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(¯`•._.•[ Krzysztof Kieślowski ]•._.•´¯)


(¯`•._.•[ 1941 - 1996 ]•._.•´¯)


Krzysztof Kieślowski fue un director y guionista de cine polaco, probablemente el más grande de las últimas décadas.

En su obra reflexiona sobre los aspectos de la existencia humana en el mundo actual.

Le interesaban los condicionamientos político – sociales, analizados en el contexto de la problemática moral y filosófica.

Kieślowski utilizaba una muy particular poética de la narración: un ritmo lento, numerosos acercamientos de la cámara, excepcional expresión de la dimensión audio, sobre todo de la música (de Zbigniew Preisner) e importancia de la fotografía.

Sus películas ascéticas y de no fácil percepción, contienen una potente carga reflexiva.
Se trata de un realizador con independencia intelectual, lo que le permitía brindarnos el mejor cine de autor, un cine que constantemente nos desafía a pensar sobre la condición humana, dejándonos mayores interrogantes que respuestas, para que nos encarguemos de buscar estas últimas por nosotros mismos.


El Decálogo


Consiste en diez capítulos de una hora de duración, cada uno en representación de uno de los Diez Mandamientos (de acuerdo a la tradición Católica Romana). En ellos se explora el posible significado de cada mandamiento, varias veces de una manera ambigua o contradictoria, dentro de una historia ficticia ubicada en la Polonia moderna. La serie es el trabajo más aclamado de Kieślowski, y ha ganado varios premios internacionales, a pesar de no ser distribuida en varios países fuera de Europa hasta finales de los 90.


Decálogo I: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”


Abre el ciclo y de manera suave introduce al espectador en aquel micro universo que son los departamentos grises. Muestra a un padre y su hijo viviendo su cotidianeidad. Pero es el hijo en quien se debe centrar la atención, es él quien sufre de un conflicto interno. Por un lado su padre es un científico, ateo, que sólo cree en aquello que ve y que puede ser comprobado; del otro lado está su hermana, tía del pequeño, cuya fe es inquebrantable y se encarga de hablarle al pequeño sobre Dios.

El capítulo cierra dejando una pregunta en el aire: ¿Dios existe en realidad o lo que nos sucede es simplemente el resultado de nuestras acciones? Por lo tanto, depende del espectador la lectura que quiera dar a los acontecimientos presentados en la pantalla. Así es como da inicio el viaje por el Decálogo.


Decálogo II: “No tomarás el nombre de Dios en vano”


Desarrolla el dilema de una mujer cuyo marido está a punto de morir. Aquí el protagonista es un doctor que a pesar de sus creencias, que nada tienen que ver con lo religioso, miente para salvar una vida. Este acto de bondad llevado a cabo por un ser totalmente desapegado de los sentimientos humanos hace que el espectador llegue a replantearse si de verdad es necesario creer en un ser divino para hacer cosas buenas o correctas.

Así mismo, se desarrolla de manera secundaria el tema de la infidelidad. Si bien no cae en profundidades ya que más adelante habrá una capítulo dedicado a las relaciones de pareja y la infidelidad como un escape o consuelo ante el encierro en que se puede convertir el matrimonio.


Decálogo III: “Santificarás las fiestas”


Título que hace referencia a guardar respeto no sólo a los eventos de tipo religioso, pues la película ocurre durante la noche buena, sino más bien a la familia, al amor, a los seres queridos. Un hombre decide mentir a su esposa y suegra para salir a hacerle compañía a su ex amante. En el transcurso de la noche y madrugada les ocurren una serie de eventualidades cuya finalidad es hacerlos reflexionar y con ellos al espectador acerca de la cotidianeidad en que las parejas llegar a caer, incluso aquellas que están juntas para escaparse por un rato de la realidad.

De los diez capítulos del Decálogo, este es el que desarrolla la mayor parte de su trama fuera del complejo habitacional de edificios grises. Aquí le es permitido al espectador conocer un poco más de la ciudad y el director juega con los espacios, afuera del complejo habitacional estos dos personajes fluyen de forma suave entre sí, pero al regresar a los departamentos la tensión incrementa en su ambiente.


Decálogo IV: “Honrarás a tu padre y a tu madre”


Es quizás una de las películas que más puede llegar a crear conflictos de tipo moral, ético y religioso en el espectador. Esto debido al tema tabú que desarrolla, pues sin duda es capaz de herir algunas sensibilidades. Se trata de una relación padre – hija que más tarde se convierte en una relación hombre –mujer. Kieslowski juega con el ocultamiento de la verdad, es así que el espectador nunca llega a saber con exactitud si esta pareja comparte lazos de sangre. El elemento que puede revelar la verdad tanto a ellos como a los televidentes es una carta que la hija decide quemar para así continuar viviendo una especie de fantasía mezclada con realidad y crudeza.

A fin de cuentas, esta es una historia que habla sobre el amor y los extrañísimos caminos que puede trazar en la vida de las personas. Es preciso agregar que en materia de sentimientos es muy probable que el corazón equivoque el camino y decida amar a la persona equivocada, en este caso dos seres humanos caen en el enamoramiento, o quizá lo que ellos creen que nace como un sentimiento puro no sea más que un estado de deseo que busca a toda costa ser consumado.

En este caso, el título puede o no ser interpretado de manera literal ya que, aunque de una manera un tanto “pervertida”, esta hija decide honrar a su padre, sin importarle lo correcto o incorrecto de la situación.


Decálogo V: “No matarás”


Es quizás la más famosa de las películas del Decálogo. Como su título lo indica desarrolla la historia de un joven que tras cometer asesinato, este acto considerado pecado mortal, recibe el castigo que la sociedad le impone. Aquí no hay mucho que interpretar ya que en el nombre va descrito a la perfección el tema. Así, la historia invita al espectador a reflexionar sobre la vida y aquellas cosas que pueden conducir, incluso al más centrado de los hombres, a cometer un crimen.

