Comprobado: Si solo comes solo verduras y cosas crudas te quedas sin neuronas.
(Este articulo lo traduje y lo base en la conferencia de la Doctora Suzana Herculano-Houzel dada en el instituto Max Planck de Alemania en Junio pasado. Las conclusiones sobre la dieta vegetariana son mías y me hago responsables de ellas.)
Los que no quieran leer, SE JODEN, porque se pierden un razonamiento excelente, perfecto y una conclusión brillante de una gran científica evolucionista, hermana latinoamericana. Al final del post puse una pequeña biografía de Suzana Herculano.
¿Por qué somos nosotros los que estudiamos los cerebros de otros animales y no es al revés? ¿Qué es lo que tiene o hace un cerebro humano que otros cerebros no tienen o hacen?
Hasta hace poco los Neurólogos y otros científicos pensaban que sabían cómo estaban formados los diferentes cerebros. Pensaban que los cerebros de todos los mamíferos, incluyendo el humano, estaban formados de la misma manera. Esto es básicamente con un número de neuronas que era siempre proporcionado al volumen del cerebro. De hecho siempre pensamos que dos cerebros del mismo volumen, deberían tener un número equivalente de neuronas. Ahora, si las neuronas son los dispositivos funcionales de procesamiento de la información del cerebro, entonces, los dueños de dos cerebros de igual volumen deberían tener prácticas cognitivas más o menos similares. No, esto no es así. Un cerebro de chimpancés y otro de vaca, con un parecidísimo volumen son capaces de manifestar comportamientos totalmente diferentes uno hace cosas mas complejas, elaboradas y flexibles que el otro. Por lo que podemos asumir que este primer indicador de que el postulado de "todos los cerebros se forman de la misma manera", no es correcto.
Si todos los cerebros estuvieran formados del mismo modo, y si comparáramos animales con cerebros de distinto tamaño, los cerebros más grandes deberían tener más neuronas que los cerebros más pequeños y por ende, a mayor tamaño, mayor capacidad cognitiva debería tener su usuario. No, nuestro cerebro no es el más grande que existe. Nuestro cerebro pesa aproximadamente 1.5 kg, pero los cerebros de elefante pesan entre 4 y 5 kg, y los cerebros de ballena pueden alcanzar los 9 kg.
El cerebro humano también es especial en cuanto a la cantidad de energía que utiliza. Si bien pesa apenas el 2% del cuerpo, él solo utiliza el 25% de toda la energía que el cuerpo requiere para funcionar diariamente. Eso es 500 calorías solo para mantener nuestro cerebro en funcionamiento, el resto del cuerpo consume 1000 o 1500 por día.
El cerebro humano es más grande de lo que debería, respecto al cuerpo que tenemos y utiliza mucha más energía de la que debería, por lo tanto, es un cerebro especial. Como en biología, hay que buscar reglas que se apliquen a todos los animales y a la vida en general. ¿Por qué habrían de aplicarse las reglas de la evolución a todo el mundo excepto a nosotros? El problema estaba en la suposición básica de que todos los cerebros estaban hechos del mismo modo. Dos cerebros de un tamaño similar podrían estar hechos, en realidad, de una cantidad muy diferente de neuronas. Quizás un cerebro muy grande no necesariamente tiene más neuronas que un cerebro de tamaño modesto. Quizás el cerebro humano tiene la mayor cantidad de neuronas que cualquier otro cerebro, sin importar su tamaño, especialmente en la corteza cerebral. Por lo que esto se convirtió en una pregunta importante a responder: ¿cuántas neuronas tiene el cerebro humano, y cómo se las compara con otros animales?
Siempre se dijo que tenemos 100 mil millones de neuronas. Pero nadie sabía de donde había salido esta cifra. Utilizamos un sistema simple, sencillo, y realmente rápido. Disolvimos las membranas de envoltura de las neuronas de un d determinado cerebro y contamos los núcleos usamos este método para contar neuronas en docenas de diferentes especies, y resulta que los cerebros no están hechos del mismo modo. Consideremos a los roedores y los primates, por ejemplo: En los cerebros más grandes de los roedores, el tamaño promedio de la neurona aumenta; de modo que el cerebro se infla muy rápidamente y aumenta su tamaño de forma mucho más rápida de la que obtiene neuronas.
