Buenos Aires y la Confederación
A raíz del fracaso de las políticas el congreso de Paraná dicta, el 1° de abril de 1859, una ley por la cual Urquiza debía reincorporar en forma pacífica a Buenos Aires, de no ser posible, dejaba abierta la posibilidad de recurrir a las armas a la brevedad.
Buenos Aires interpreta esto como una declaración de guerra y en mayo la Legislatura porteña dispone repeler cualquier agresión. Alsina confía el mando al Gral. Mitre.
Ante el conflicto, EEUU, Inglaterra, Brasil y Paraguay intentan mediar para aplacar la contienda. Pero sin éxito ya que Alsina exige la dimisión de Urquiza. Después de movimientos tácticos ambas fuerzas chocan en Cepeda el 23 de octubre de 1859. El ejército porteño fue derrotado pero Mitre logra volver a Buenos Aires.
La Confederación sigue avanzando y engrosando sus filas con los porteños disidentes y así Urquiza llega a San José de Flores logrando sitiar Buenos Aires. Al ver la situación, Alsina envía al paraguayo Francisco Solano López a negociar. Los comisionados federales instan a Alsina a renunciar lo que se hace efectivo el 8 de noviembre de 1859; siendo reemplazado por quien fuera el presidente del senado, Felipe Lavallol.
Se firma el Pacto de San José de Flores el 11 de noviembre de 1859: “Buenos Aires se integraba a la República Argentina”
Éste pacto decretaba el olvido de rencores políticos y el cese de las persecuciones.
De acuerdo con lo dispuesto por el pacto, el Gobierno provisorio de Buenos Aires convoca a elecciones para resolver si la Constitución (1853) debía ser reformada antes de su juramento. El 6 de enero de 1960 se instala una asamblea y forma una comisión para dicho fin, cuyas sesiones se prolongan al 12 de mayo.
Las reformas propuestas no alteran la estructura de la Constitución Nacional pero introducen varias modificaciones.
Entre ellos se determina a la ciudad de Paraná como capital hasta que se establezca la residencia del Gobierno Nacional. La constitución había nacionalizado la Aduana porteña pero la reforma dispuso que los Derechos de Importación y Exportación correspondieran a Buenos Aires hasta 1866. También proponen como nombre a la República, “Provincias Unidas del Río de la Plata”.
Las enmiendas fueron aprobadas en la Convención Nacional de Santa Fe el día 14 de septiembre de 1860, con la salvedad de la denominación, donde se reconocían los nombres: ”Provincias Unidas del Río de la Plata”, “República Argentina” y “Confederación Argentina”, pero para la conformación y sanción de leyes se utilizaría “Nación Argentina”.
Ya puesto de acuerdo, se jura en Buenos Aires la Constitución Argentina, el día 21 de octubre de 1860.
Las relaciones entre Buenos Aires y la confederación no tardarían en romperse. El correntino José Virasoro fue designado gobernador de San Juan por orden de Urquiza y Derqui (quien para este momento era presidente de la confederación según elecciones de noviembre de 1959). Pero esta designación fue resistida por el pueblo sanjuanino argumentando que el nuevo gobernador no era oriundo de dicha provincia. Por su parte el gobierno Porteño apoyaba a Antonio Aberastain, amigo de Sarmiento, (en ese momento, Ministro de Gobierno de la presidencia del Gral. Mitre).
El 13 de noviembre de 1860 Urquiza (gobernador de Entre Ríos), Derqui y Mitre solicitan a Virasoro que renuncie. Pero a los tres días es asesinado por gente de Aberastain quienes lo eligen gobernador de San Juan. En este punto, Derqui, con el consentimiento de Mitre, designa como interventor a Juan Saá, gobernador de San Luis.
Aberastain organiza un ejército para impedir la intervención, pero Saá lo derrota en El Pocito en enero de 1861.
Éste ordena la ejecución de los prisioneros incluyendo al propio Aberastain. Buenos Aires presenta una enérgica protesta ante la Confederación, al mismo tiempo que Urquiza y Mitre intercambiaban cartas que indicaban una inminente ruptura.
Por ese tiempo se efectuó en Buenos Aires la elección de los diputados que debían representar en el Congreso, pero lo hizo según la ley local, violando lo dispuesto por la constitución. Por este motivo el Congreso los rechazó lo que provocó gran descontento en la provincia. Esto llevó al reinicio de los aprestos bélicos para emprender una nueva guerra civil.
Batalla de Pavón
En julio el Congreso Nacional acusa a Buenos Aires de romper pactos en actitud de sedición y en consecuencia faculta al Ejecutivo a intervenir la provincia. Ante la inminente lucha Urquiza prepara sus tropas en Entre Ríos y Corrientes, Derqui hacía lo propio en Córdoba y Mitre en Buenos Aires.
Así, Buenos Aires y la confederación vuelven a chocar en proximidades del arroyo Pavón concluyendo con la victoria de Mitre.
Ante éste resultado, Derqui dimite marchándose del país, Urquiza se retira a Entre Ríos Y Mitre se convierte en la figura política del momento.
A pesar de las grandes presiones del unitarismo Mitre decide respetar la constitución y se pronuncia por una reorganización federal. Con el apoyo de Urquiza, Mitre se hace cargo provisoriamente del ejecutivo, llamando a elecciones, las que lo pondrían como Presidente de la Nación y concretaría en los hechos un acentuado centralismo porteño.
