Este es un post al revolucionario maxicano que participó activamente, junto con su hermano, a transformar la ideología mexicana del siglo XX (1900), llamando a la sublevación del pueblo.
En 1900 junto con su hermano forma el periódico Regeneración por el cual fue encarcelado ya que en él atacaba el gobierno de Díaz. En 1901 asiste al Primer Congreso de Clubes Liberales en la ciudad de San Luis Potosí, el periódico fue suprimido y Ricardo Flores Magón nuevamente encarcelado.
En 1902 se une al periódico satírico El hijo del ahuizote en el cual también participa José Guadalupe Posada quien se encarga de las ilustraciones.
En 1904 se exilió en Estados Unidos donde vuelve a publicar el periódico Regeneración y en 1905 participa en la constitución de la Junta Organizadora del PLM. El 1º de julio de 1906 preside la fundación del Partido Liberal Mexicano.
El 16 de marzo de 1918 publicó en Regeneración junto con Librado Rivera un manifiesto dirigido a los anarquistas del mundo,12 el cual motivó que ambos fueran encarcelados y sentenciados a 21 años de prisión en la penitenciaria de Mc Neil Island, en el estado de Washington, acusados de sabotear el esfuerzo bélico de Estados Unidos, que en ese entonces participaba en la Primera Guerra Mundial. La acción gubernamental en contra de Regeneración, formaba parte de la ola de cierres de periódicos obreros y de detenciones de dirigentes sindicales de ideología radical, que se desencadenó cuando los Estados Unidos entraron en la Primera Guerra Mundial en abril de 1917
Muere encarcelado el 21 de noviembre de 1922. Existen 3 versiones concernientes a su muerte. La primera (oficial) indica que murió por causa de un paro cardíaco; la segunda, según su compañero y amigo Librado Rivera, afirma que fue ahorcado. La tercera cuenta que fue apaleado hasta morir por los custodios de la prisión. Nunca tuvo miedo a la muerte y en vida siempre lo demostró "Cuando muera, mis amigos quizá escriban en mi tumba "aqui yace un soñador", pero no habrá nadie que se atreva a escribir esta insignia "aqui yace un cobarde y un traidor a sus ideas".
Les dejo unas ideas del gran Ricardo.
“Los gobiernos no pueden hacer otra cosa que cobrar contribuciones para pagar soldados y esbirros que protejan los intereses de los capitalistas”
Trabaja, cerebro, trabaja 1
“Trabaja, cerebro, trabaja; da toda la luz que puedas dar, y si te sientes fatigado, trabaja, trabaja. La Revolución es una vorágine: se nutre de cerebros y de bravos corazones. A la Revolución no van los malos, sino los buenos; no van los idiotas, sino los inteligentes.
“Trabaja cerebro, trabaja; da luz. Trabaja hasta que te aniquile la fatiga. Después vendrán otros cerebros, y luego otros y otros más. La Revolución se nutre de cerebros y de nobles corazones.”
Así pensaba el revolucionario un día en que la intensidad de su trabajo intelectual le había aflojado los nervios. Desde su cuartito veía pasar la gente que caminaba en distintas direcciones. Hombres y mujeres parecían atareados, ansiosos y como dominados por una idea fija. Todos andaban en pos del pan. En algunos rostros se notaba la decepción: sin duda esas gentes habían salido a buscar trabajo y volvían a la casa con las manos vacías.
Se acercaba la noche y, a la triste luz del crepúsculo, circulaba la gente. Los trabajadores regresaban a sus casitas con los brazos caídos, negros por el sudor y la tierra. Los burgueses, redondos, satisfechos, lanzando miradas despreciativas a la plebe generosa que se sacrifica para ellos y sus queridas, se dirigían a los grandes teatros o a los lujosos palacios que aquellos mismos esclavos habían construido, pero a los cuales no tenían acceso.
