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Nueve veces Veronica


Esto es justo lo que nunca debes hacer: ponerte frente al espejo y repetir nueve veces seguidas el nombre de Veronica.
No serías el primero que se rie al conocer esta historia, que lleva circulando por el mundo desde hace varias décadas. Muchos antes que tu han pensado que se trataba de un cuento chino y se han burlado, pero otras personas aseguran que quienes no han hecho caso de la advertencia y han aceptado el desafí­o, han cargado con una maldición terrible.
¿Quien es Veronica? O mejor dicho: ¿quien era? Se trataba de una chica de 14 años que, estando en el pueblo con sus amigos, hizo espiritismo en una casa abandonada. Todo el mundo sabe que es algo tremendamente peligroso y que jamás debe tomarse como un juego. Ella no siguió las reglas de los fantasmas, se burló durante toda la invocación y una silla que había en la habitación cobró vida y la golpeó mortalmente en la cabeza.
Sin embargo, Verónica aun no descansa en paz. Su espi­ritu esta condenado y vaga buscando venganza entre aquellos que no saben respetar el Mas Alla¡, como le sucedía a ella en la vida real.
Ana era una chica de la edad de Verónica que conoció la leyenda en su instituto. Sus amigos la picaron, diciendole que no se atrevía a decir 'Veronica' nueve veces ante el espejo. A ella le daba miedo, pero venció su terror porque le avergonzaba quedar mal ante todo el mundo. Una compañera fue a los servicios de esa planta del instituto para comprobar, entre risas, si cumplía la prueba.
Lo hizo, no paso nada y el grupo lo olvidó enseguida. Menos Ana. Para ella la auténtica pesadilla comenzó esa misma noche. Estaba en la cama, cuando un sonido la despertó. No se trataba de un estrépito, sino de una especie de susurro indescifrable que oía cerca de la nuca, mientras sentía como si alguien respirara en su cuello. Aterrada, se levantó y encendió la luz. Alli­ solo estaba ella. A pesar de eso, no pudo dormir en toda la noche. Al diía siguiente, no se atrevió a contarselo a nadie. Estaba muerta de miedo, y en medio de la clase tuvo que salir al servicio para mojarse la cara y despejarse. Pero cuando entró al baño, hací­a mucho frí­o (como estaban en invierno no le dió importancia) y una capa de vaho cubría el espejo. Ana lo limpió con la mano para comprobar horrorizada que tras ella habí­a una chica que no había visto jamás, con una expresión de espanto y sangre en la cabeza. Fue solo un instante. Cuando se volvió a mirar, ya no habí­a nadie. Ana rió nerviosamente, pensando que todo era fruto de su imaginación, los nervios y el cansancio. Sin embargo, cuando se volvió hacia el espejo vio algo que la dejo helada. Al borrarse el vaho una frase habi­a permanecido escrita: 'Soy Verónica. No debiste invitarme a volver'.
Ana no pudo soportarlo. Hoy pasa sus dias encerrada en un manicomio, y solo habla para jurar y perjurar que el fantasma de Verónica la sigue atormentando.


El diablo en el espejo



Bueno, aquí comienza mi relato, que le ha ocurrido a un amigo mío.

Estabamos todos tomando unas copas en un bar de Oviedo, mi ciudad. Estabamos de risas y bebiendo lo normal, cuando apareció un chaval moreno, de unos 16 años, como nosotros. Pablo, uno de mis amigos que allí se encontraban, le saludó, puesto que eran amigos. Se sentó con nosotros y hablamos durante unas horas.

