Otro paraíso perdido
Discúlpeme, porfavor, por no dejarle de mirar al bajarse del bús, tenía miedo, mucho miedo, de no volverle a ver.
Le ruego me perdone por no atreverme a crear una vida a su lado.
El mismo día en el cual estos sucesos fueron escritos, con una esplendida casualidad que solo se puede atribuir al incierto y divino azar, me encuentro con este breve escrito de Alejandra Pizarnik. Dos épocas tan distintas y dos sentimientos muy similares:
Hoy, cuando el autobús en que viajaba se detuvo, vi por la ventanilla un hombre joven que me miraba con lasciva e interés intelectual. Me angustió y lo miré colérica pero lo miré de nuevo y allí estaba mirándome. Cuando el autobús se puso en marcha asistí asombrada a la apretura de mi rostro que le sonreía hermosamente. Pero cuando no lo vi más me subió el llanto y dije: otro paraíso perdido.
Quizá nos vimos a través del tiempo.

Visita mi blog: http://el-es-condite.blogspot.com/