El corazón del revolucionario se oprimió dolorosamente. Toda aquella gente desheredada se sacrificaba estérilmente en la fábrica, en el taller, en la mina, dando su salud, su porvenir y el porvenir de sus pobres familias en provecho de los amos altaneros que, al pasar cerca de ella, esquivaban su contacto para preservar de la mugre y del tizne sus ricas vestiduras. Sí, aquella pobre gente se sacrificaba trabajando como mulos para hacer más poderosos a sus verdugos, porque así están arregladas las cosas: mientras más se sacrifica el trabajador, más rico se hace el amo y más fuerte la cadena.
La masa desheredada seguía pensando, pensando, y también los hartos; cariacontecidos los primeros, con los rostros radiantes de alegría los burgueses. Con aquel río de desheredados había para acabar con los dominadores; pero los pueblos son ríos mansos, muy mansos, demasiado mansos. Otra cosa sería si tuvieran la certeza de su fuerza y la certeza de sus derechos.
El revolucionario pensaba, pensaba: él era el único rebelde en medio de aquel rebaño; él era el único que había acertado sobre el medio a que debe recurrirse para resolver el grave problema de la emancipación económica del proletariado. Y era preciso que aquel rebaño lo supiese: “El medio es la Revolución; pero no la revuelta política, cuya obra superficial se reduce solamente a sustituir el personal de un gobierno por otro personal que tiene que seguir los pasos del anterior. El medio es la Revolución; pero la Revolución que lleve por fin garantizar la subsistencia a todo ser humano. ¿Qué utilidad puede tener una revolución que no garantice la subsistencia de todos?”
Esto pensaba el revolucionario mientras en la calle continuaba el monótono desfile de los inconscientes, que todavía creen que es natural y justo dejar que los amos se aprovechen del trabajo humano. Así pensaba el revolucionario, presenciando el ir y venir del rebaño, que no sabe dejar en esta tierra otra señal de su paso por ella que sus esqueletos en la fosa común, la miseria en sus familias y la hartura y el lujo para sus amos de la política y del dinero.
“Trabaja, cerebro, trabaja; da luz. Trabaja hasta que te aniquile la fatiga. Dentro de los cráneos de las multitudes hay muchas sombras: ilumina esas tinieblas con el incendio de tu rebeldía.”
1 Regeneración, 4ta. época, núm. 23, 4 de febrero de 1911; p. 2.
-Eso es todo gracias por tu visita-
En 1900 junto con su hermano forma el periódico Regeneración por el cual fue encarcelado ya que en él atacaba el gobierno de Díaz. En 1901 asiste al Primer Congreso de Clubes Liberales en la ciudad de San Luis Potosí, el periódico fue suprimido y Ricardo Flores Magón nuevamente encarcelado.
En 1902 se une al periódico satírico El hijo del ahuizote en el cual también participa José Guadalupe Posada quien se encarga de las ilustraciones.
En 1904 se exilió en Estados Unidos donde vuelve a publicar el periódico Regeneración y en 1905 participa en la constitución de la Junta Organizadora del PLM. El 1º de julio de 1906 preside la fundación del Partido Liberal Mexicano.
El 16 de marzo de 1918 publicó en Regeneración junto con Librado Rivera un manifiesto dirigido a los anarquistas del mundo,12 el cual motivó que ambos fueran encarcelados y sentenciados a 21 años de prisión en la penitenciaria de Mc Neil Island, en el estado de Washington, acusados de sabotear el esfuerzo bélico de Estados Unidos, que en ese entonces participaba en la Primera Guerra Mundial. La acción gubernamental en contra de Regeneración, formaba parte de la ola de cierres de periódicos obreros y de detenciones de dirigentes sindicales de ideología radical, que se desencadenó cuando los Estados Unidos entraron en la Primera Guerra Mundial en abril de 1917
Muere encarcelado el 21 de noviembre de 1922. Existen 3 versiones concernientes a su muerte. La primera (oficial) indica que murió por causa de un paro cardíaco; la segunda, según su compañero y amigo Librado Rivera, afirma que fue ahorcado. La tercera cuenta que fue apaleado hasta morir por los custodios de la prisión. Nunca tuvo miedo a la muerte y en vida siempre lo demostró "Cuando muera, mis amigos quizá escriban en mi tumba "aqui yace un soñador", pero no habrá nadie que se atreva a escribir esta insignia "aqui yace un cobarde y un traidor a sus ideas".