Pero los cerebros de los primates obtienen neuronas sin que la neurona promedio se haga más grande, lo cual es una forma muy económica de agregarle neuronas al cerebro. El resultado es que el cerebro de un primate tendrá siempre más neuronas que un cerebro de roedor del mismo tamaño, y a mayor cerebro, mayor será esta diferencia. Entonces, ¿qué sucede con nuestro cerebro?
Hemos encontrado que poseemos, en promedio, 86 mil millones de neuronas, 16 mil millones de las cuales se encuentran en la corteza cerebral, y si consideramos que la corteza cerebral es la sede de funciones como la consciencia, y el razonamiento lógico y abstracto, y que esas 16 mil millones es la mayor cantidad de neuronas que posee cualquier otra corteza, considero que esta es la explicación más simple a nuestras habilidades cognitivas extraordinarias. Pero igual de importante es lo que significan esas 86 mil millones de neuronas. Al descubrir que la relación entre el tamaño del cerebro y su número de neuronas podía ser descrita matemáticamente, pudimos calcular cómo se vería un cerebro humano si fuese como el cerebro de un roedor.
Entonces, el cerebro de un roedor con 86 mil millones de neuronas pesaría 36kg. Eso es imposible. Un cerebro tan grande se aplastaría por su propio peso, y este cerebro imposible le correspondería a un cuerpo de 89 toneladas. No se parece en nada a nosotros.
El cerebro humano no es un gran cerebro de rata. En comparación a una rata, podemos parecer especiales, sí, pero no es una comparación justa, dado que sabemos que no somos roedores. Somos primates, de modo que la comparación adecuada es con otros primates. Y allí, si uno hace la cuenta, encontrará que un primate genérico con 86 mil millones de neuronas tendría un cerebro de 1.2 kg aproximadamente, lo cual parece aceptable, en un cuerpo de unos 66 kg, 7:29Y también lo era Darwin. Me gusta pensar que Darwin habría realmente apreciado esto. Su cerebro, como el nuestro, estaba hecho a la imagen de otros cerebros de primate.
Por lo tanto, el cerebro humano puede ser extraordinario, sí, pero no es especial en cuanto a su número de neuronas. Es simplemente el cerebro de un gran primate. Pienso que es un pensamiento muy humilde y aleccionador que nos recuerda nuestro lugar en la naturaleza.
Entonces, ¿por qué utiliza tanta energía? Bueno, otros han descubierto cuánta energía utilizan el cerebro humano y el de otras especies, y, ahora que sabemos cuántas neuronas posee cada cerebro, podemos hacer la cuenta. Resulta que, tanto el cerebro humano como los otros, utilizan la misma cantidad: un promedio de 6 calorías por cada mil millones de neuronas por día. De modo que el gasto energético total de un cerebro es una simple función lineal de su cantidad de neuronas, y resulta que el cerebro humano utiliza casi tanta energía como podría esperarse. Por lo tanto, la razón por la que el cerebro humano utiliza tanta energía es simplemente porque tiene una enorme cantidad de neuronas, y porque somos primates con muchas más neuronas para nuestro tamaño que cualquier otro animal. El gasto relativo de nuestro cerebro es enorme, pero solo porque somos primates, no porque seamos especiales.
Entonces, la última pregunta: ¿Cómo hemos llegado a esta sorprendente cantidad de neuronas? Y, particularmente, si los primates son más grandes que nosotros, ¿por qué no tienen un cerebro más grande que el nuestro, con más neuronas? Cuando nos dimos cuenta de cuán costoso era tener un montón de neuronas en el cerebro, entendimos, que quizás existe una razón simple. Ellos no disponen de la energía como para mantener funcionando una gran cantidad de neuronas.
En nuestra investigación lo que descubrimos es que, como las neuronas son tan costosas, el tamaño del cuerpo y la cantidad de neuronas se compensan entre sí. Por lo que un primate que come ocho horas por día puede disponer como máximo de 53 mil millones de neuronas, pero su cuerpo no puede ser mayor a 25 kg. Para pesar más que eso, debe ceder neuronas. De modo que o se tiene un gran cuerpo o se tiene una gran cantidad de neuronas. Cuando comes como un primate, no puedes disponer de ambas cosas.
Una forma de liberarse de esta limitación metabólica sería dedicarle aún más horas diarias a comer, pero esto se torna peligroso, y, luego de un cierto punto, es simplemente imposible. Los gorilas y los orangutanes, por ejemplo, disponen de unas 30 mil millones de neuronas e invierten ocho horas y media comiendo, y eso parece ser el máximo que pueden lograr. Nueve horas de alimentación diaria parece ser el límite práctico en un primate.
