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Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa. (Génesis 30:27) (La Biblia)

Jacob estaba bendecido. Y su bendición salpicaba a su alrededor donde quiera que iba. Hasta su suegro que lo hizo trabajar mucho y bien, reconoció que había recibido bendición de Jehová por la presencia de Jacob entre los suyos. Es tan grande la bendición que una persona bendecida alcanza para bendecir a muchas personas. Como si el cuerpo mismo no alcanzara como jarrón para contener la bendición, esta se desparrama en todo lo que la persona bendecida tiene a su alrededor. “Te bendeciré y serás bendición” había dicho Dios con anterioridad. Y el principio se cumple siempre. Mire al esposo que se decide a vivir de acuerdo a la Palabra de Dios y vea cómo la bendición en su vida cambia rotundamente su matrimonio y su familia. Observe a la esposa asumiendo su lugar de ayuda idónea tal como lo ordena la Palabra y vea cómo la bendición de su obediencia hace que todos en la familia conozcan su lugar y vivan bendecidos obedeciendo a Dios. Y así pasa con los hijos, con los empleados, con los socios, con todos lo que de alguna manera tienen que ver con la persona bendecida. Todos pueden llegar a recibir de esa misma bendición. Un empleado que ha recibido la bendición de Dios será sin duda una bendición para su patrón, y por el obrero bendecido hasta la tierra misma recibe bendición. Labán no quería que Jacob y su bendición se fueran de su casa y le pidió que se quedase. Así debería ser con cada uno de nosotros, estemos donde estemos, hagamos lo que hagamos.
Le invito en este hermoso día que nos ha sido dado a vivir la bendición de Dios con tanta fuerza y con tanta fe que nos levantemos como la bendición de todo lo que nos rodea. Le animo a dejar ver cómo usted que tiene la bendición se transforma en bendición para su trabajo, su familia, su campo y todo lo que tocan sus manos. Vivamos juntos la bendición de Dios y seremos la bendición que toda la creación está esperando.
“Señor hoy quiero ser de bendición. Por eso bendigo todo lo que me has dado para hacer. Mi familia y mis parientes, bendigo el esfuerzo de mis manos y declaro tu bendición alrededor de mi vida. En el Nombre de Jesús. Amén”

Lic. Héctor Carlos Díaz
Pastor
Iglesia de Dios - Obligado
Itapúa - Rep. del Paraguay