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Gente... me inspire en tango22 y decidi subir una de las historias que escribo... si gusta tengo un par mas... salute

Almas Tranquilas


Sabes bien lo que siento por vos… siempre te lo dije, aunque vos no querías aceptarlo… siempre lo sentí, es como algo que me recorre los sentidos de punta a punta… es como encontrar un lugar que solo nosotros conozcamos… Siempre quise encontrar un futuro con vos, pero vos te rehusabas, diciendo que no estabas preparado para lo que sería el futuro

Esas fueron las últimas palabras de la que alguna vez hubiera sido quien me rescate de mi eterna soledad, pero yo, fiel a mi destino, le dije que simplemente no podía hacerlo.
Es increíble el poder que tiene el hombre para dejar pasar oportunidades que la vida te presenta, en situaciones que jamás alguien hubiera imaginado.

Esa mañana del 8 de agosto, me desperté con un calor que se contradecía con la temperatura que hacia en ese día de invierno. Una sensación rara me daba vuelta por la cabeza, como si algo habría de suceder.
Rápidamente me vestí y salí a recorrer las calles teñidas de gris, y supe que el sol no iba a pasarse por acá, que sería el resto del día de ese color opaco. Llegue hasta la casa de Carlos, a unas pocas cuadras del edificio que construyeron hace poco, y le pregunte si todo andaba bien, como siempre respondió con su sonrisa y su frase: Como siempre.
Como él sabía que todas las mañanas me pasaba por su casa, ya me esperaba con unos mates bien calientes, tal cual le gusta a él. Decididos a terminarnos esa pava que nunca había conservado de buena manera, le conté lo que me pasaba, esa sensación que tenía. Siempre tenía una respuesta para todo, entonces era él a quien yo debía decírselo, y me respondió nuevamente con su sonrisa y me dijo que nunca tuvo esa sensación, pero que a lo mejor el destino me estaba susurrando al oído algo que podía suceder en poco tiempo.
Cuando terminé de escuchar estas palabras, inmediatamente me levante y me fui para la casa de ella. Caminé las pocas cuadras que separaban la casa de Carlos con la de ella y contemple nuevamente el día gris que también parecía decirme eso que no sabía que era, al oído. Me acerque a la puerta y golpee dos veces. Siempre tardaban en responder, así que espere mientras encendía un cigarrillo. Consumido la mitad de aquel, se asoma su madre y me dice que no era el momento para verla, que pasara después.
Hacía mas de dos meses que no la veía, por un problema que nunca supimos resolver. Creo que fue cuando ella se fue a Madrid a ver a sus primos, y no habíamos hablado más. También fue un poco culpa mía, como bien dije antes, fiel a mi soledad.
Se me había cruzado por la cabeza volver sin preguntar que había pasado, pero esa decisión fue cambiada. Decididamente, crucé ese jardín que separaba la vereda de la puerta de ella y le dije a la madre que necesitaba verla antes de que sea demasiado tarde. Ella aceptó, pasé y me dijo que pasara a su habitación. No dudé un segundo en entrar y cuando crucé esa puerta, me encontré sobre la cama un sobre, con mi nombre. Al abrirlo encontré aquellas palabras que hacen rodar las lágrimas sobre las mejillas. Lo guardé nuevamente en su sobre y salí sin decir nada. Tranquilamente caminé hasta mi casa y pude contemplar que en el cielo ya asomaba un rayo de sol y que de a poco las nubes se marchaban.

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