Al cabo de unas, más o menos, 3 horas, el tema de conversación pasó a ser historias de miedo, puesto que ya había anochecido y nos encontrabamos ahora en un botellón en un descampado. Nos contabamos historias terroríficas y acabamos realmente asustados. Entonces Safías, el chaval gótico amigo de Pablo, dijo que conocía una forma de ver al Diablo. Le escuchamos con, la verdad, una atención de cuando te cuentan un chiste. El procedimiento que hay que seguir es el siguiente:

(Textualmente)"En Nochebuena, justamente a las 12 de la noche, el Diablo hace la inspección en la Tierra, la única en el año, así que si queremos verle tiene que ser ese mismo día a esa misma hora. Vete al baño, puesto que es el lugar más propicio para realizar el evento, y cierra la puerta. Enciende 12 velas, al poder ser negras, y situate enfrente del espejo. Cuando quede poco para que sean las 12, cierra los ojos y situate, como dije antes, enfrente del espejo. Mantenlos cerrados hasta que quede solo una campanada de las doce que debe sonar. En ese segundo verás al Diablo en el espejo"

Todos nos lo tomamos a broma, pero David, otro amigo con el mayor valo que he visto nunca, dijo que lo haría sin problema. Estabamos a 20 de Diciembre, así que en cuatro días lo haría, solo pedía que hubiese un testigo, y que sería en su casa. Ese testigo fui yo.

24 de Diciembre, las 23:55. Todo preparado y nadie que nos moleste. Entró David solo, yo tengo mucho miedo a esas cosas. Se cerró la puerta y esperé sentado afuera. Las campanadas sonaron, y yo estaba al acecho de que algún ser estuviese espiando para darme un susto, pero no pasó nada. Suspiré, aliviado, y llamé a Pablo. No contestó. Atemorizado, abrí la puerta de un golpe, y encontré a David en el suelo, agarrandose el corazón. Y en el aire se olía el inconfundible rastro del azufre. Llamé a la ambulancia a toda prisa y como pude, y se lo llevaron al hospital.

Le diagnosticaron un infarto al corazón a causa de un sobresalto, una crisis nerviosa. Yo no pude dormir durante meses, hasta que fui tratado por un psicólogo. Cuando por fin David se recuperó, me dijo a mí sus primeras palabras:

"Lo he visto . . . Tengo mucho miedo"

Ahora ya he conseguido dormir, pero david no es ya el mismo. Recuperó algo de su vitalidad, pero aún se le nota muy apagado, triste. Dicen que es porque el infarto lo deja a uno mal. No fue eso: fue lo que vió en el espejo. Y estará así hasta que se muera



El origen de la llorona



Sin duda una de las historias de miedo mas antigua y popular en México es la leyenda de La Llorona, la cual habla de una mujer de blanco que pasea por las calles de la ciudad exclamando ¡Ayyyyy Mis hijos! Tristemente el folclor y la historia en si, se han ido perdiendo con el tiempo a tal grado que llegan a contarla o platicarla de manera lacónica y en menos de 1 minuto como yo lo hice en las primeras letras de este escrito.

Incluso en Internet es difícil encontrar información completa de esta leyenda, una de las páginas con mayor información (www.lallorona.com) esta en ingles (irónico ¿verdad?). Sin embargo existen tantas y tan ricas variaciones de la leyenda que me he propuesto recopilarlas con la intención que no queden en el olvido. Pasemos pues a la Leyenda.

En la época del Ahuizotl (aproximadamente en el año 1502) se avistaba en el lago de Texcoco una figura blanca, casi espectral la cual daba tremendos gritos y lamentos que se extendían en el agua, y se escuchaban en los templos, asi como en el Teocali palacio del emperador Moctezuma o Montezuma:
Los cuatros sacerdotes aguardaban espectrantes.

Sus ojillos vivaces iban del cielo estrellado en donde señoreaba la gran luna blanca, al espejo argentino del lago de Texcoco, en donde las bandadas de patos silenciosos bajaban en busca de los gordos ajolotes.

