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La mayoría de las personas que conozco poseen personalidades muy diferentes. Varía desde el aficionado que no se pierde un partido de su equipo favorito hasta el poeta perdido en sus audífonos durante horas interminables. Lo curioso de esta masa de personas es que me encuentro justo en el centro de ella. A esto se le podría llamar ser “Hipster”?
No lo creo posible. Ser “Hipster” (este movimiento tan controversial y mutable que toma su lugar entre las juventudes urbanas) implicaría estar a la vanguardia en varios aspectos de la moda y la música en los cuales, prácticamente, soy un ignorante. Leer libros que a duras penas entendería o les prestaría atención.
No lo niego, soy un devoto del café con canela y cigarrillos, pero eso no me convierte en “Hipster”. A decir verdad, mucha gente me ha cuestionado si pertenezco a esta “tribu” urbana, pero generalmente les respondo que solamente estoy siendo yo mismo. Nunca he tenido la intención de pertenecer, aunque me ha llamado la atención la manera en que esta se comporta.
Muchos de nosotros nos identificamos con algunas tribus urbanas de hoy en día o incluso del pasado (el Bebop o el Bohemio) pero nunca dejamos de ser individuos. Al final la decisión de formar parte de un movimiento o no viene siendo nuestra, pero aun formando parte de alguna, siempre buscamos resaltar en ella, recalcando nuestra individualidad.
Por eso les digo que no es necesario ser “Hipster” para ser original, ya que la originalidad siempre viene en cada uno de nosotros (en un tweet, en cada post taringuero, incluso en ese chiste que hace reír a nuestros amigos) Así que, ¿para qué volvernos “Hipsters” cuando podemos seguir siendo nosotros mismos?

@Abundiz93