*Reflexiones de un coronel.
A mi edad no es agradable saber que el país que he amado está en las ruinosas condiciones actuales. La Venezuela de hoy continuará existiendo de manera maltrecha por más tiempo del que tengo disponible, quizás porque la realidad venezolana es como ver dos personas halando de un lado distinto la cuerda, por un lado los que trabajamos, por el otro los que no dejan trabajar.
La única ventaja que le veo a esta triste situación es que me permite tratar de ver hacia el futuro del país de una manera más desapasionada, más clínica.
La herencia que dejará este régimen que está a punto de expirar es una herencia brutal de millones de venezolanos ignorantes y apegados a la limosna del estado paternalista.
Es una herencia brutal de un país espiritualmente degradado, en el cual la corrupción y la cobardía se han apoderado de venezolanos de todas las clases sociales, hasta el punto de que - casi en cada familia venezolana – existen héroes y villanos ciudadanos, miembros dignos y miembros indignos, miembros honestos hasta el sacrificio de sus vidas y de su tranquilidad y miembros que no aguantaron la tentación de la riqueza con deshonor.
Al pensar en la Venezuela de la 4ta República, veo un paraíso al que los tiranos que hoy gobiernan Venezuela le atribuyen su fracaso, veo a un país sin tantos problemas y complicaciones, veo a un país en el que todos vivíamos en comodidad, cada quien trabajando por superarse, no a un país en donde sus ciudadanos esperan con ansiedad el final de cada mes para cobrar una beca a cambio de vivir esclavos de un sistema que cada día nos lleva a la indigencia.
Han sido 16 años sembrando la semilla del odio, inculcando valores que acomodan al oportunista en la riqueza y a la clase media en medio de un ring de boxeo entre ricos y pobres. Este socialismo, en donde las vacas gordas viven en Miraflores y el pueblo abraza la dictadura a los coñazos, la justicia se mueve entre drogadictos y grandes traidores.
En pleno apogeo de mi vida, tener que escribir líneas cortas, tristes y precisas sobre mi país me causa pena profunda y un terrible dolor de estómago. Las mordidas del Socialismo terminaran por afectar a todos en algún momento, porque este tremendo desastre de país, en donde la mediocridad está como portada de revista en la cédula de muchos venezolanos, nos está llevando poco a poco a un barranco profundo y tenebroso lleno cualquier porquería; a lo mejor cuando todos, o casi todos estemos comiendo exactamente lo mismo, mucha gente comprenderá que convertimos a Venezuela en la Sodoma y Gomorra que el Socialismo subsidia para que todos seamos esclavos de un negligente e incapaz.
El tipo ese que se llamaba Ernesto 'Che' Guevara, dijo:
“La Habana es “una de las ciudades más ricas y más bellas de América”.
Nicolás Maduro dijo: “Venezuela es el mejor país del mundo”
¿Venezuela?
Ronnald Rojas
A mi edad no es agradable saber que el país que he amado está en las ruinosas condiciones actuales. La Venezuela de hoy continuará existiendo de manera maltrecha por más tiempo del que tengo disponible, quizás porque la realidad venezolana es como ver dos personas halando de un lado distinto la cuerda, por un lado los que trabajamos, por el otro los que no dejan trabajar.
La única ventaja que le veo a esta triste situación es que me permite tratar de ver hacia el futuro del país de una manera más desapasionada, más clínica.
La herencia que dejará este régimen que está a punto de expirar es una herencia brutal de millones de venezolanos ignorantes y apegados a la limosna del estado paternalista.
Es una herencia brutal de un país espiritualmente degradado, en el cual la corrupción y la cobardía se han apoderado de venezolanos de todas las clases sociales, hasta el punto de que - casi en cada familia venezolana – existen héroes y villanos ciudadanos, miembros dignos y miembros indignos, miembros honestos hasta el sacrificio de sus vidas y de su tranquilidad y miembros que no aguantaron la tentación de la riqueza con deshonor.
Al pensar en la Venezuela de la 4ta República, veo un paraíso al que los tiranos que hoy gobiernan Venezuela le atribuyen su fracaso, veo a un país sin tantos problemas y complicaciones, veo a un país en el que todos vivíamos en comodidad, cada quien trabajando por superarse, no a un país en donde sus ciudadanos esperan con ansiedad el final de cada mes para cobrar una beca a cambio de vivir esclavos de un sistema que cada día nos lleva a la indigencia.
Han sido 16 años sembrando la semilla del odio, inculcando valores que acomodan al oportunista en la riqueza y a la clase media en medio de un ring de boxeo entre ricos y pobres. Este socialismo, en donde las vacas gordas viven en Miraflores y el pueblo abraza la dictadura a los coñazos, la justicia se mueve entre drogadictos y grandes traidores.
En pleno apogeo de mi vida, tener que escribir líneas cortas, tristes y precisas sobre mi país me causa pena profunda y un terrible dolor de estómago. Las mordidas del Socialismo terminaran por afectar a todos en algún momento, porque este tremendo desastre de país, en donde la mediocridad está como portada de revista en la cédula de muchos venezolanos, nos está llevando poco a poco a un barranco profundo y tenebroso lleno cualquier porquería; a lo mejor cuando todos, o casi todos estemos comiendo exactamente lo mismo, mucha gente comprenderá que convertimos a Venezuela en la Sodoma y Gomorra que el Socialismo subsidia para que todos seamos esclavos de un negligente e incapaz.
El tipo ese que se llamaba Ernesto 'Che' Guevara, dijo:
“La Habana es “una de las ciudades más ricas y más bellas de América”.
Nicolás Maduro dijo: “Venezuela es el mejor país del mundo”

¿Venezuela?
Ronnald Rojas