El siguiente es un Post, que se relaciona con el 31 aniversario del Golpe de Estado de 1976. Se trata de una obra de teatro: "Biblioclastas" basada en el libro: "Un golpe a los libros".
La obra se desarrolla en un ambiente de oficina típico de la época y representa y/o da a conocer con cuánta naturalidad se procedía a quemar libros. De ésta manera y situados en la circunstancia se plasma bajo qué criterios se hacía.
“Destruyeron los libros para quitarnos un modo de pensar”
Autor y actor, Jorge Gómez relata aquí cómo surgió la obra Biblioclastas, que se presenta en La Colada.
Por Hilda Cabrera
“Es cierto que, comparada con el genocidio, la quema de libros no parece un hecho grave. Pero los libros simbolizan muchas cosas. Censurar y destruir libros es quitarnos conocimiento y oportunidad para desarrollar el pensamiento crítico.” El actor Jorge Gómez reflexiona así a propósito de la obra que acaba de estrenar en La Colada (Jean Jaurés 751), donde el viernes 24 habrá doble función, a las 20.30 y 22.30. Su título, Biblioclastas, supone un acercamiento en tono de farsa a ese “querer borrar el pasado destruyendo” y una mirada irónica sobre la relación de los individuos con la cultura. Esta pieza escrita por Gómez y María Victoria Ramos transparenta la existencia de una superestructura destinada a censurar y quebrar lazos sociales: “En las fotografías recuperadas del Centro Editor de América Latina (CEAL), fundado por Boris Spivacow, no aparecen personajes vivando y quemando libros, como los de las imágenes que conocemos de los soldados y civiles nazis –observa Gómez–, sino gente en actitudes de indiferencia y desidia. Fotos en las que se ve en primer plano la quema y hacia el fondo a unos policías charlando y fumando como si nada ocurriera.” El actor personifica en este montaje a Fénix, el encargado de incinerar todo lo que llega a un destartalado galpón. Lo acompaña Luis Ferreyra en el papel de Gutiérrez, un correntino en apariencia sumiso.
El disparador de esta puesta es la destrucción de libros durante la última dictadura militar. Los puntales artísticos en la formación de Gómez han sido –confiesa– los trabajos de Eduardo Pavlovsky, Norman Briski y Griselda Gambaro, quien leyó y corrigió el texto: “El temor a que la obra resultara muy literaria se esfumó cuando tomamos conciencia de que en nuestro país hubo un plan sistemático de aniquilamiento de la cultura, que se desarrolló en un espacio burocrático que a nosotros nos pareció teatral”. De ahí la idea de ubicar la acción en un predio municipal con aspecto de oficina y depósito, donde Fénix, vestido con delantal gris y corbata, apila bolsas de consorcio destinadas a la hoguera.
Fénix reproduce el discurso de la dictadura, y es “homofóbico y antisemita”. Contrapuntea con Gutiérrez, ensimismado por momentos en la lectura de un Manual de Procedimiento. Fénix vuelca su asfixiante paternalismo en un pájaro que descubre en una bolsa y salva de las llamas. En el malicioso diálogo que entablan uno y otro surgen nombres, como el de Smuciewicz, un judío que desaparece no se sabe cómo, y el paraguayo Patiño. “Lo que contamos en la obra es doloroso, pero lo hacemos mostrando el costado cómico de los personajes, y eso sirvió de catarsis”, afirma. La pieza se estrena luego de seis meses de ensayo y con puesta de Adolfo Dorín, quien se formó y trabajó con Alberto Ure y fue asistente de Jaime Kogan antes de radicarse en Francia, donde vivió hasta hace dos años.
En cuanto a la quema de libros, comprende a quienes se vieron obligados a tomar esa decisión para protegerse o proteger a otros: “Ese acto significó para muchos una tragedia”. Pero hubo quienes los escondieron y lograron recuperarlos, como los artistas plásticos marplatenses Oscar Elissamburu y Nélida Valdez: “Ellos los habían enterrado en el jardín de la casa; dibujaron un plano para poder rescatarlos después, pero perdieron ese plano y encontraron los libros cuando habían pasado ya quince años”. Las portadas de esos textos prohibidos, retratadas por Marcelo Brodsky, son las que ahora se exhiben hasta el 2 de abril en Espacio Living del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930).
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/10-2078-2006-03-23.html
Aborda la quema de los libros durante la dictadura militar
Se estrena la obra de teatro “Biblioclastas”
“Hace tiempo que nos preocupaba la destrucción de libros durante la última dictadura, sobretodo porque percibimos que no ha existido la suficiente reflexión sobre el tema, muchas veces se piensa en hechos aislados, sin conexión, ó, en el caso de quienes enterraron libros, como un hecho menor. El desafío era desentrañar el entramado de las consecuencias, explícitas y veladas de esos hechos”, explicó Jorge Gómez, quien es junto a Victoria Ramos, autor de Biblioclastas.