Después confrontaban el movimiento de las constelaciones estelares para determinar la hora, con sus profundos conocimientos de la astronomía.
De pronto estalló el grito....Era un alarido lastimoso, hiriente, sobrecogedor. Un sonido agudo como escapado de la garganta de una mujer en agonía. El grito se fue extendiendo sobre el agua, rebotando contra los montes y enroscándose en las alfardas y en los taludes de los templos, rebotó en el Gran Teocali dedicado al Dios Huitzilopochtli, que comenzara a construir Tizoc en 1481 para terminarlo Ahuizotl en 1502 si las crónicas antiguas han sido bien interpretadas y parecio quedar flotando en el maravilloso palacio del entonces Emperador Moctezuma Xocoyótzin.

-- Es Cihuacoatl! -- exclamó el más viejo de los cuatro sacerdotes que aguardaban el portento.

-- La Diosa ha salido de las aguas y bajado de la montaña para prevenirnos nuevamente --, agregó el otro interrogador de las estrellas y la noche.

Subieron al lugar más alto del templo y pudieron ver hacia el oriente una figura blanca, con el pelo peinado de tal modo que parecía llevar en la frente dos pequeños cornezuelos, arrastrando o flotando una cauda de tela tan vaporosa que jugueteaba con el fresco de la noche plenilunar.

Cuando se hubo opacado el grito y sus ecos se perdieron a lo lejos, por el rumbo del señorío de Texcocan todo quedó en silencio, sombras ominosas huyeron hacias las aguas hasta que el pavor fue roto por algo que los sacerdotes primero y después Fray Bernandino de Sahagún interpretaron de este modo:

"...Hijos míos... amados hijos del Anáhuac, vuestra destrucción está próxima...."

Venía otra sarta de lamentos igualmente dolorosos y conmovedores, para decir, cuando ya se alejaba hacia la colina que cubría las faldas de los montes:

"...A dónde iréis.... a dónde os podré llevar para que escapéis a tan funesto destino.... hijos míos, estáis a punto de perderos..."

Al oir estas palabras que más tarde comprobaron los augures, los cuatro sacerdotes estuvieron de acuerdo en que aquella fantasmal aparición que llenaba de terror a las gentes de la gran Tenochtitlán, era la misma Diosa Cihuacoatl, la deidad protectora de la raza, aquella buena madre que había heredado a los dioses para finalmentente depositar su poder y sabiduría en Tilpotoncátzin en ese tiempo poseedor de su dignidad sacerdotal.

El emperador Moctezuma Xocoyótzin se atuzó el bigote ralo que parecía escurrirle por la comisura de sus labios, se alisó con una mano la barba de pelos escasos y entrecanos y clavó sus ojillos vivaces aunque tímidos, en el viejo códice dibujado sobre la atezada superficie de amatl y que se guardaba en los archivos del imperio tal vez desde los tiempos de Itzcoatl y Tlacaelel.

El emperador Moctezuma, como todos los que no están iniciados en el conocimiento de la hierática escritura, sólo miraba con asombro los códices multicolores, hasta que los sacerdotes, después de hacer una reverencia, le interpretaron lo allí escrito.

---Señor, -- le dijeron --, estos viejos anuales nos hablan de que la Diosa Cihuacoatl aparecerá según el sexto pronóstico de los agoreros, para anunciarnos la destrucción de vuestro imperio.

Dicen aquí los sabios más sabios y más antiguos que nosotros, que hombres extraños vendrán por el Oriente y sojuzgarán a tu pueblo y a ti mismo y tú y los tuyos serán de muchos lloros y grandes penas y que tu raza desaparecerá devorada y nuestros dioses humillados por otros dioses más poderosos.

--- Dioses más poderosos que nuestro Dios Huitzilopochtli, y que el Gran Destructor Tezcatlipoca y que nuestros formidables dioses de la guerra y de la sangre? -- preguntó Moctezuma bajando la cabeza con temor y humildad.

