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La humanidad tiene ese extraño afán a juzgar lo que le es desconocido o no lo que no entiende (desde tiempos ancestrales), a lo cual le termina teniendo miedo, estigmatizándolo y encasillando en estereotipos. A lo largo de la historia se tiene registrado muchos acontecimientos de corte "esotérico" los cuales son estigmatizados de manera que, la gente termina haciendo dos cosas, creyendo en ellos o temiendo de ellos. Un ejemplo es la brujería. El más famoso pasaje de la historia referente a la brujería, son las famosas Brujas de Salem o como correctamente se le debe de decir, Los Juicios de Salem.

Muchas culturas, tanto antiguas como modernas, han reaccionado de forma puntual a las acusaciones de brujería con miedo supersticioso y han asesinado, a los presuntos o presuntas practicantes las brujas ( en su mayoría mujeres, y que conste que este artículo no es de corte feminista), si bien creo yo que se tiene más conocimiento y antecedentes sobre el tema desde la Edad Media sobre la brujería, sobre Salem siento yo que son caso aparte, y no es tanto por la histeria colectiva que se desato, es todo el misticismo y los mitos que existen detrás de esa historia.

Salem (nombre en hebreo de Jerusalén) Massachusetts, es una ciudad en el norte de la costa oeste de los Estados Unidos, fue fundado en 1626 por Roger Conant, que como otros emigrantes puritanos, era muy religioso, la población poseía un carácter muy conservador y la sociedad de la época estaba caracterizada por una fuerte creencia en el "diablo".



Fue en 1692 cuando se suscitó una cacería en contra de muchas mujeres, las cuales fueron acusadas de brujería, tomando en cuenta la época en la que se realizó este suceso, muchas fueron acusadas y sentenciadas por una sociedad temerosa y sobre todo influenciadas por un personaje clave: Samuel Parris, además de que tenemos que tomar en cuenta tanto la época y como las creencias, para poder entender del todo, esta historia.



Samuel Parris llego proveniente de las Antillas, junto con su hija Elizabeth, su sobrina Abigail y una sirvienta negra llamada Tituba, las niñas jugaban mucho con la mucama, el reverendo no tenía conocimiento de que Tituba practicaba Vudú (religión que se practica sobre todo en Haití), y no le dio importancia al hecho de que las niñas pasaran tiempo con su esclava, en esa época ese tipo de prácticas eran condenadas por la iglesia (Bueno estamos de acuerdo que la iglesia condena todo lo que no le gusta o lo que ellos consideren pagano). Acorde con los escritos recopilados de ese tiempo, las niñas comenzaron a tener actitudes un tanto "extrañas" o más bien actitudes que no eran comunes en ellas, rompían a llorar sin motivo aparente, incluso se dice que colocaban en cuatro patas y comenzaban a ladrar como perros, estas conductas comenzaron a ser frecuentes y no solo con Elizabeth y Abigail, sino también sus amigas, al grado de que una dijo que había sido amenazada por una "bruja" con decapitarla. El tiempo pasaba y ante estos "raros" comportamientos, se llamó al único médico que el pueblo que Salem tenía, William Griggs para examinar a las niñas, pero al ver que era incapaz de encontrar cuál era el mal que las aquejaba, al verse superado, el doctor determinó de que se trataba de un caso de brujería.



El 29 de febrero de 1692, bajo la presión de los magistrados Jonathan Corwin y John Hathorne, las niñas acusaron a tres mujeres de haberlas poseído: Tituba, la esclava del reverendo Parris, Sara Good, una vagabunda, y Sarah Osborne, una anciana mendiga. Tras instalarse la paranoia entre los puritanos habitantes del pueblo se desató una cadena de acusaciones. Las primeras inquisidoras fueron las niñas Parris, que se dedicaron a inculpar a su antojo, principalmente a miembros de las clases bajas o a aquellos que poseían "actitudes mal vistas", como el adulterio, y la única que admitió ser una bruja, fue Tituba, aunque dijo que había conocido a un hombre en la ciudad de Boston llamado Jhon Proctor, que según ella, el hombre la obligó a firmar un libro, sentenciando que otras mujeres del pueblo también lo habían hecho, aceptando su condición de brujas. La cacería de supuestas arpías estaba en marcha.