La obra dirigida por Fito Dorin, va acompañada por una muestra de fotografías de la quema de los depósitos del Centro Editor de América Latina (CEAL) y portadas censuradas de libros, curadas por el artista Antonio Kantero.
Gómez, remarcó que el libro “Un golpe a los libros”, de Hernán Invernizzi y Judith Gociol, “es una impecable investigación sobre el tema, nos situó en lo escénico”.
Al señalar los pasos dados para concretar la obra, Gómez le explicó a la ANC: “Nosotros trabajamos, primero, en una investigación rigurosa de los hechos y luego en la dramaturgia, que tenemos el honor que haya corregido Griselda Gámbaro, llevamos la acción a un espacio tan imaginario como real: en un galpón-oficina municipal donde dos empleados trabajan y conviven con un horno-caldera que los “ilumina” y los condena a la vez”.
“En el galpón, por momentos, se reproducen las formas de la sociedad en la que viven los personajes, que oscilan entre la felicidad por un nuevo tiempo y sus triunfos; y por el dolor de la muerte de sus hijos y tener que truncar un proyecto. La dramaturgia es habitada desde un discurso risible que refleja en espejo lo horroroso y patético de ese mundo, la risa y el absurdo nos permitieron abordar la catarsis ante un tema extremadamente doloroso”, agregó.
Jorge Gómez, de 34 años, es periodista, licenciado en Historia Universal, actor y autor de varias obras como El Bufón de Rosas (Farsa Histórica), Superlatino, Laboratorio Nacional. Civilizacion y Barbarie. Pared.
María Victoria Ramos, de 29 años, es Licenciada en Letras, profesora de la Universidad de Buenos Aires, autora de Pajarita de Papel, primer premio de poesía del Centro Cultural Borges y publicó en 12 poetas, editado en 2005 por la Biblioteca Nacional.
http://www.utpba.net/article136819.html
Ficha del Libro:
Un golpe a los libros revela que junto al plan sistemático para la desaparición de personas implementado por la dictadura se correspondió el proyecto, también sistemático, de desaparición de símbolos, discursos, imágenes y tradiciones. Si por una parte estaban los campos de concentración, las prisiones y los “grupos de tareas”, por la otra, se afianzaba una compleja infraestructura de control cultural y educativo: equipos de censura, análisis biográficos, memos de inteligencia, abogados, intelectuales, académicos, planes editoriales, decretos, presupuestos, oficinas... Centrada en lo ocurrido con libros, autores y editoriales, esta investigación se apoya en gran cantidad de documentos confidenciales elaborados por el gobierno de facto, que aquí se presentan públicamente por primera vez.
Ficha del Autor:
Hernán Invernizzi, periodista, docente, es coordinador del programa Represión y Cultura, de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires (Adjuntía en Derechos Humanos).Judith Gociol es periodista. Especializada en temas culturales, trabajó en La Maga y Clarín. Es autora de los libros Alfonsina Storni, Contextos, La historieta argentina y Klein y el fin de las Marcas.
http://www.eudeba.com.ar/webcatalogo/Titulo.asp?id=576
UN GOLPE A LOS LIBROS
(Fecha publicación:18/05/2003)
Una investigación sobre represión a la cultura, realizada por Judith Gociol y Hernán Invernizzi. Es un trabajo conjunto de la Dirección General de Promoción del Libro y la Lectura y la Defensoría del Pueblo.
Que la dictadura desarrollara una estrategia de alcance nacional significa que implementó un proyecto racional, sistemático, con objetivos definidos, claramente enunciado, centralizado y llevado a la práctica en diversas áreas a lo largo de varios años. Y que la aplicación de ese plan en todo el país no sólo fue enunciada sino que, además, su ejecución fue llevada a cabo en las distintas provincias.
A esta altura de las investigaciones y causas judiciales, no hay dudas respecto de que el terrorismo de estado fue un plan sistemático. Salvando la diferencia de horror y crueldad, esta investigación propone que a la desaparición del cuerpo de los desaparecidos se corresponde el proyecto de desaparición sistemática de símbolos, discursos, imágenes y tradiciones. Dicho de otro modo: que la estrategia hacia la cultura fue funcional y necesaria para el cumplimiento integral del terrorismo de Estado como estrategia de control y disciplinamiento de la sociedad argentina.
http://www.guiacultural.com/guia_tematica/Letras/un_golpe_a_los_libros.html
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Hay mucho mas material disponible en Internet, pero no quería que se torne aburrido.