--- Así lo dicen los sabios y los sacerdotes más sabios y más viejos que nosotros, señor. Por eso la Diosa Cihuacoatl vaga por el anáhuac lanzando lloros y arrastrando penas, gritando para que oigan quienes sepan oír, las desdichas que han de llegar muy pronto a vuestro Imperio.
Moctezuma guardó silencio y se quedó pensativo, hundido en su gran trono de alabastro y esmeraldas; entonces los cuatro sacerdotes volvieron a doblar los pasmosos códices y se retiraron también en silencio, para ir a depositar de nuevo en los archivos imperiales, aquello que dejaron escrito los más sabios y más viejos.

Aquellos hombres de Oriente no eran mas que los españoles dirigidos por Hernan Cortez y despues de la caída de Tenochtitlán tanto aztecas como los pueblos subyugados por ellos sufrirían las mas grandes atrocidades jamas vistas. Las mujeres serían violadas, los hombres asesinados y sus dioses olvidados a excepción de La llorona...



El septimo piso



Esto es real es más que una leyenda urbana. La locura es muy peligrosa en esta y en la otra vida.

Bien se sabe que en los hospitales hay muchas historias pues es un umbral de la muerte, mientras se esta acostado en una camilla personas con batas blancas a tu alrededor de ellos tienen el control de tu vida y cada decisión que toman puede ser benéficas o fatales para ti.

La historia comienza en un séptimo piso de un hospital en Monterrey (México), todo era normal nada fuera de lo común pero un día una enfermera sufrió la perdida de su esposo e hijos, dejándola sola llegó a pensar que había ocurrido por estar demasiado tiempo atendiendo a los enfermos.

Ella culpaba a los enfermos por su pérdida, buscó venganza en cada habitación y la situación de salud de los pacientes empeoraba y morían uno tras otro. Nadie sabía que es lo que ocasionaba la muerte de los pacientes.

Un día un doctor sorprendió a esta enfermera suministrando un medicamento dañino a un paciente, trató de detenerla pero ella se dio a la fuga, en su intento de escapar no encontró salida y se refugió en el cuarto de limpieza, se ocultó en la esquina de aquel cuarto y se cortó las venas, se suicidó.

Pasó el tiempo y todo paciente que era atendido en el séptimo piso moría por situaciones desconocidas; un paciente grito histéricamente, fue atendido de inmediato al verlo el estaba aterrorizado pues dijo haber visto una enfermera con aspecto pálido, varios pacientes doctores y enfermeras habían visto lo mismo. Así que los dueños del hospital no tuvieron más remedio que clausurar el séptimo piso.

Esto es real, aun el piso esta clausurado y si vas por el elevador al presionar el numero 7 hace caso omiso y no se puede parar en la planta. Por las escaleras las puertas están selladas para que nadie pase...



Miedo al autoestopista



Un automovilista va conduciendo por una carretera, cuando ve a un hombre joven con el pulgar levantado. Al disminuir la velocidad para recogerlo queda consternado al ver que detrás de los arbustos o árboles de la carretera asoman dos o tres compañeros suyos.

Considerando quizá que están abusando de su generosidad, o tal vez alarmado ante la posibilidad de que se trate de una banda de ladrones, el conductor decide en el último momento no recogerlos. Los viajantes se encuentran ya bastante cerca del coche, pero el conductor pisa el acelerador a fondo y se aleja tan rápido como puede. Los viajantes parecen enojados: gritan y chillan mientras el automovilista se aleja. Feliz de haber logrado escapar a tiempo, el conductor sigue su camino unos kilómetros sin detenerse. Después, al comprobar que el indicador de la gasolina se acerca al cero, se para en una estación de servicio.
Acto seguido observa que el operario de la estación de servicio, lívido como la cera, se aparta horrorizado del coche. El conductor baja para ver qué es lo que pasa, y queda paralizado de horror ante lo que ven sus ojos.

Atrapados en una de las manijas de la puerta hay cuatro dedos humanos.



La hija del diablo



Hola, mi nombre es Camila y tengo 16 años, la verdad es que viví con gente de carne y hueso hasta los trece años, pero durante estos tres y los que me quedan de vida voy a vivir en la oscuridad, en espera de que algun día llegue alguien o algo que me saque de aquí.

