado, los integrantes del grupo Emmanuelle se reúnen, hacen un círculo y el Cristo Cholo se sitúa al medio de ellos, nadie sabe qué va a pasar. Hasta que aparece Satanás.

Esta escenificación también narra la tentación del diablo a Jesús. La gente todavía observa intrigada el acto, con la esperanza de que Cristo triunfe. Y con el grito de "¡Apártate de mí, Satanás!" el diablo derrotado se oculta entre la gente y sale del círculo.
Otra vez se escucha el aplauso de la multitud, todos se abrazan, satisfechos por su trabajo. La labor ha culminado por ahora. Quedan las sonrisas y los abrazos. Mario Valencia volvió a la actuación y ya está listo para lo que viene.



Subirá al cerro

Pese a que anunció su retiro, sus ganas de seguir con la tradición le hicieron cambiar de parecer. "Caminaremos por las estaciones y subiremos al cerro San Cristóbal". El sueño que parecía improbable se hará realidad hoy desde las 10 am. Hará otra escenificación del Vía Crucis. 34 veces de esta labor que se le reconoce.

Valencia no se puede ir sin un último mensaje. El Cristo Cholo pide que esta Semana Santa sea el momento para que "las personas cambien, reflexionen, puedan tener un nuevo espíritu y así crezcamos como país".

Miles de fieles recorrieron las siete iglesias en el Centro de Lima

El tradicional recorrido por las 7 iglesias abarrotó el Centro de Lima. Los fieles hicieron la travesía en honor a las 7 caídas de Jesús en su camino al Calvario. Se llenaron los más emblemáticos templos como el de Las Nazarenas, Santa Rosa de Lima, Santo Domingo, La Merced y la Catedral de Lima.

Ayer, Jueves Santo, también se renovaron los votos de los sacerdotes en la Misa Crismal, celebrada por el arzobispo, en la que se expresó la renovación de sus promesas ante Dios.

Hoy, la imagen del Señor de los Milagros saldrá del Convento de Las Nazarenas a la Catedral de Lima, desde las 6 de la mañana.
Hoy también se escenifica el Viacrucis en el cerro San Cristóbal y en Comas.

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