¿Y qué hay de nosotros? Con nuestras 86 mil millones de neuronas y con nuestros 60 a 70 kg de masa corporal, deberíamos tener que dedicarle más de 9 horas diarias a nuestra alimentación todos los días, lo cual simplemente no es posible. Si comiéramos como un primate, no deberíamos estar aquí.
Entonces, ¿cómo llegamos hasta aquí? Bueno, si nuestro cerebro utiliza tanta energía como supone, y si no podemos dedicarle cada hora que estamos despiertos a nuestra alimentación, entonces, la única alternativa, realmente, es obtener de alguna manera más energía de los mismo alimentos. Y, extraordinariamente, eso coincide exactamente con lo que nuestros ancestros inventaron hace un millón y medio de años atrás cuando inventaron el cocinar. Cocinar es utilizar fuego para predigerir los alimentos fuera del cuerpo, básicamente la carne. Los alimentos cocidos son más suaves, por lo que son más fáciles de masticar y de transformarlos en papilla en la boca, de modo que permite que se digieran por completo y que se absorban en el estómago, lo que los hace producir mucha más energía en mucho menos tiempo. Entonces, cocinar nos libera tiempo para hacer cosas mucho más interesantes con nuestro día y con nuestras neuronas que simplemente pensar en comida, buscar comida y engullir comida todo el día.
Entonces, como cocinamos, lo que una vez fue un gran lastre, este cerebro tan grande y peligrosamente costoso, repleto de neuronas, ahora podría convertirse en algo muy valioso, ahora que nos alcanzaba la energía para un montón de neuronas y el tiempo para hacer cosas interesantes con ellas. Entonces, creo que esto explica por qué el cerebro humano creció hasta hacerse tan grande tan rápidamente en la evolución, todo mientras permanecía simplemente un cerebro de primate. Ahora, que cocinar hizo asequible este gran cerebro, avanzamos rápidamente de carne y otros alimentos crudos a cultura, agricultura, civilización, tiendas, electricidad, refrigeradores, y todas esas cosas que hoy en día nos permiten obtener toda la energía que necesitamos para todo el día de un tirón en tu lugar de comida rápida favorito. Lo que una vez fue una solución ahora se convirtió en un problema, e, irónicamente, ahora buscamos la solución en alimentos crudos.
¿Cuál es la ventaja humana entonces? ¿Qué es lo que poseemos que ningún otro animal posee? Mi respuesta es que poseemos el mayor número de neuronas en la corteza cerebral, y creo que es la explicación más simple para nuestras habilidades cognitivas extraordinarias. ¿Y qué es lo que hacemos que ningún otro animal hace, que creo que fue fundamental para permitirnos llegar a tal cantidad, la más grande de todas, de neuronas en la corteza? En dos palabras: nosotros cocinamos. Ningún otro animal cocina sus alimentos. Solo los humanos lo hacen. Y creo que es cómo llegamos a ser humanos.
Estudiar el cerebro humano cambió cómo pienso sobre los alimentos y la carne. Ahora miro hacia mi cocina, y me inclino ante ella, y le agradezco a mis ancestros por haber elaborado el invento que nos convirtió en humanos.
Este articulo lo base en la conferencia de Suzana Herculano-Houzel (Río de Janeiro, 1972) que es una neuro-científica brasileña reconocida por su trabajo en la ciencia del cerebro. Para los que pongan en duda los antecedentes científicos de la hermana Brasileña les digo que es Licenciada en biología, tiene una maestría, doctorado y post-doctorado en neurociencia, profesora universitaria, escribió varios artículos, libros científicos. Se graduó en el modo de Biología Genética de la Universidad Federal de Río de Janeiro (1992). Hizo MA de American Universidad Case Western Reserve (1995), doctorado en Francia por Pierre et Marie Curie (1998) y becario postdoctoral en el Instituto Max Planck de Alemania (1999), todos ellos en neurociencias. Ahora ocupa el cargo de profesor adjunto en la Universidad Federal de Río de Janeiro desde 2002 y dirige el Laboratorio de Neuroanatomía Comparada de Brasil. Para los que quieran ver la conferencia en ingles les dejo el link.
https://www.ted.com/speakers/suzana_herculano_houzel
(Este articulo lo traduje y lo base en la conferencia de la Doctora Suzana Herculano-Houzel dada en el instituto Max Planck de Alemania en Junio pasado. Las conclusiones sobre la dieta vegetariana son mías y me hago responsables de ellas.)