Comenzaré por contarles como llegué donde me encuentro, resulta que mi madre fue soltera y yo nunca conocí a mi padre y ella tampoco quiso hablarme algo de él, solo esquivaba mis preguntas diciéndome “no te gustaría saberlo” y reía, solo logré obtener su nombre, antes que me dijera que había fallecido.

El día 17 de mayo, un día antes de mi cumpleaños, se me ocurrió salir a dar una vuelta con mis amigas a la higuera del cementerio, a ellas les pareció genial y me acompañaron, llegamos a la higuera pero esta ya había sido ocupada, por otros chicos que estaban haciendo una sesión espiritista, a nosotras nos pareció atractivo quedarnos a mirar, ellos nos invitaron a formar parte y aceptamos de buena gana.

La sesión al principio fue un chiste, todo el tiempo eran risas y mas risas, una de las chicas del otro grupo preguntó si conocíamos a algún muerto para convocar su espíritu, después de darle varias vueltas a mi cabeza decidí dar el nombre de mi padre, al grupo le pareció bien y empezamos a llamarlo.

Paso un buen rato y no sucedía nada, cuando de repente... la aguja comenzó a moverse de un lado al otro, estaba como loca, luego empezó a girar en círculos, todos los que estábamos ahí no sabíamos que hacer, luego uno de los presentes me dijo que le dijera algo porque era mi padre, la verdad a mi no se me ocurría nada y le dije “ Muéstrate”... nunca debería haber dicho eso...

La higuera en donde estábamos empezó a agitarse y desde la copa del árbol, se podía divisar una sombra muy rara esta comenzó a bajar y ya luego se podía divisar mucho mejor, era una especie de dragón con forma de hombre, todos los que estábamos ahí entramos en pánico, no sabíamos que hacer, si correr, si gritar o solamente quedarnos quietos como estatuas; algunos entraron en trance, otros simplemente comenzaron a arrojarle piedras, lástima que ninguna le hacía daño. La bestia seguía caminando en dirección hacia a mi, yo estaba paralizada, todo mi cuerpo temblaba, mis manos estaban sudorosas, creo que eso era el verdadero miedo, la bestia cada vez se acercaba más y más, cuando ya estaba frente a mi cara, soltó una carcajada horrenda, que dejo en mis oídos un pequeño pito, mi cuerpo aun no recobraba el movimiento, estaba estático, yo solo quería gritar, quería por fin librarme del terror que me embargaba, pero no podía.

Todo el grupo miraba a la bestia, una de mis amigas comenzó a rezar, y el resto la siguió, la bestia se volvió hacia ellos y los arrojó lejos, al ver esto ya sabía con quién me enfrentaba, era ni más ni menos que lucifer...

El demonio nuevamente se acercó donde mi y me dijo...”¿¿Querías conocer a tú padre??, pues aquí está”, al escuchar esto, me desvanecí y desperté en este lugar horrible donde solo reina la oscuridad, y la única luz que veo es la de mi alma, que sigue viva en las tinieblas.

Solo me queda pedir...AYUDA!!!



Hstoria de un hombre lobo



Si alguien lee esto

solo le pido que rece por mí...

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Todo comenzó en el invierno de 1.993. Yo tenía 24 años y era una persona normal, joven y alegre. Había viajado solo al pueblo de mis padres en Zamora para asistir al entierro de una tia de mi padre que había fallecido a los 84 años de edad.

Llegué cuando todo había terminado. Pedi disculpas a mi abuelo por no poder haber llegado antes, pero es que todo había sido tan precipitado. Las campanas tocaron a muerte, y un escalofrio recorrió mi cuerpo.

Comenzaba a anochecer y el frio se notaba cada vez más; además había empezado a nevar. El pueblo parecía ser un pueblo fantasma. Me dirigia a casa de mi abuelo que está alejada de las demas casas, y entonces lo escuché nitidamente.