La joven Ann Putnam acusó de infanticidio a Rebecca Nurse de 71 años (quien tenía una reputación intachable), mientras que Susanna Martin fue acusada de embrujar los bueyes de su vecino a raíz de una pelea entre ambos, por consiguiente los vecinos con fuetes disputas se acusaban unos a otros y todo era un cuento de nunca acabar. Fue hasta que, en junio de 1692 se constituyó el Tribunal especial de Auditoría y Casación en Salem, presidido por el Juez William Stoughton, para juzgar los casos de "brujería".

En estos juicios se aceptó como prueba la existencia de unos espectros que simulaban actuar normalmente mientras los acusados atacaban o practicaban la brujería, y las técnicas de tortura provocaba la confesión de todos los acusados, la primera en ser condenada fue Bridget Bishop, una mujer extrovertida de 60 años que se había casado tres veces y que, si bien en el juicio aseguró que no sabía lo que era una bruja, finalmente fue ahorcada el 10 de junio de 1692. Las acusaciones, encarcelamientos y ejecuciones prosiguieron. Así, el reverendo George Burroughs, antiguo ministro del pueblo, fue señalado como jefe de las brujas y ahorcado el 19 de agosto, mientras que el capitán John Alden fue inexplicablemente identificado como el hombre alto de Boston del que hablaba Tituba.



No fue hasta que las acusaciones recayeron sobre la clase alta y comenzó a incomodarla, para el 12 de octubre de 1692, el gobernador de Nueva Inglaterra, William Phipps, ordenó que cesasen los arrestos y liberó a los encarcelados, disolviendo el Tribunal Especial unos días después para crear un Tribunal Supremo, una de las cosas que se descubrió fue que Proctor tuvo un romance con Abigail Williams, cometiendo así adulterio contra su esposa, Elizabeth Proctor, quien fue acusada de brujería por Abigail antes del arresto de Proctor, aparentemente por celos. Otro acusado fue Giles Cory, de 80 años, quien se negó a declarar cuando se le acuso a él y a su esposa, Martha Cory, de brujería. Murió aplastado con piedras por los guardias encargados de hacerlo hablar. Sin embargo aún se suceden las investigaciones para saber que ocurrió realmente, algunos creen que fueron "hechizos" causados por el consumo de ciertas setas alucinógenas, otros creen que pudieron ser enfermedades desconocidas como la viruela o el síndrome de Huntington. Otros investigadores creen que las motivaciones fueron sociales. En contra de la creencia popular, ningún acusado fue jamás quemado en la hoguera. El mito de las brujas quemadas, solo es eso, un mito.



El resultado de todo esto fue que después de cinco años, la fiebre de las brujas de Salem había bajado; sin embargo, la villa había quedado arruinada, y muchas familias se habían separado. Se calcula que entre 150 y 200 personas fueron acusadas y juzgadas por brujería; o incluso un número mucho mayor, si se tienen en cuenta los encarcelamientos no seguidos de acusaciones formales. Los acontecimientos en los juicios tuvieron una profunda influencia en la región: las cosechas se habían visto seriamente disminuidas, el ganado estaba muerto o había huido, las casas y las familias estaban devastadas a causa del pánico y quedó una sombra en el condado que todavía perdura en la leyenda.

La revista Smithsonian, en su artículo "Breve Historia de los Juicios por Brujería de Salem" resume la historia detrás de la intolerancia y la injusticia que se convirtió en un caso de histeria colectiva. Por otro lado, se debe enfatizar que, es muy "curioso" que los juicios hayan sido usados retóricamente en la política y la literatura popular como una advertencia real sobre los peligros del extremismo religioso, acusaciones falsas, fallos en el proceso y la intromisión gubernamental en las libertades individuales. Un claro ejemplo es el libro de Arthur Miller, las Brujas de Salem, que no son más que una crítica al sistema de los Estados Unidos. Y como verán, ninguna mujer acusada de brujeria fue quemada en una hoguera, como la "cultura pop" así lo marca.


*Este escrito es mi autoria