Esta película tiene como característica primordial ser cruda al mostrar cómo un hombre joven, dolido por una pérdida, se sale del camino y en su búsqueda por encontrar la manera de seguir adelante termina perdiéndose a sí mismo y a la poca humanidad que en él podía habitar.


Decálogo VI: “No amarás”(No Cometerás Adulterio)


Abre el ciclo y de manera suave introduce al espectador en aquel micro universo que son los departamentos grises. Muestra a un padre y su hijo viviendo su cotidianeidad. Pero es el hijo en quien se debe centrar la atención, es él quien sufre de un conflicto interno. Por un lado su padre es un científico, ateo, que sólo cree en aquello que ve y que puede ser comprobado; del otro lado está su hermana, tía del pequeño, cuya fe es inquebrantable y se encarga de hablarle al pequeño sobre Dios.

El capítulo cierra dejando una pregunta en el aire: ¿Dios existe en realidad o lo que nos sucede es simplemente el resultado de nuestras acciones? Por lo tanto, depende del espectador la lectura que quiera dar a los acontecimientos presentados en la pantalla. Así es como da inicio el viaje por el Decálogo.


Decálogo VII: “No hurtarás”


Lleva al extremo esta sentencia: Ania es raptada por Majka, su hermana, por lo menos eso se sabe al inicio, pues al momento de huir con la pequeña se revela que no comparten un lazo fraternal sino uno tanto más profundo, ella es su verdadera madre. La historia ocurre de manera lineal en un lapso de aproximadamente veinticuatro horas en las que los abuelos de Ania, padres de Majka, intentan convencer a su hija de volver a casa. Para el final, logran dar con su paradero arrebatando así a la pequeña de los brazos de su madre.

Hasta aquí no hay ningún relieve en la trama, pero es al final donde la tensión se acumula: Ania acepta como su madre a Majka justo en el momento en que esta última sube a un tren y sale de su vida. Así, la película cierra con la imagen de la pequeña perdiendo a su madre y regresando a la “mentira” en la que ha crecido.


Decálogo VIII: “No darás falso testimonio, ni mentirás”


Es una historia sobre el holocausto y aquellos que lograron salvarse, casi milagrosamente. La historia es simple: Sofía, una maestra de ética en la Universidad, al dar su clase, se topa con una visitante, Elzbieta, quien intentará ponerla en evidencia frente a sus alumnos, sin embargo la profesora logra defenderse con buenos argumentos. Pero en el campo personal no se libra tan fácil, la extraña visitante estadounidense resulta ser una sobreviviente del holocausto que se encuentra regresando sobre sus pasos para reclamar aquello que ,desde su perspectiva, le ha sido arrebatado y para lograr así reconstruir su identidad, o lo que pueda quedar de ella.

Los valores tanto de las protagonistas como los del espectador penderán de un hilo logrando entonces que exista una especie de reconocimiento que llevará a la reflexión acerca de lo que está bien o mal hacer en determinados momentos de la vida. Fuera de eso otro punto rescatable son las constantes reminiscencias de Elzbieta; ésta vuelve una y otra vez a la noche en que no fue “rescatada” por una familia polaca, es decir Sofía y su ahora muerto esposo.


Decálogo IX: “No desearás a la mujer de tu prójimo”


Hurga en las esquinas oscuras de una relación de matrimonio. Aquí también se habla del amor, como en “No amarás”, sin embargo la atención se encuentra puesta en los hechos cotidianos y en los deseos que pueden llegar a surgir derivados de los problemas maritales. Roman, tras descubrir que sufre de impotencia sexual, comienza a decaer moralmente. Su inseguridad aumenta y como resultado su esposa busca alternativas para no hundirse junto a él.

Un guiño, por parte del director, que define la relación de esta pareja es la guantera del coche del protagonista, ésta no funciona y en un momento determinado provoca que Roman pierda el control del vehículo y frene a media carretera. Al quedar parado ahí, envuelto en la desesperación aparece otra vez ese personaje que ha seguido a todos los protagonistas de la serie, un ángel o demonio que es testigo de sus momentos más vulnerables.

Finalmente la mujer al no encontrar satisfacción física y tampoco sentimental termina por engañar a su marido; él, al descubrir el engaño decide aventarse desde un puente sin terminar montado en bicicleta. Sobrevive y perdona a su mujer aquella traición que ahora ha quedado en el pasado.


Decálogo X: “No codiciarás los bienes ajenos”


Cierra la serie y es un filme cargado de humor negro que sirve para quitarse el sabor amargo dejado por los nueve capítulos anteriores. Funciona muy bien como salida a la realidad y el tema aquí es sin duda el dinero y los deseos que puede provocar. La traición estará presente en apariencia, sin embargo pesará más el humor que el drama. Todo gira en torno a una rara colección de estampillas heredadas por dos hermanos. A partir de ahí la codicia crecerá hasta un tamaño insospechado terminando todo en una situación del todo inverosímil y cargada de ironía.

El hecho de que para el final el director nos reserve una trama fácil de digerir convierte al Decálogo en una obra completa en la que se representa una amplia variedad de emociones humanas a las que pocas veces prestamos la atención suficiente como para encontrar belleza en ellas. Kieslowski logra transmitir al espectador sentimientos que nunca antes había experimentado con tanta fuerza; logra entonces que éste comience a prestar atención a los elementos de su vida y cómo estos se conectan con las personas que le rodean. Al final, es posible darse cuenta de que todos nos encontramos enlazados por una red casi imperceptible.




Hasta áca llegó el post.
Gracias por visitarlo.
Saludos.