Como tal ojiva de pensamiento que solía atravesar su mente. Miguel se sentaba a apreciar tantos destellos, imágenes, sentimientos y sensaciones lograban pasar por su mente aquel instante, el mismo en el cual, se encontraba bañado en la sangre de Lucía, su amada, también odiada, pero aun así, Seguía siendo Lucía la luz de sus ojos, solo que ya... no estará presente en su vida sin ser más que un recuerdo frío y amargo...