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De Olivar de Sagazan ya hablamos ACA hace un tiempo, y vimos sus angustiosas esculturas envueltas en alambres y arcilla. Un reflejo directo y sobrecogedor del horror que no deja de ser la representación misma de la muerte y el sufrimiento buscando en el impacto visual una forma de belleza surgida de nuestras propias pesadillas. Ahora vamos a ver sus pinturas que atacan sin piedad nuestros miedos con la misma dureza y la misma visión, una visión no apta para espíritus sensibles que nos muestra su particular forma de enfrentarse a esos temores, a esas realidades. Este artista que además realiza unas aterradoras perfomances que se pueden ver en su web, nos deja en su obra ese conocimiento de lo aterrador, conocimiento adquirido en sus estudios de medicina y que traslada a su trabajo de manera agresiva y natural.
Las pinturas de Olivar tienen vida y movimiento a pesar de su aspecto macabro. Porque el dolor también forma parte del ser humano, un ser que muchas veces se esconde tras máscaras establecidas para ocultar su propia angustia. Salazán desnuda a sus seres para mostrarnos esa parte oscura pero viva que hay dentro de nosotros.