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Comer como en las cavernas o alimentarse sólo a base de papilla de bebé son algunas de las cosas más raras que podés hacer para perder de peso. ¿Te animarías a llevarlas a cabo?

Todos alguna vez intentamos perder peso por medio de alguna dieta insólita que leímos en una revista o escuchamos en un pasillo, pero seguramente ninguna sea tan extraña como las que vienen a continuación:




La dieta del factor sanguíneo. Se basa en la idea de que hay un plan alimenticio especial para cada tipo de sangre que ayuda a tener una vida más saludable. Por ejemplo, los de grupo sanguíneo A necesitan comer más vegetales y no comer carnes rojas, mientras los de B son los únicos que pueden consumir productos lácteos.

La dieta de las 4 horas. Ésta empieza con una consigna conocida: dejar los carbohidratos, las papas y el cereal; y reemplazarlos con muchas legumbres, carnes y vegetales durante seis días. La complicación aparece el séptimo día, cuando corresponde comer sin parar hasta que el ritmo del metabolismo se disminuya por falta de calorías. Para que resulte aún más confusa, su creador recomienda tomar dos copas de vino por día para quemar grasas.

La dieta de comida de bebé. Consiste en reemplazar los platos de adulto por 14 potes de comida de bebe, de esas papillas que vienen preparadas y contienen puré de vegetales, carnes y frutas. ¿La razón? Las porciones son chicas y evitan la posibilidad de seguir comiendo. Además, no contienen aditivos, sólo vitaminas y nutritivos.

La dieta de los cinco bocados. Esta es probablemente la más extrema y simple: comer lo que sea pero sólo cinco mordiscos. Se supone que el que la practique se acostumbrará a los pocos días a la cantidad. ¿Helado? Sí. ¿Hamburguesas? Claro. ¿Pizza? También. Pero cuidado con abrir demasiado la boca y hacer trampa.

La Paleo Dieta. ¿Qué comían los humanos hace 10.000 años? Pescado, carne, vegetales, raíces, nueces y frutas. En esos alimentos se basa esta dieta. Nada de lácteos o azúcares procesadas. Volver a las cavernas, al menos en la cocina.