Los que no quieran leer, SE JODEN, porque se pierden un razonamiento excelente, perfecto y una conclusión brillante de una gran científica evolucionista, hermana latinoamericana. Al final del post puse una pequeña biografía de Suzana Herculano.
¿Por qué somos nosotros los que estudiamos los cerebros de otros animales y no es al revés? ¿Qué es lo que tiene o hace un cerebro humano que otros cerebros no tienen o hacen?

Hasta hace poco los Neurólogos y otros científicos pensaban que sabían cómo estaban formados los diferentes cerebros. Pensaban que los cerebros de todos los mamíferos, incluyendo el humano, estaban formados de la misma manera. Esto es básicamente con un número de neuronas que era siempre proporcionado al volumen del cerebro. De hecho siempre pensamos que dos cerebros del mismo volumen, deberían tener un número equivalente de neuronas. Ahora, si las neuronas son los dispositivos funcionales de procesamiento de la información del cerebro, entonces, los dueños de dos cerebros de igual volumen deberían tener prácticas cognitivas más o menos similares. No, esto no es así. Un cerebro de chimpancés y otro de vaca, con un parecidísimo volumen son capaces de manifestar comportamientos totalmente diferentes uno hace cosas mas complejas, elaboradas y flexibles que el otro. Por lo que podemos asumir que este primer indicador de que el postulado de "todos los cerebros se forman de la misma manera", no es correcto.

Si todos los cerebros estuvieran formados del mismo modo, y si comparáramos animales con cerebros de distinto tamaño, los cerebros más grandes deberían tener más neuronas que los cerebros más pequeños y por ende, a mayor tamaño, mayor capacidad cognitiva debería tener su usuario. No, nuestro cerebro no es el más grande que existe. Nuestro cerebro pesa aproximadamente 1.5 kg, pero los cerebros de elefante pesan entre 4 y 5 kg, y los cerebros de ballena pueden alcanzar los 9 kg.
El cerebro humano también es especial en cuanto a la cantidad de energía que utiliza. Si bien pesa apenas el 2% del cuerpo, él solo utiliza el 25% de toda la energía que el cuerpo requiere para funcionar diariamente. Eso es 500 calorías solo para mantener nuestro cerebro en funcionamiento, el resto del cuerpo consume 1000 o 1500 por día.
El cerebro humano es más grande de lo que debería, respecto al cuerpo que tenemos y utiliza mucha más energía de la que debería, por lo tanto, es un cerebro especial. Como en biología, hay que buscar reglas que se apliquen a todos los animales y a la vida en general. ¿Por qué habrían de aplicarse las reglas de la evolución a todo el mundo excepto a nosotros? El problema estaba en la suposición básica de que todos los cerebros estaban hechos del mismo modo. Dos cerebros de un tamaño similar podrían estar hechos, en realidad, de una cantidad muy diferente de neuronas. Quizás un cerebro muy grande no necesariamente tiene más neuronas que un cerebro de tamaño modesto. Quizás el cerebro humano tiene la mayor cantidad de neuronas que cualquier otro cerebro, sin importar su tamaño, especialmente en la corteza cerebral. Por lo que esto se convirtió en una pregunta importante a responder: ¿cuántas neuronas tiene el cerebro humano, y cómo se las compara con otros animales?

Siempre se dijo que tenemos 100 mil millones de neuronas. Pero nadie sabía de donde había salido esta cifra. Utilizamos un sistema simple, sencillo, y realmente rápido. Disolvimos las membranas de envoltura de las neuronas de un d determinado cerebro y contamos los núcleos usamos este método para contar neuronas en docenas de diferentes especies, y resulta que los cerebros no están hechos del mismo modo. Consideremos a los roedores y los primates, por ejemplo: En los cerebros más grandes de los roedores, el tamaño promedio de la neurona aumenta; de modo que el cerebro se infla muy rápidamente y aumenta su tamaño de forma mucho más rápida de la que obtiene neuronas.
