Cuando al fin la Luna se separe de la tierra….Pobre de la Tierra el día que Luna se separe de Ella. Todo moriría, lógicamente claro… pues como la Tierra podría subsistir en la inmensidad agobiante del Universo sin su leal compañera. Así igual funciona el hombre, imitando a su madre, necesita la compañía, no podría sinó, caminar el sendero de la continua incógnita. Y su compañía, sepan, es su familia. Pobre del hombre que pierda a su familia, y no hablo de una perdida material, esto es espiritual, de lenguaje, porque el día que el alma de un hombre, no pueda ya hablar con el alma de su familia, aquel momento en que la boca grite y habite allí un silencio inhóspito, ese día, ese hombre, esa tierra, esa luna, pobre de ellos. No quiero estar en la Tierra ese día.
Este es un escrito, homenaje a los jóvenes incomprendidos por sus familias.
