El escándalo de infidelidades de los famosos renovó el debate acerca de si existe la adicción al sexo y de ser así, si se trata de una adicción real o no.
Lamentablemente, la adicción al sexo es real y tiene efectos muy negativos en la vida de quienes la padecen. Para estas personas, el sexo se convierte en una obsesión y se encuentran dominadas por sus impulsos sexuales, que pueden llevarlas a perder tanto la estabilidad emocional como la económica.
Determinar si una persona es o no adicta al sexo resulta muy difícil, pero existen algunos síntomas que nos pueden ayudar a distinguirla:
Asume riesgos para satisfacer su urgencia sexual: cuando está en busca de una aventura, el adicto sexual cae en una especie de trance en el que no toma en consideración las consecuencias de su comportamiento. No piensa en nada más que en sexo. Nada le importa. No piensa en el trabajo, ni en la familia, ni en las finanzas, ni en su salud (los riesgos de contraer enfermedades de transmisión sexual), ni en ser arrestado… nada.
Es incapaz de ejercer control ante un estímulo sexual: no tiene que ver con la frecuencia sexual, sino con que su vida está totalmente dominada por el sexo.
El orgasmo no es la meta: el adicto sexual raramente tiene la necesidad de alcanzar un orgasmo en sus encuentros físicos. El placer se deriva, principalmente, en la seducción y en la caza.
Proviene de familias disfuncionales: por lo general,
el adicto sexual proviene de una familia desequilibrada, con familiares alcohólicos, jugadores compulsivos o que presentan adicciones de otro tipo. También es común que en la familia de origen haya habido un ambiente de represión en todo lo relacionado con la sexualidad humana.
La adicción sexual, a menudo, es "una adicción más":
vemos que muchos adictos sexuales también son alcohólicos o drogadictos o presentan algún tipo de adicción alterna. Recuerden que el problema es la compulsión, la actitud obsesiva, no la sexualidad como tal.
Respecto del tratamiento, es necesaria la psicoterapia. Generalmente, incluye un período inicial de abstinencia y luego se va reincorporando a la actividad en forma paulatina. Las terapias de grupo también suelen ser muy eficaces para tratar el problema..