Se trata de Adrián Novillo. El adolescente salía de un boliche del partido de Quilmes, cuando un grupo de violentos lo atacó para quitarle sus pertenencias. Después de 13 días, murió. Sus amigos y familiares reclamaron Justicia.
Adrián Novillo tenía 16 años, era un hincha fanático de River y estudiaba en un colegio religioso de Quilmes, ciudad en la que vivía con sus padres. El sábado 14 de junio fue a bailar con un grupo de amigos a un tradicional boliche en la avenida Calchaquí al 3000. Tras una noche de diversión, su salida del local se transformó en una pesadilla: al caminar por las inmediaciones del lugar rumbo a su hogar fue atacado por una patota que le sustrajo sus pertenencias y lo molió a patadas. Por la golpiza el adolescente estuvo internado en terapia intensiva durante dos semanas, hasta que este fin de semana perdió la vida. Sus padres marcharon en el mediodía del lunes hacia la fiscalía, donde prestaron declaración ante la justicia. Por el caso hay un solo sospechoso, un menor de edad que por el momento permanece detenido.
La Fiscalía Juvenil Penal Nº 1 de Quilmes fue escenario de una masiva movilización que protagonizaron familiares, amigos y vecinos de Adrián, quienes reclamaron justicia y cárcel para los responsables del homicidio. “La causa pasó ahora a manos de una fiscal de menores que investiga lo que pasó esa noche. Nuestro miedo es que quede libre el único detenido. Entre 8 le dieron una terrible paliza a mi hijo, que estuvo luchando 14 días internado”, relató angustiada Karina, madre de la víctima, quien también reprochó a las autoridades judiciales que “en ese tiempo no movieron un solo dedo”.
El sabado a la tarde Adrián, Chubi como lo llamaban sus seres queridos, falleció tras una larga agonía. Las lesiones internas causadas por los feroces golpes que recibió, fundamentalmente el estallido del duodeno en el intestino delgado, fueron demasiado para su cuerpo. “La única certeza que tengo es que mi hijo salió del boliche y llegó a mi casa bañado en sangre. ‘Mamá me robaron acá a tres cuadras’, me dijo y me contó que le pegaron entre varios”, agregó la mujer llorando al recordar esos tristes instantes. El jovencito tocó a la puerta de su domicilio descalzo, sin su billetera ni su celular. De inmediato fue trasladado a una clínica privada cercana, en la que los médicos hicieron todo lo posible para salvarlo, incluso lo operaron en 3 oportunidades. Pero su corazón no resistió y dijo basta.
Según la familia Novillo, el imputado sería un conocido del barrio apodado “rasta” de la misma edad que Adrián, quien además sabe artes marciales y las habría utilizado en su afán de lastimarlo. Los padres de la víctima también denunciaron haber sufrido amenazas del mismo celular que le habían quitado a su hijo. “Recibimos mensajes que decían que íbamos a aparecer en un cajón”, aseguró Karina, que a las pocas horas efectuó la denuncia en la comisaría 9na. “La policía y la fiscalía Nº 2 -la primera que intervino en la causa- ni siquiera rastrearon el GPS para dar con los asesinos”, se quejó indignada y recordó que la dra. María Julia Botasso tiene en su poder todas las pruebas, como un audio en el que los atacantes cuentan detalles de la golpiza “como si fuera una hazaña”.
Compañeros de Chubi en el Instituto Manuel Belgrano, donde cursaba sus estudios secundarios, interrumpieron el tránsito frente a la fiscalía en la calle Alberdi al 200, para acompañar a sus familiares. A su vez, solicitaron a las autoridades del colegio que declaren el luto por su muerte. El domingo ya se habían movilizado a las puertas del boliche exigiendo justicia para que el caso no quede impune. El reclamo continúa.