Esta es una historia ficticia de mi autoría, comenten que les pareció
La historia de Pol
Esta reflexión trata de una historia de un hombre joven que siempre ha tratado de aprender algo de cada suceso que pasa por su vida...
Hola ¿Como estáis?, mi nombre es Pol, os contaré mi historia, es complicado comenzar, pero empezaré en una tarde de estudios en el instituto, para ese entonces era poco social, los pocos amigos que tenía los eran por que ellos me hablaron primero, de esta manera me encuentro dentro del salón de clases como cualquier día, al menos eso creía hasta que me topé una chica, muy bella, era la primera vez que venía al instituto, traté de acercárlmele lo más que pude, hasta que una amiga me dijo que se llamaba Alice, que había notado que me estaba fijando en ella y que también era su amiga, me pregunté a mi mismo ¿Es tan obvio mi gusto por ella?, pero daba igual, acepté su ayuda, y me presentó ante ella, me dijo su nombre, aún recuerdo su voz, tan perfecta. Esa misma noche se nos dio por salir a pasear a alguna parte de la ciudad, teníamos una conexión, para mí, casi perfecta: por ejemplo, yo era de los pocos de mi instituto que gustaba de jugar ajedrez y que ciertas veces era tenaz en el juego y no fácil de vencer, y me doy con la sorpresa de que ella también disfrutaba de jugar el ajedrez, así que fue inevitable un duelo entre los dos, fue un juego un tanto largo, me terminó derrotando, yo estaba seguro de que iba a ganar, me sorprendió mucho, incluso mi mejor amigo que estaba de espectador que me dijo: La dejaste ganar, ¿verdad?, yo respondí que sí, ya que no quería quedar mal. Coincidíamos en muchas cosas, la música, la comida, el modo de ver vivir la vida... para mí era la mujer perfecta, y creo que ella ya lo sabía, así que ella dio el "primer paso", me tomó de la mano, sentí un cambio brusco en todo mi cuerpo mi corazón latía como loco, y caminamos hablando de muchas cosa, intercambiamos los números de celular, después dijo que tenía que enviar un mensaje a alguien, poco después de que lo envió me llegó un mensaje al celular, era de ella, decía así: pol, eres muy lindo conmigo, me gustas. Tuve una sensación semejante pero más fuerte que la anterior, le miré a los ojos, y derrepente se colgó de mi cuello y me besó sorpresivamente en la boca, realmente indescriptible fue lo que sentí en ese preciso instante, era el comienzo de mi primera relación. Todo fue perfecto, nuestras salidas, las disfrutábamos al máximo, nos iba mejor en el instituto... hasta que derrepente, una tarde me llamó y me dijo: Tenemos que hablar, nos vemos dentro de una hora. Ése mensaje me dejo pensativo, ya que no era de los que me escribía, nos encontramos, le quise saludar con beso como siempre lo hacía, no me dejó, me dijo que no podíamos estar juntos, que era mejor estar separados; yo le pregunto ¿Por qué? con lágrimas en los ojos y un vacío profundo en mi pecho, ella me respondió que así debían ser las cosas, y se fue, no supe más de ella. Me quedé petrificado, no sabía que hacer, veía como la mujer de mi vida se iba frente a mis ojos, me quedé pensado, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?... No me hacía ninguna hipótesis de lo que había pasado, pero aún, ahora que escribo esto me pregunto ¿por qué? fue tan repentino el fin de esa relación, ¿por qué? terminó, aún no encuentro la respuesta, aún quiero saber la respuesta. No lo superé fácilmente.
