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En general escucho esta charla seguido, ‘¿Cuántas horas dormis? Hay que dormir más, etc, etc’. Es que estamos acostumbrados a preocuparnos por este tema, ya que casi todos los días nos desyunamos con noticias que nos dicen que debemos hacerlo, mínimamente, 8 horas.

Pero sin embargo, la ciencia y la historia tienen algo diferente para contarnos:


El estudio que cambia nuestra mirada

En el comienzo de los años 90, el psiquiatra Thomas Wehr condujo un experimento con un grupo de personas que fueron sometidas a 14 horas de oscuridad por día durante un mes para presentarle una anomalía al sueño contemporáneo.

Los participantes tuvieron un poco de dificultad al adaptarse a los nuevos patrones a los que fueron sometidos; sin embargo, en la cuarta semana, ya estaban acostumbrados a dormir en dos turnos. Primero, dormían por cuatro horas, se despertaban por dos o tres, y volvían a dormir por cuatro más.

Este experimento impresionó a la comunidad científica y debería impresionarnos a nosotros, los que creemos que algo anda mal cunado despertamos en el medio de la noche. De todos modos, veamos si esto es raro o quizás en otra época era diferente.


Qué nos cuenta la historia

El historiador Roger Ekirch, después de investigar por muchos años, ha publicado el libro “At Day’s Close: Night in Times Past”, que nos cuenta como la manera de dormir y pasar las horas nocturnas ha cambiado a través de la historia.

Ekirch ha encontrado más de 500 referencias – que van desde libros hasta diarios íntimos – que revelan, en siglos pasados, un patrón de sueño parecido al del estudio mencionado arriba.

La mayoría de las personas se iba a dormir una o dos horas después de la puesta del sol, se despertaba por dos o tres horas y volvía a dormir – exactamente lo que hacían los participantes del estudio del Dr. Wehr.





En las horas entre los turnos de sueño, estas personas hacían distintas cosas: fumaban, iban al baño y hasta salían a visitar a sus vecinos.

Algunos de ellos aprovechaban para quedarse en la cama leyendo, y algunos, rezando.

Muchas parejas aprovechaban este momento para tener sexo, ya que, según relata un manual médico del siglo VXI, el mejor momento para concebir es después del primer sueño, y no después de un día lleno de actividades.

Hasta el siglo XVII, la práctica de dormir en turnos era bastante común. Pero sin embargo esta costumbre empezó a desaparecer, ya que la noche empezó a ser identificada con los criminales, los borrachos y las prostitutas.





Ya no existía prestigio en estar despierto toda la noche, sobre todo en salir a la calle en horas nocturnas. Además, los candelabros y las velas eran onerosos.

Entonces, la práctica de dividir el sueño empezó a desaparecer y, en la década de 1920, ya no existía.

Hasta el día de hoy, las personas se han acostumbrado a dormir, en general, 8 horas seguidas por día.

Pero quizás el cuerpo humano prefiera dormir por turnos – y algunos científicos creen que los problemas de insomnio vienen justamente de ahí.

El insomnio apareció, por primera vez en registros médicos, en el siglo XIX, una época en que las personas ya habían dejado de lado la práctica recién mencionada.

Hasta ahí parecería ser sólo temas de costumbres, pero al parecer, la idea de que debemos dormir en un único bloque puede causar daños a la salud ya que la ansiedad que esto puede generar afecta el sueño y hace que, al despertarnos, tengamos dificultad en volver a dormir.




“Mucha gente se despierta en el medio de la noche y entra en pánico”, dice el psiquiatra y neurocientífico Russell Foster, profesor de la Universidad de Oxford. “Yo les digo que están teniendo una reversión a la época en que dormir en turnos era normal”.

De acuerdo con el Dr. Foster, más de 30% de los problemas de salud existentes hoy están relacionados, directa o indirectamente, a la calidad del sueño. Sin embargo, el sueño no recibe la debida atención.

En su libro, Ekirch dice que muchas personas aprovechaban para relajar y meditar en el periodo entre sueños. Se sabe que, en la actualidad, pasamos cada vez menos tiempo haciendo estas cosas.

No es una mera coincidencia saber que los niveles de ansiedad, alcoholismo, estrés y depresión hayan aumentado tanto en relación a otras épocas.

Por eso te recomiendo que la próxima vez que te despiertes en el medio de la noche, no te preocupes - acuérdate de tus ancenstros y aprovecha el tiempo.