Era un aullido, un tremendo aullido de lobo. Sentí un aliento fetido a mis espaldas; me di la vuelta y entonces lo vi; era un tremendo lobo negro. Sus ojos tenian un brillo asesino y sus fauces abiertas buscaron mi cuello.

En un instante se abalanzó sobre mi y me tiró al suelo. No podía zafarme, tenía mucha más fuerza que yo. Sentí el primer mordisco y después escuché un disparo.

Cuando desperté me encontraba en casa de mi abuelo. El había sido el autor del disparo. Pregunté por el lobo; y mi abuelo me lo enseñó. Alli estaba, muerto. Era un ejemplar tremendo, quizas su peso llegara a los 70 kilos.

Me toqué el cuello; me dolía la herida que me había producido la terrible alimaña.

Mi abuelo me trajo la cena y al poco rato me fui a la cama y me quedé profundamente dormido. Soñé con el tremendo lobo, me miraba, sus ojos eran claros y me sentí relajado.

Me desperté no se a que hora de la madrugada. Me seguía doliendo la herida del cuello. Me acerque a un espejo para mirarme y entonces mi sangre se heló en las venas.

Me toqué las orejas y me dí cuenta que eran puntiagudas; mis ojos ya no eran azules, sino marrones y oblicuos, mi nariz era un largo y tremendo hocico, y mis manos....

¡Dios, mis manos no eran manos, se habían convertido en unas horribles garras, garras de lobo... Y mi cuerpo estaba lleno de un pelo duro y negro...

¡Me había convertido en pocas horas en un hombre-lobo... Era una locura; una tremenda locura, pero asi era; y ahora sentía unas ganas tremendas de comer ¡carne fresca!.

Escuché un ruido en la otra habitación; era mi abuelo que estaba roncando, me acerqué a su cama, lo agarré por la cabeza y le mordí en el cuello; la sangre empezó a salir a borbotones y yo comía su carne con tremendo apetito.

Después de esto, me acerqué a la ventana y miré la luna ¡Estaba llena y me miraba! Un aullido lastimero salió de mi garganta.

Era la primera muerte de las muchas que tendría que llevar a cabo al haberme convertido en un monstruo sediento de sangre y carne humana.

Me desperté con un dolor de cabeza increible y un sabor agridulce en la boca. Me toqué con los dedos la comisura de los labios y noté que tenía algo que parecía reseco; entonces me dí cuenta de lo que era. ¡Sangre!...

Miré a mi alrededor y ví que estaba totalmente desnudo al lado de mi pijama que estaba tirado en el suelo y totalmente destrozado.

¿Qué extraños sucesos habían ocurrido la noche anterior?...

Fui a la habitación de mi abuelo. Lo que vieron mis ojos parecía una pesadilla. Alli estaba el viejo o lo que quedaba de él; toda la habitación estaba ensangrentada. ¿Quién había hecho aquella atrocidad?. La respuesta no quería aceptarla mi cerebro.

Han pasado ya dos meses desde aquellos terribles acontecimientos y cada plenilunio se repite el mismo ritual. ¡Debo salir a buscar carne humana. He leido bastante en este tiempo sobre la licantropia, esa tremenda enfermedad que me ha convertido en una bestia asesina; en todos los libros dice lo mismo:

"Al hombre-lobo debe matarlo alguien que lo ame y sienta mucho cariño por él; y debe hacerlo disparandole al corazón una bala de plata o en su defecto un cuchillo plateado"...

Dire también que en este tiempo he conocido a una muchacha; yo siento verdadera pasión por ella y me parece que ella también siente lo mismo por mi. ¡Dios mio!, cada vez que hay luna llena debo buscar cualquier pretexto para no verla todo ese tiempo.

Es una locura, pero debo decirselo, debo contarle en lo que me he convertido...

Ella lo comprenderá; será esta noche. Tengo preparado ya el puñal...

Esta carta se encontró al lado del cadaver de un joven con un puñal de plata clavado en el corazón.