Pero los cerebros de los primates obtienen neuronas sin que la neurona promedio se haga más grande, lo cual es una forma muy económica de agregarle neuronas al cerebro. El resultado es que el cerebro de un primate tendrá siempre más neuronas que un cerebro de roedor del mismo tamaño, y a mayor cerebro, mayor será esta diferencia. Entonces, ¿qué sucede con nuestro cerebro?

Hemos encontrado que poseemos, en promedio, 86 mil millones de neuronas, 16 mil millones de las cuales se encuentran en la corteza cerebral, y si consideramos que la corteza cerebral es la sede de funciones como la consciencia, y el razonamiento lógico y abstracto, y que esas 16 mil millones es la mayor cantidad de neuronas que posee cualquier otra corteza, considero que esta es la explicación más simple a nuestras habilidades cognitivas extraordinarias. Pero igual de importante es lo que significan esas 86 mil millones de neuronas. Al descubrir que la relación entre el tamaño del cerebro y su número de neuronas podía ser descrita matemáticamente, pudimos calcular cómo se vería un cerebro humano si fuese como el cerebro de un roedor.

Entonces, el cerebro de un roedor con 86 mil millones de neuronas pesaría 36kg. Eso es imposible. Un cerebro tan grande se aplastaría por su propio peso, y este cerebro imposible le correspondería a un cuerpo de 89 toneladas. No se parece en nada a nosotros.

El cerebro humano no es un gran cerebro de rata. En comparación a una rata, podemos parecer especiales, sí, pero no es una comparación justa, dado que sabemos que no somos roedores. Somos primates, de modo que la comparación adecuada es con otros primates. Y allí, si uno hace la cuenta, encontrará que un primate genérico con 86 mil millones de neuronas tendría un cerebro de 1.2 kg aproximadamente, lo cual parece aceptable, en un cuerpo de unos 66 kg, 7:29Y también lo era Darwin. Me gusta pensar que Darwin habría realmente apreciado esto. Su cerebro, como el nuestro, estaba hecho a la imagen de otros cerebros de primate.
Por lo tanto, el cerebro humano puede ser extraordinario, sí, pero no es especial en cuanto a su número de neuronas. Es simplemente el cerebro de un gran primate. Pienso que es un pensamiento muy humilde y aleccionador que nos recuerda nuestro lugar en la naturaleza.
Entonces, ¿por qué utiliza tanta energía? Bueno, otros han descubierto cuánta energía utilizan el cerebro humano y el de otras especies, y, ahora que sabemos cuántas neuronas posee cada cerebro, podemos hacer la cuenta. Resulta que, tanto el cerebro humano como los otros, utilizan la misma cantidad: un promedio de 6 calorías por cada mil millones de neuronas por día. De modo que el gasto energético total de un cerebro es una simple función lineal de su cantidad de neuronas, y resulta que el cerebro humano utiliza casi tanta energía como podría esperarse. Por lo tanto, la razón por la que el cerebro humano utiliza tanta energía es simplemente porque tiene una enorme cantidad de neuronas, y porque somos primates con muchas más neuronas para nuestro tamaño que cualquier otro animal. El gasto relativo de nuestro cerebro es enorme, pero solo porque somos primates, no porque seamos especiales.
Entonces, la última pregunta: ¿Cómo hemos llegado a esta sorprendente cantidad de neuronas? Y, particularmente, si los primates son más grandes que nosotros, ¿por qué no tienen un cerebro más grande que el nuestro, con más neuronas? Cuando nos dimos cuenta de cuán costoso era tener un montón de neuronas en el cerebro, entendimos, que quizás existe una razón simple. Ellos no disponen de la energía como para mantener funcionando una gran cantidad de neuronas.
En nuestra investigación lo que descubrimos es que, como las neuronas son tan costosas, el tamaño del cuerpo y la cantidad de neuronas se compensan entre sí. Por lo que un primate que come ocho horas por día puede disponer como máximo de 53 mil millones de neuronas, pero su cuerpo no puede ser mayor a 25 kg. Para pesar más que eso, debe ceder neuronas. De modo que o se tiene un gran cuerpo o se tiene una gran cantidad de neuronas. Cuando comes como un primate, no puedes disponer de ambas cosas.

Una forma de liberarse de esta limitación metabólica sería dedicarle aún más horas diarias a comer, pero esto se torna peligroso, y, luego de un cierto punto, es simplemente imposible. Los gorilas y los orangutanes, por ejemplo, disponen de unas 30 mil millones de neuronas e invierten ocho horas y media comiendo, y eso parece ser el máximo que pueden lograr. Nueve horas de alimentación diaria parece ser el límite práctico en un primate.
