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Un joven pescador llamado Pardin, de 21 años, encontró mientras estaba trabajando algo que le dejó con la boca abierta, según él, era un ángel caído del cielo. Pardin recogió a su ángel y se lo llevó a casa. Todo esto sucedió en Indonesia durante un eclipse solar.


La madre de Pardin se encargó del ángel, le puso una blusa, un hiyab y lo sentó en una silla. A los pocos días se corrió la voz por todo el pueblo situado en la isla de Banggai. Los medios locales interpretaron la historia a su modo, según ellos, Pardin se encontró el ángel varado y llorando en el mar.

En Indonesia muchas personas son religiosas, de hecho es el país musulmán más poblado del mundo. Para ellos, los eclipses solares como el ocurrido el pasado 12 de marzo son espirituales, de ahí que el encuentro con el supuesto ángel no fuera una casualidad.



La policía local se hizo eco de la noticia y fueron a casa de Pardin, una vez allí comprobaron si era real el ángel encontrado por el joven pescador. Heru Pramukarno, jefe de la policía, desveló el misterio, el ángel realmente era un juguete sexual, una muñeca hinchable. Para evitar malentendidos el jefe la de la policía decidió requisar la muñeca. Una historia cuanto menos surrealista.