La obra se desarrolla en un ambiente de oficina típico de la época y representa y/o da a conocer con cuánta naturalidad se procedía a quemar libros. De ésta manera y situados en la circunstancia se plasma bajo qué criterios se hacía.
“Destruyeron los libros para quitarnos un modo de pensar”
Autor y actor, Jorge Gómez relata aquí cómo surgió la obra Biblioclastas, que se presenta en La Colada.
Por Hilda Cabrera
“Es cierto que, comparada con el genocidio, la quema de libros no parece un hecho grave. Pero los libros simbolizan muchas cosas. Censurar y destruir libros es quitarnos conocimiento y oportunidad para desarrollar el pensamiento crítico.” El actor Jorge Gómez reflexiona así a propósito de la obra que acaba de estrenar en La Colada (Jean Jaurés 751), donde el viernes 24 habrá doble función, a las 20.30 y 22.30. Su título, Biblioclastas, supone un acercamiento en tono de farsa a ese “querer borrar el pasado destruyendo” y una mirada irónica sobre la relación de los individuos con la cultura. Esta pieza escrita por Gómez y María Victoria Ramos transparenta la existencia de una superestructura destinada a censurar y quebrar lazos sociales: “En las fotografías recuperadas del Centro Editor de América Latina (CEAL), fundado por Boris Spivacow, no aparecen personajes vivando y quemando libros, como los de las imágenes que conocemos de los soldados y civiles nazis –observa Gómez–, sino gente en actitudes de indiferencia y desidia. Fotos en las que se ve en primer plano la quema y hacia el fondo a unos policías charlando y fumando como si nada ocurriera.” El actor personifica en este montaje a Fénix, el encargado de incinerar todo lo que llega a un destartalado galpón. Lo acompaña Luis Ferreyra en el papel de Gutiérrez, un correntino en apariencia sumiso.
El disparador de esta puesta es la destrucción de libros durante la última dictadura militar. Los puntales artísticos en la formación de Gómez han sido –confiesa– los trabajos de Eduardo Pavlovsky, Norman Briski y Griselda Gambaro, quien leyó y corrigió el texto: “El temor a que la obra resultara muy literaria se esfumó cuando tomamos conciencia de que en nuestro país hubo un plan sistemático de aniquilamiento de la cultura, que se desarrolló en un espacio burocrático que a nosotros nos pareció teatral”. De ahí la idea de ubicar la acción en un predio municipal con aspecto de oficina y depósito, donde Fénix, vestido con delantal gris y corbata, apila bolsas de consorcio destinadas a la hoguera.
Fénix reproduce el discurso de la dictadura, y es “homofóbico y antisemita”. Contrapuntea con Gutiérrez, ensimismado por momentos en la lectura de un Manual de Procedimiento. Fénix vuelca su asfixiante paternalismo en un pájaro que descubre en una bolsa y salva de las llamas. En el malicioso diálogo que entablan uno y otro surgen nombres, como el de Smuciewicz, un judío que desaparece no se sabe cómo, y el paraguayo Patiño. “Lo que contamos en la obra es doloroso, pero lo hacemos mostrando el costado cómico de los personajes, y eso sirvió de catarsis”, afirma. La pieza se estrena luego de seis meses de ensayo y con puesta de Adolfo Dorín, quien se formó y trabajó con Alberto Ure y fue asistente de Jaime Kogan antes de radicarse en Francia, donde vivió hasta hace dos años.
En cuanto a la quema de libros, comprende a quienes se vieron obligados a tomar esa decisión para protegerse o proteger a otros: “Ese acto significó para muchos una tragedia”. Pero hubo quienes los escondieron y lograron recuperarlos, como los artistas plásticos marplatenses Oscar Elissamburu y Nélida Valdez: “Ellos los habían enterrado en el jardín de la casa; dibujaron un plano para poder rescatarlos después, pero perdieron ese plano y encontraron los libros cuando habían pasado ya quince años”. Las portadas de esos textos prohibidos, retratadas por Marcelo Brodsky, son las que ahora se exhiben hasta el 2 de abril en Espacio Living del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930).
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/10-2078-2006-03-23.html
Aborda la quema de los libros durante la dictadura militar
Se estrena la obra de teatro “Biblioclastas”
“Hace tiempo que nos preocupaba la destrucción de libros durante la última dictadura, sobretodo porque percibimos que no ha existido la suficiente reflexión sobre el tema, muchas veces se piensa en hechos aislados, sin conexión, ó, en el caso de quienes enterraron libros, como un hecho menor. El desafío era desentrañar el entramado de las consecuencias, explícitas y veladas de esos hechos”, explicó Jorge Gómez, quien es junto a Victoria Ramos, autor de Biblioclastas.
