
Estimado amigo: Me gustaría que leas ésta epístola con la especial atención, que siempre le das a mis textos filosóficos. La idea de un lenguaje como instrumento de performación y sometimiento, incluso de la ciencia, es hoy una cuestión de extrema urgencia. La relación del ser argentino con el lenguaje del aquí y ahora, está experimentando una transformación cuyas consecuencias, aun no imaginamos; y de las que, tampoco estamos preparados para afrontar. El movimiento de ésta transformación, no resulta dócil a nuestra percepción inmediata, porque además, está sucediendo en el mayor de los silencios. Aquel exótico silencio que se oculta tras el caos, la crispación y el bullicio.
Ciertamente, debemos reconocer, que el lenguaje cotidiano y coloquial, quien lejos de aproximarnos a una profana realidad por fuera del mero subjetivismo, es quien nos engaña y confunde. Privilegios de la política cuando es elevada al grado de dogma. No obstante, simultáneamente existen otros hechos mas allá de la vida cotidiana y trivial que Goethe denominó "relaciones profundas", quien dice: "En la vida cotidiana, nos conformamos con un uso precario del lenguaje, porque solo nos referimos a las relaciones superficiales, pero en la medida que nos trasladamos a relaciones mas profundas, interviene otro tipo de lenguaje: el filosófico".
Ese biodegradable cúmulo de curiosidades y fantasías en el niño, constituyen para el ser humano, la cúspide de su intelectualidad y creatividad; para que luego la sociedad mediante la escuela y universidad, procedamos a igualarlos en la automatización mecanicista de la conciencia. La genialidad, no es algo que estemos dispuestos a tolerar.
Mientras los dogmáticos invierten su pérdida de tiempo en las palabras, el populismo argentino, ancla sus mejores argumentos fácticos en el darwinismo capitalista; ya que eleva a la categoría de doctrina, el fomento estatal y programático de un hiperconsumismo neurótico, obsesivo, obsceno , caótico y desquiciante, como motorizador de un sector industrial vernáculo que no sabe de estrategia, memoria, ni sentimientos. Nunca tuvimos un anticapitalismo mas capitalista que éste.

Pero sin percibirlo conscientemente, en estos tiempos de dilemas y crisis, también manifiesta un cambio no ya linguístico y enunciativo, sino que se vuelve sobre el concepto del estado empresario. Es menester recordar, que toda refutación insustancial se basa en el ente que se refuta. Es decir que, cuando el kirchnerismo culpa a los empresarios de sus errores, está queriendo ocupar de manera hierofánica ese mismo espacio. Hoy, vemos a un estado que ya no pretende solo regular la actividad privada, sino que, está queriendo ejercitar una actividad docente. Enseñar es elevarse por sobre los educandos. Es alimentar narcisismo en el otro, como un otro. Todo rol metafísico de maestro, procura ocupar el espacio de la ignorancia, la inclinación por la perversión y el abandono.
El narcisismo como un estado de reencuentro con el otro, se convierte en su propio no narcisismo, donde no hay otra síntesis mas que, la necesidad de estar mas abierto con el yo, ergo de mostrarse generoso y piadoso con uno mismo y su otredad. Ese narcisismo intrínseco, solo tiene como fin ayudarnos a vivir en el sin sentido y la invisibilidad, sin cuyo movimiento tendiente al reencuentro del otro con lo otro, nos sumergiría en una paradoja de autodestruccción.
Con la ley de ART, la Ley de Hidrocarburos, la incipiente nueva Ley de Energías Renovables, las nuevas licitaciones en Telecomunicaciones, etc; - el Estado, está evidenciando una aproximación mas que sutil a la economía de mercado, la cual, por otro lado es blanco predilecto en los ataques de su liturgia dogmática. Las leyes conocidas bajo el eufemismo "Ley de Abastecimiento", también es en si mismo, el resultante de esa postura pedagógica para con lo que el kirchnerismo, idealizó sobre el "ser empresario".
No solo se trata de las distancias entre la lógica modal como sistema formal del pensamiento, de unos y otros, sino de la base empírica y doctrinaria conque se utilizan las expresiones "es necesario que" versus "es posible que". Esta metamorfosis activa del kirchnerismo, es fruto del callejón sin salida, mas que de un modelado ideológico, si es que alguna vez existió uno. Para comprender mejor estos cambios, hay que sepultar la lógica clásica, para darle lugar a las "no clásicas", ergo la lógica deóntica, la lógica temporal, la lógica epistémica y la lógica doxástica.

Hasta ahora, en Argentina la mayoría de los intentos de modelar el conocimiento se han basado en el modelo de los "dos mundos posibles". La paradoja, consagrada por cierto, radica en que una vez que quitamos la humareda del medio (las palabras), nos topamos con un kirchnerismo que se está reinventando a si mismo, y creando otros mundos por fuera del maniqueísmo instalado. Por ende, es obligación de los intelectuales detectar ese nuevo camino formulado como un absoluto, a fin de poder determinar los métodos y respuestas a los nuevos designios de la política, inherentes a los factores de producción.
Un estado nacional que se insinúa como una empresa supraestructural, impone otro tipo de decisiones y otra filosofía de trabajo. Un dogma jamás hará mea culpa de manera corporativa, por ende, el ataque a las corporaciones privadas, es su única respuesta corporativista posible, cuando de recesión y crisis económica hablamos. Es decir, que la salida airosa inventada para la ocasión, es aprovechar la coyuntura y las simbologías emergentes, para transferirle nuevamente la responsabilidad empresarial a los empresarios, pero sin apostatar ante su investidura de gran maestro o gran hermano. Esto que señalo, también es extensivo a las provincias, quienes también son vistos como competencia. Toda competencia que compulsa una administración con otra, no solo reviste tinte político, sino que también goza de una pulsión nítidamente empresarial.
El futuro que es predecible, no es futuro. Por ende, nuestras decisiones presentes no deben ser tardías ni remolonas. Inclusive, con el próximo gobierno, sea cual fuere, nada me hace ver un escenario distinto, pues ésta postura de un "estado docente", es el resultante de la accidentología y la mala praxis. Cuando uno llega al fondo del callejón sin salida, solo queda salir por donde se vino.
Cordiales saludos
Lic Ramón D. Peralta