¿Y qué hay de nosotros? Con nuestras 86 mil millones de neuronas y con nuestros 60 a 70 kg de masa corporal, deberíamos tener que dedicarle más de 9 horas diarias a nuestra alimentación todos los días, lo cual simplemente no es posible. Si comiéramos como un primate, no deberíamos estar aquí.

Entonces, ¿cómo llegamos hasta aquí? Bueno, si nuestro cerebro utiliza tanta energía como supone, y si no podemos dedicarle cada hora que estamos despiertos a nuestra alimentación, entonces, la única alternativa, realmente, es obtener de alguna manera más energía de los mismo alimentos. Y, extraordinariamente, eso coincide exactamente con lo que nuestros ancestros inventaron hace un millón y medio de años atrás cuando inventaron el cocinar. Cocinar es utilizar fuego para predigerir los alimentos fuera del cuerpo, básicamente la carne. Los alimentos cocidos son más suaves, por lo que son más fáciles de masticar y de transformarlos en papilla en la boca, de modo que permite que se digieran por completo y que se absorban en el estómago, lo que los hace producir mucha más energía en mucho menos tiempo. Entonces, cocinar nos libera tiempo para hacer cosas mucho más interesantes con nuestro día y con nuestras neuronas que simplemente pensar en comida, buscar comida y engullir comida todo el día.
Entonces, como cocinamos, lo que una vez fue un gran lastre, este cerebro tan grande y peligrosamente costoso, repleto de neuronas, ahora podría convertirse en algo muy valioso, ahora que nos alcanzaba la energía para un montón de neuronas y el tiempo para hacer cosas interesantes con ellas. Entonces, creo que esto explica por qué el cerebro humano creció hasta hacerse tan grande tan rápidamente en la evolución, todo mientras permanecía simplemente un cerebro de primate. Ahora, que cocinar hizo asequible este gran cerebro, avanzamos rápidamente de carne y otros alimentos crudos a cultura, agricultura, civilización, tiendas, electricidad, refrigeradores, y todas esas cosas que hoy en día nos permiten obtener toda la energía que necesitamos para todo el día de un tirón en tu lugar de comida rápida favorito. Lo que una vez fue una solución ahora se convirtió en un problema, e, irónicamente, ahora buscamos la solución en alimentos crudos.

¿Cuál es la ventaja humana entonces? ¿Qué es lo que poseemos que ningún otro animal posee? Mi respuesta es que poseemos el mayor número de neuronas en la corteza cerebral, y creo que es la explicación más simple para nuestras habilidades cognitivas extraordinarias. ¿Y qué es lo que hacemos que ningún otro animal hace, que creo que fue fundamental para permitirnos llegar a tal cantidad, la más grande de todas, de neuronas en la corteza? En dos palabras: nosotros cocinamos. Ningún otro animal cocina sus alimentos. Solo los humanos lo hacen. Y creo que es cómo llegamos a ser humanos.
Estudiar el cerebro humano cambió cómo pienso sobre los alimentos y la carne. Ahora miro hacia mi cocina, y me inclino ante ella, y le agradezco a mis ancestros por haber elaborado el invento que nos convirtió en humanos.

Este articulo lo base en la conferencia de Suzana Herculano-Houzel (Río de Janeiro, 1972) que es una neuro-científica brasileña reconocida por su trabajo en la ciencia del cerebro. Para los que pongan en duda los antecedentes científicos de la hermana Brasileña les digo que es Licenciada en biología, tiene una maestría, doctorado y post-doctorado en neurociencia, profesora universitaria, escribió varios artículos, libros científicos. Se graduó en el modo de Biología Genética de la Universidad Federal de Río de Janeiro (1992). Hizo MA de American Universidad Case Western Reserve (1995), doctorado en Francia por Pierre et Marie Curie (1998) y becario postdoctoral en el Instituto Max Planck de Alemania (1999), todos ellos en neurociencias. Ahora ocupa el cargo de profesor adjunto en la Universidad Federal de Río de Janeiro desde 2002 y dirige el Laboratorio de Neuroanatomía Comparada de Brasil. Para los que quieran ver la conferencia en ingles les dejo el link.
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