Les dejo unas ideas del gran Ricardo.





“Los gobiernos no pueden hacer otra cosa que cobrar contribuciones para pagar soldados y esbirros que protejan los intereses de los capitalistas”














Trabaja, cerebro, trabaja 1
“Trabaja, cerebro, trabaja; da toda la luz que puedas dar, y si te sientes fatigado, trabaja, trabaja. La Revolución es una vorágine: se nutre de cerebros y de bravos corazones. A la Revolución no van los malos, sino los buenos; no van los idiotas, sino los inteligentes.
“Trabaja cerebro, trabaja; da luz. Trabaja hasta que te aniquile la fatiga. Después vendrán otros cerebros, y luego otros y otros más. La Revolución se nutre de cerebros y de nobles corazones.”
Así pensaba el revolucionario un día en que la intensidad de su trabajo intelectual le había aflojado los nervios. Desde su cuartito veía pasar la gente que caminaba en distintas direcciones. Hombres y mujeres parecían atareados, ansiosos y como dominados por una idea fija. Todos andaban en pos del pan. En algunos rostros se notaba la decepción: sin duda esas gentes habían salido a buscar trabajo y volvían a la casa con las manos vacías.
Se acercaba la noche y, a la triste luz del crepúsculo, circulaba la gente. Los trabajadores regresaban a sus casitas con los brazos caídos, negros por el sudor y la tierra. Los burgueses, redondos, satisfechos, lanzando miradas despreciativas a la plebe generosa que se sacrifica para ellos y sus queridas, se dirigían a los grandes teatros o a los lujosos palacios que aquellos mismos esclavos habían construido, pero a los cuales no tenían acceso.
El corazón del revolucionario se oprimió dolorosamente. Toda aquella gente desheredada se sacrificaba estérilmente en la fábrica, en el taller, en la mina, dando su salud, su porvenir y el porvenir de sus pobres familias en provecho de los amos altaneros que, al pasar cerca de ella, esquivaban su contacto para preservar de la mugre y del tizne sus ricas vestiduras. Sí, aquella pobre gente se sacrificaba trabajando como mulos para hacer más poderosos a sus verdugos, porque así están arregladas las cosas: mientras más se sacrifica el trabajador, más rico se hace el amo y más fuerte la cadena.
La masa desheredada seguía pensando, pensando, y también los hartos; cariacontecidos los primeros, con los rostros radiantes de alegría los burgueses. Con aquel río de desheredados había para acabar con los dominadores; pero los pueblos son ríos mansos, muy mansos, demasiado mansos. Otra cosa sería si tuvieran la certeza de su fuerza y la certeza de sus derechos.
El revolucionario pensaba, pensaba: él era el único rebelde en medio de aquel rebaño; él era el único que había acertado sobre el medio a que debe recurrirse para resolver el grave problema de la emancipación económica del proletariado. Y era preciso que aquel rebaño lo supiese: “El medio es la Revolución; pero no la revuelta política, cuya obra superficial se reduce solamente a sustituir el personal de un gobierno por otro personal que tiene que seguir los pasos del anterior. El medio es la Revolución; pero la Revolución que lleve por fin garantizar la subsistencia a todo ser humano. ¿Qué utilidad puede tener una revolución que no garantice la subsistencia de todos?”
Esto pensaba el revolucionario mientras en la calle continuaba el monótono desfile de los inconscientes, que todavía creen que es natural y justo dejar que los amos se aprovechen del trabajo humano. Así pensaba el revolucionario, presenciando el ir y venir del rebaño, que no sabe dejar en esta tierra otra señal de su paso por ella que sus esqueletos en la fosa común, la miseria en sus familias y la hartura y el lujo para sus amos de la política y del dinero.
“Trabaja, cerebro, trabaja; da luz. Trabaja hasta que te aniquile la fatiga. Dentro de los cráneos de las multitudes hay muchas sombras: ilumina esas tinieblas con el incendio de tu rebeldía.”
1 Regeneración, 4ta. época, núm. 23, 4 de febrero de 1911; p. 2.
-Eso es todo gracias por tu visita-