La obra dirigida por Fito Dorin, va acompañada por una muestra de fotografías de la quema de los depósitos del Centro Editor de América Latina (CEAL) y portadas censuradas de libros, curadas por el artista Antonio Kantero.
Gómez, remarcó que el libro “Un golpe a los libros”, de Hernán Invernizzi y Judith Gociol, “es una impecable investigación sobre el tema, nos situó en lo escénico”.
Al señalar los pasos dados para concretar la obra, Gómez le explicó a la ANC: “Nosotros trabajamos, primero, en una investigación rigurosa de los hechos y luego en la dramaturgia, que tenemos el honor que haya corregido Griselda Gámbaro, llevamos la acción a un espacio tan imaginario como real: en un galpón-oficina municipal donde dos empleados trabajan y conviven con un horno-caldera que los “ilumina” y los condena a la vez”.
“En el galpón, por momentos, se reproducen las formas de la sociedad en la que viven los personajes, que oscilan entre la felicidad por un nuevo tiempo y sus triunfos; y por el dolor de la muerte de sus hijos y tener que truncar un proyecto. La dramaturgia es habitada desde un discurso risible que refleja en espejo lo horroroso y patético de ese mundo, la risa y el absurdo nos permitieron abordar la catarsis ante un tema extremadamente doloroso”, agregó.

Jorge Gómez, de 34 años, es periodista, licenciado en Historia Universal, actor y autor de varias obras como El Bufón de Rosas (Farsa Histórica), Superlatino, Laboratorio Nacional. Civilizacion y Barbarie. Pared.
María Victoria Ramos, de 29 años, es Licenciada en Letras, profesora de la Universidad de Buenos Aires, autora de Pajarita de Papel, primer premio de poesía del Centro Cultural Borges y publicó en 12 poetas, editado en 2005 por la Biblioteca Nacional.
http://www.utpba.net/article136819.html
Ficha del Libro:
Un golpe a los libros revela que junto al plan sistemático para la desaparición de personas implementado por la dictadura se correspondió el proyecto, también sistemático, de desaparición de símbolos, discursos, imágenes y tradiciones. Si por una parte estaban los campos de concentración, las prisiones y los “grupos de tareas”, por la otra, se afianzaba una compleja infraestructura de control cultural y educativo: equipos de censura, análisis biográficos, memos de inteligencia, abogados, intelectuales, académicos, planes editoriales, decretos, presupuestos, oficinas... Centrada en lo ocurrido con libros, autores y editoriales, esta investigación se apoya en gran cantidad de documentos confidenciales elaborados por el gobierno de facto, que aquí se presentan públicamente por primera vez.
Ficha del Autor:
Hernán Invernizzi, periodista, docente, es coordinador del programa Represión y Cultura, de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires (Adjuntía en Derechos Humanos).Judith Gociol es periodista. Especializada en temas culturales, trabajó en La Maga y Clarín. Es autora de los libros Alfonsina Storni, Contextos, La historieta argentina y Klein y el fin de las Marcas.
http://www.eudeba.com.ar/webcatalogo/Titulo.asp?id=576
UN GOLPE A LOS LIBROS
(Fecha publicación:18/05/2003)
Una investigación sobre represión a la cultura, realizada por Judith Gociol y Hernán Invernizzi. Es un trabajo conjunto de la Dirección General de Promoción del Libro y la Lectura y la Defensoría del Pueblo.
Que la dictadura desarrollara una estrategia de alcance nacional significa que implementó un proyecto racional, sistemático, con objetivos definidos, claramente enunciado, centralizado y llevado a la práctica en diversas áreas a lo largo de varios años. Y que la aplicación de ese plan en todo el país no sólo fue enunciada sino que, además, su ejecución fue llevada a cabo en las distintas provincias.
A esta altura de las investigaciones y causas judiciales, no hay dudas respecto de que el terrorismo de estado fue un plan sistemático. Salvando la diferencia de horror y crueldad, esta investigación propone que a la desaparición del cuerpo de los desaparecidos se corresponde el proyecto de desaparición sistemática de símbolos, discursos, imágenes y tradiciones. Dicho de otro modo: que la estrategia hacia la cultura fue funcional y necesaria para el cumplimiento integral del terrorismo de Estado como estrategia de control y disciplinamiento de la sociedad argentina.
http://www.guiacultural.com/guia_tematica/Letras/un_golpe_a_los_libros.html
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Hay mucho mas material disponible en Internet, pero no quería que se torne aburrido.