Me trasladé a un instituto de la capital, donde tuve que vivir como inquilino de una pareja ya un tanto longeva, pero no era el único inquilino, había otros que iban a diferentes institutos, con los cuales me hice muy buenos amigos. En mi nuevo instituto me hice un tanto conocido ya que destacaba en las notas de los exámenes que publicaban cada semana, cosa que no hacían en mi anterior instituto, de ésta manera me hice unos cuantos amigos en el instituto, entre ellos, una amiga, llamada Sheyla, era una chica de las que gustaba de ir a discotecas y bailar, me invitó una vez con una amigas, me sentí un poco incómodo, ya que era el único el hombre, fue una noche larguísima, ya que dejé mi mochila en su casa, y al final de todo tenía que ir a buscarla, antes de irnos de la discoteca, una de las amigas me dijo que yo le interesaba a Sheyla, lo que me dejó pensativo, salí con ella hacia su casa, no tenía la llave, así que esperamos a que alguien viniera y abriera su casa, así que decidimos ir a una heladería al frente de su casa, donde traté de ver algo en ella que comprobara lo que me dijeron de ella, no comprobé nada, mas bien salí aún mas confundido, me dio mi mochila después de que un inquilino suyo abriera la puerta de su casa, me fuí a casa muy tarde. Pasaron semanas fijándome en ella, y encontré un gusto en su forma de ser y en su sonrisa, entonces en unas de las salidas de fin de semana que regularmente teníamos, decidí mandarle un mensaje a su celular diciendo: me gusta tu forma de ser, me gusta tu sonrisa, me gustas, quisiera estar contigo. Ella lo leyó, se abalanzó sobre mí y me besó en la boca, un momento interminable para mí, a final me dijo: ¿Eso responde a tu pregunta? Y se fue, así comienza mi segunda relación, relación de salidas y muchos besos, también éramos de esas parejas que se mandaban mensajes al celular todo el tiempo, y también de las que terminaba y volvía, por cosas un tanto tontas, pero hubo una vez un situación que no fue tan tonta, ella se iba a la universidad y a mí me faltaba un año aún, tuvimos que terminar, para algún día volver. La razón era "justa", pasaron 3 meses, ella ya estaba en la universidad, me llamó para una salida, volvimos como pareja, o al menos eso creí...
Una tarde, hora después de verme con Sheyla, iba a la heladería al frente de su casa, como ésta tenía puertas de vidrio, antes de entrar pude ver a Sheyla, pero ella no estaba sola, era alguien quien la tomaba por la cintura, y logré ver un pequeño beso entre ellos. No puedo describir la sensación que
pasé en ese preciso instante, me fui, con un gran vacío dentro de mi pecho, haciéndome preguntas y respondiéndome a mi mismo, ¿Por qué lo hizo?, por que no es como pensaba que era, ¿Fui yo el culpable?, quizá no la hacía feliz o ya le había aburrido como amante, ¿No me quiere?, si me es infiel con otro, la respuesta más obvia es que no me quiere, ¿Por qué aún sale conmigo?, quizá por que sólo quiere jugar conmigo. Mis conclusiones... me dejaron aún más deprimido, ya que no sabía cuanto tiempo me estaba siendo infiel, de todos modos, tenía que cortar con eso ya, para no hacerme aún mas daño, pero no tenía valor, ella me enviaba mensajes al celular, como siempre, y yo con mucho dolor las leía, sabiendo que ella estaba mintiendo, no las respondí, hasta que ella me llamó, y le dije lo que había visto y lo que había concluido, que me afectó de sobremanera y que quería terminar con esto ya, lo que me sorprendió es que ella lo negó completamente, a lo que yo respondí colgándole el teléfono, no quería saber de ella, apagué mi celular. Al día siguiente ella me buscó en el instituto, me encontró, me dijo que lo reconocía, pero había cometido un error abismal, que ella aún me amaba. Yo aún preso de sus encantos, le creí, diciéndome a mi mismo todos cometemos errores, entonces creí que todo había vuelto a la normalidad, vaya que me equivoqué. Un mes después de lo sucedido, pasó lo que nunca pensé que pasaría jamás, una infidelidad de Sheyla con otra persona en circunstancias irrefutables, mi sensación en ese momento fue no sólo el vacío en el pecho, si no también rabia, estaba muy enojado con Sheyla, tomé mi celular en ese momento, le llamé, le dije: Sheyla, tan sólo deseo que nunca nadie te haga lo que tu me hiciste a mí, adiós, ojalá nunca te vuelva a ver. Colgué y tomé un taxi hacia donde vivía. Cambié mi número telefónico por si me llamara. Aún tenía la rabia sobre ella, pero después de reflexionar solo en mi cuarto, me dí cuenta que el culpable, era yo, por creerle sus mentiras más de una vez, desde esa vez nunca más confié íntegramente en alguna persona. Ya tenía un año en la capital, fuera de casa, decidí volver, ya para estudiar en alguna universidad cerca de casa.
