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Que las bajas temperaturas no sean impedimento para no entrenar. Prestá atención a las cosas que tenés que tener en cuenta a la hora de vestirte y planificar la sesión.
Arrancó una semana fría, con mínimas de 11° y máximas que no superarían los 16°, de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional. Las bajas temperaturas, sin embargo, no tienen por qué ser un impedimento para salir a correr. Solamente hay que tomar ciertos recaudos para realizar actividad físicas sin complicar la salud. Por eso, te dejamos 7 consejos para que puedas desarrollar tus entrenamientos sin terminar lesionado o enfermo.



Entrada en calor: es una parte fundamental. Los músculos están más fríos y acortados en esta época. Una correcta entrada en calor dispone al cuerpo para la actividad física, eleva la temperatura corporal y previene lesiones en articulaciones, músculos y tendones. Si la temperatura es inferior a los 5°, conviene realizar el calentamiento del cuerpo bajo techo.

Vestite por capas: si no sabés si te estás abrigando lo suficiente o demasiado, optá por las capas. Una buena opción es una camiseta térmica (preferentemente mangas cortas), una remera mangas largas de material sintético y/o un rompeviento fino. Si las temperaturas son demasiado bajas podés sumar un abrigo más. El cuerpo una vez entrado en calor, alcanza una temperatura de +10° con respecto a la temperatura ambiente. Es decir, que si la temperatura es de 6°, el cuerpo luego sentirá 16°. Nunca te pongás nada de algodón ya que absorverá la transpiración y te terminarás enfermando.



Protegé garganta, pies, cabeza y manos: la garganta sufre más con el frío, sobre todo en entrenamientos intensos, donde tendemos a respirar por la boca. El aire, al no pasar por la nariz, no se calienta, lo que hace que entre directamente frío. Intentá, al menos al principio, respirar por la nariz, para hacer ese calentamiento de las vías aéreas superiores. El frío también entra por los pies y se escapa por la cabeza en forma de calor. La cabeza y el tronco, son los lugares donde se disipa mucho más el calor, por esto también hay que mantenerlos abrigados. Después del entreno, mima a tu garganta irritada con alguna infusión caliente y miel.

Aprovechá para salir a correr con sol: cuando comienza a anochecer las temperaturas comienzan a bajar y se nota. Correr con los rayos del sol, nos protegerá y tendremos una sensación más agradable al correr. Si no podés, por cuestiones laborales, corré alejado de los autos y con materiales refractivos (en las zapatillas, camperas, remeras o gorros) para ser visualizados en la oscuridad de la noche.



Hidratación: por el frío, generalmente se no percibe la sensación de estar perdiendo líquido por sudoración. Por eso, es muy importante hidratarse tanto como si fuera verano. Siempre se debe llevar ropa seca, para cambiarla luego de hacer ejercicio.

Elongación después del entrenamiento: lo mejor es buscar un lugar cerrado para estirar los músculos luego del entrenamiento ya que el cuerpo baja su temperatura muy rápidamente. Así reducirás el riesgo de lesionarse o de resfriarte.

Días imposibles, soluciones alternativas: si las temperaturas son muy bajas, correr al aire libre se puede convertir en toda una hazaña. Para esos días, se pueden buscar soluciones alternativas, como correr en la cinta del gimnasio, hacer una clase de spinning, aprovechar para entrenar la fuerza o hacer estiramientos en casa.