A raíz del fracaso de las políticas el congreso de Paraná dicta, el 1° de abril de 1859, una ley por la cual Urquiza debía reincorporar en forma pacífica a Buenos Aires, de no ser posible, dejaba abierta la posibilidad de recurrir a las armas a la brevedad.
Buenos Aires interpreta esto como una declaración de guerra y en mayo la Legislatura porteña dispone repeler cualquier agresión. Alsina confía el mando al Gral. Mitre.
Ante el conflicto, EEUU, Inglaterra, Brasil y Paraguay intentan mediar para aplacar la contienda. Pero sin éxito ya que Alsina exige la dimisión de Urquiza. Después de movimientos tácticos ambas fuerzas chocan en Cepeda el 23 de octubre de 1859. El ejército porteño fue derrotado pero Mitre logra volver a Buenos Aires.
La Confederación sigue avanzando y engrosando sus filas con los porteños disidentes y así Urquiza llega a San José de Flores logrando sitiar Buenos Aires. Al ver la situación, Alsina envía al paraguayo Francisco Solano López a negociar. Los comisionados federales instan a Alsina a renunciar lo que se hace efectivo el 8 de noviembre de 1859; siendo reemplazado por quien fuera el presidente del senado, Felipe Lavallol.
Se firma el Pacto de San José de Flores el 11 de noviembre de 1859: “Buenos Aires se integraba a la República Argentina”
Éste pacto decretaba el olvido de rencores políticos y el cese de las persecuciones.
De acuerdo con lo dispuesto por el pacto, el Gobierno provisorio de Buenos Aires convoca a elecciones para resolver si la Constitución (1853) debía ser reformada antes de su juramento. El 6 de enero de 1960 se instala una asamblea y forma una comisión para dicho fin, cuyas sesiones se prolongan al 12 de mayo.
Las reformas propuestas no alteran la estructura de la Constitución Nacional pero introducen varias modificaciones.
Entre ellos se determina a la ciudad de Paraná como capital hasta que se establezca la residencia del Gobierno Nacional. La constitución había nacionalizado la Aduana porteña pero la reforma dispuso que los Derechos de Importación y Exportación correspondieran a Buenos Aires hasta 1866. También proponen como nombre a la República, “Provincias Unidas del Río de la Plata”.
Las enmiendas fueron aprobadas en la Convención Nacional de Santa Fe el día 14 de septiembre de 1860, con la salvedad de la denominación, donde se reconocían los nombres: ”Provincias Unidas del Río de la Plata”, “República Argentina” y “Confederación Argentina”, pero para la conformación y sanción de leyes se utilizaría “Nación Argentina”.
Ya puesto de acuerdo, se jura en Buenos Aires la Constitución Argentina, el día 21 de octubre de 1860.
Las relaciones entre Buenos Aires y la confederación no tardarían en romperse. El correntino José Virasoro fue designado gobernador de San Juan por orden de Urquiza y Derqui (quien para este momento era presidente de la confederación según elecciones de noviembre de 1959). Pero esta designación fue resistida por el pueblo sanjuanino argumentando que el nuevo gobernador no era oriundo de dicha provincia. Por su parte el gobierno Porteño apoyaba a Antonio Aberastain, amigo de Sarmiento, (en ese momento, Ministro de Gobierno de la presidencia del Gral. Mitre).
El 13 de noviembre de 1860 Urquiza (gobernador de Entre Ríos), Derqui y Mitre solicitan a Virasoro que renuncie. Pero a los tres días es asesinado por gente de Aberastain quienes lo eligen gobernador de San Juan. En este punto, Derqui, con el consentimiento de Mitre, designa como interventor a Juan Saá, gobernador de San Luis.
Aberastain organiza un ejército para impedir la intervención, pero Saá lo derrota en El Pocito en enero de 1861.
Éste ordena la ejecución de los prisioneros incluyendo al propio Aberastain. Buenos Aires presenta una enérgica protesta ante la Confederación, al mismo tiempo que Urquiza y Mitre intercambiaban cartas que indicaban una inminente ruptura.
Por ese tiempo se efectuó en Buenos Aires la elección de los diputados que debían representar en el Congreso, pero lo hizo según la ley local, violando lo dispuesto por la constitución. Por este motivo el Congreso los rechazó lo que provocó gran descontento en la provincia. Esto llevó al reinicio de los aprestos bélicos para emprender una nueva guerra civil.
Batalla de Pavón
En julio el Congreso Nacional acusa a Buenos Aires de romper pactos en actitud de sedición y en consecuencia faculta al Ejecutivo a intervenir la provincia. Ante la inminente lucha Urquiza prepara sus tropas en Entre Ríos y Corrientes, Derqui hacía lo propio en Córdoba y Mitre en Buenos Aires.
Así, Buenos Aires y la confederación vuelven a chocar en proximidades del arroyo Pavón concluyendo con la victoria de Mitre.
Ante éste resultado, Derqui dimite marchándose del país, Urquiza se retira a Entre Ríos Y Mitre se convierte en la figura política del momento.
A pesar de las grandes presiones del unitarismo Mitre decide respetar la constitución y se pronuncia por una reorganización federal. Con el apoyo de Urquiza, Mitre se hace cargo provisoriamente del ejecutivo, llamando a elecciones, las que lo pondrían como Presidente de la Nación y concretaría en los hechos un acentuado centralismo porteño.