Junto a él una joven que confesó haber sido la persona que lo había matado.El motivo....

"Dijo que aquella noche él se había convertido en un hombre-lobo"....




El Chupacabras



La mañana del día 22 de marzo se tiñó de rojo en una pequeña granja al sur de Texas. La familia Kemper observó con horror un terrible espectáculo de sangre; 20 cabras habían sido asesinadas en su propio corral, la única señal que dejó el asesino fueron dos pequeños orificios a la altura del cuello, de los cuales absorbieron tanta sangre que acabaron con la vida de estas 20 cabras.


Erica: Talvez fue un perro salvaje.
Mike: Eso no lo hace un perro salvaje y tú lo sabes. Talvez fue ese monstruo que hace algunos años pasaban en las noticias. ¿Lo recuerdas? El ?chupacabras?.
Erica: Sinceramente no lo creo. El supuesto ?Chupacabras? no era más que un invento del gobierno para desviar la atención de la gente de cosas mucho más importantes.


Mike se sentía preocupado, temía por su pequeña hija Carol de 7 años y por su esposa Erica. Sus vecinos más cercanos se encontraban a 20 kilómetros, si algo sucediera sería muy difícil conseguir ayuda.

Esa noche, Mike colocó una silla fuera de su casa, frente a la puerta, y con escopeta en mano se sentó a vigilar al resto de su ganado.

Horas más tarde, un auto se acercaba a casa de Mike, era Ben, su vecino. Entraron la casa a platicar.

Mike: Así que a ti también? ¿Cuántas fueron?
Ben: 12 cabras y mi perro Demon. ¿Qué e Mike? ¿Qué está matando al ganado?
Mike: No lo sé. No lo sé pero juro que lo atraparé y mataré con mis propias manos.

En ese momento espantosos berridos sucumbieron el lugar, se trataba de las vacas, alguien o algo las estaba atacando.

Inmediatamente salieron y se dirigieron al corral, es un caos total, las reses corrían sin parar y no se podía ver al atacante. Erica encendió la luz y el lugar quedó iluminado por completo, pudieron ver a la criatura.

Mike: Madre santa de Dios ?

Era la criatura más horripilante que había visto en su vida! Tenia básicamente la apariencia de un canguro, sus patas traseras eran iguales, pero tenia unas enormes y afiladas garras, su cabeza parecía de un lobo, su rostro era horrible, sus ojos eran enormes y rojos, parecían estar inyectados de sangre, de su hocico brotaban dos enormes colmillos, y de la cabeza a la cola salían enormes espinas, era peludo y grande como un perro San Bernardo.

Mike inmediatamente le disparó pero no logró herirlo, corrió hacia la oscuridad y se perdió en ella. Erica se metió a la casa y subió a esconderse junto con su hija, mientras Mike y Ben buscaban al monstruo.

De entre las tinieblas saltó la horrible criatura sobre Ben mordiéndole ferozmente el cuello, lo tumbó al suelo se lo arrastró hasta perderse nuevamente en la oscuridad. Mike no pudo detenerlo, ni siquiera pudo verlo, solo escuchaba los alaridos de terror de Ben.

Mike se encontraba en el centro del corral, el único lugar que se encontraba iluminado.

Mike: Acércate maldito bastardo ?


La lámpara que se encontraba justo encima de el empezó a tambalearse, hasta que se apagó. El Chupacabras había roto a planta de energía que daba luz a lugar, ahora si se encontraba en una oscuridad total.

Antes de que Mike pudiera hacer nada, el chupacabras lo tomó del brazo dándole tremenda mordida, Mike no podía liberarse de el, hasta que tendido en el suelo logró dispararle en el abdomen. La criatura ya mal herida, no pudo escapar, Mike nuevamente le disparó pero ahora perforándole el cráneo.

Para asegurase de que en realidad El Chupacabras había muerto, lo bañó en gasolina y le prendió fuego.


fuente: http://relatos.escalofrio.com/