Escuchando las ultimas estrofas de mi vida, el tiempo y la conciencia hoy coexisten y pronto, la idea del pasado, el futuro, el presente. Todo será el mismo sueño, el mismo olvido.
Te dije que me dejaras en el dintel de la puerta con un beso si es que no ibas a volver, te pedí que me contestaras todas mis cartas si es que no volvería a verte nunca más, te pedí que me mandases una postal tuya sonriente de donde quiera que estés, solo por si hoy no quiero levantarme de la cama. Hoy no he comprado cigarrillos, pero tampoco quiero tocar la mitad que dejaste en el cenicero aquella noche que discutimos.
Te dije que estábamos hechos el uno para el otro mientras quería sacarte a bailar, pero con cansancio me respondiste que querías dormir.
Te pregunté cuatro veces cuando volverías mientras llenabas las maletas, pero preferí imaginar la respuesta para poder abrazarte antes de que te vayas. Jamás sirvió de nada el enojo en la derrota.
Te desee un buen viaje y te empaqué un paquete de cigarros extras por si el nerviosismo te golpea como a mí y también comienzas a fumar para no extrañar tanto.
Me pude mentir que no era importante, y hasta llegué a enojarme por no tener en claro tu regreso, pero creo que preferías olvidar que estaría esperándote volver, así que fui considerado y no dije nada.
Mi psicólogo me dice que debo dejar de escribirte si quiero dejar de fumar nervioso en las noches, también me dijo que debo dejar de esperar que me respondas, hace ya un par de años que dudo si este seguirá siendo tu número, pero quizá solo continuas en apatía porque me he equivocado en algo.
¿Has leído mis cartas? La semana pasada fue dura, tuve muchas cosas que hacer, pero sigo escribiéndote mucho, pero ya no quiero enviarlo, no me queda dinero y no quiero que pienses que estoy mal, porque ya no me duele tanto. Al principio pensé que no podría vivir y me amargaba cuando el llanto me acongojaba de noche. Ahora puedo estar cocinando y si la nostalgia rastrera golpea, no inmuta mi rostro. Puedo estar llorando y no darme cuenta, he salido a buscar el periódico con los ojos abultados y las lágrimas frescas y ni me he enterado.
Ayer me ha besado alguien por sorpresa, yo le dije que tenía lindos ojos y me marche. No es que quiera estar solo, entiende que sigo creyendo que te pertenezco y tú a mí, pero ya ha pasado tanto tiempo que de noche dudo si es que te he imaginado.