Estaba de nuevo en casa, junto a mi familia, estuve yendo a la universidad, fui regular en ese entonces, noté que la universidad tenía problemas y que la misma facultad tenía problemas internos, pero aún así seguí estudiando, conocí a una compañera de estudios, su nombre era María, nos hicimos muy buenos amigos, a tal punto que me llegó a gustar, y creo que yo a ella también, pero siempre me quedaba desconfianza adquirida de aquel suceso, entonces en una salida por el centro de la ciudad, nos sentamos a hablar en un banco, el tiempo pasó demasiado rápido, entonces, de manera espontánea nos miramos a los ojos, prolongadamente, con una sonrisa, nos acercamos de a poco, terminando en un beso largo, en el que me dije a mi mismo, me enamoré ¿Habrá sido buena decisión? Después de un tiempo me respondería esta pregunta.
Esta nueva relación era mucho más "normal" que las demás, ya que hacíamos las típicas cosas que hace una pareja, salir a comer, donde yo pagaba todo, sacarla a bailar, donde yo la llevaba de su casa y la traía de vuelta, nos hacíamos regalos en cada uno de nuestros aniversarios... en fin. Me parecía que lo peor ya había pasado, recordando mi anterior experiencia, dejándome llevar, y dependiendo cada vez más de su compañía. Unos meses después, yo iba como cualquier día a la facultad a recibir cátedra, en eso pasando por cada salón, como siempre lo hacía, me fijé en una de las aulas por la puerta trasera, había una silueta que me parecía familiar, era María, pero no estaba sola, estaba con alguien más que yo conocía, era uno de mis amigos de instituto, entonces se le acerqué para saludarle, ya a medio camino me di cuenta que estaban agarrados de la mano, en se momento me detuve, y me fijé bien, realmente eran los dos, ellos aún no se había dado cuenta que yo estaba detrás de ellos mirándolos, ella apoyó su cabeza sobre él, empecé a pensar lo peor mientras daba pasos pequeños hacia atrás para que no se dieran cuenta yo estaba allí, en ese proceso vi un beso entre ellos, en ese momento, mi mente se quedó en blanco y sólo atiné a salir rápidamente de la facultad e ir a mi casa. Sólo en mi cuarto, con lágrimas en los ojos, me pregunté a mi mismo ¿Por qué a mi? ¿Por qué a mi? ¿Por qué a mi?... ¿No era suficiente ya lo que había pasado?. Me afectó de gran manera ese suceso, dependía mucho de su compañía, el vacío dentro de mi pecho se hizo mucho más fuerte, estando aún en ese estado, ella llamó a mi teléfono, no quise contestar, pero ella insistió, le respondí la llamada y le dije: Si no me querías, sólo era necesario que me lo dijeras. Hubo un silencio, ella me respondió: Perdóname Pol. Me vinieron a mente las malas experiencias de mi relación anterior, yo sólo colgué la llamada y apagué el celular, y lloré solo en mi cuarto y haciéndome un sin fin de preguntas y respondiéndome a mismo esas preguntas llegué a una conclusión sobre las relaciones amorosas...
Un relación amorosa es como un mal negocio, ya que tu ofreces absolutamente todo a cambio del amor de la otra persona, el único problema, es que esa persona puede o no darte lo que tanto deseas, cuando no lo hace, tus sentimientos fueron desechados como la peor cosa inservible, quedas malherido de corazón, sales perdiendo de este negocio...
Ya con todas esta experiencias, decidí que nunca más me arriesgaré con un mal negocio, por que es muy probable que salga perdiendo, de nuevo.
La historia de Pol
Esta reflexión trata de una historia de un hombre joven que siempre ha tratado de aprender algo de cada suceso que pasa por su vida...
Hola ¿Como estáis?, mi nombre es Pol, os contaré mi historia, es complicado comenzar, pero empezaré en una tarde de estudios en el instituto, para ese entonces era poco social, los pocos amigos que tenía los eran por que ellos me hablaron primero, de esta manera me encuentro dentro del salón de clases como cualquier día, al menos eso creía hasta que me topé una chica, muy bella, era la primera vez que venía al instituto, traté de acercárlmele lo más que pude, hasta que una amiga me dijo que se llamaba Alice, que había notado que me estaba fijando en ella y que también era su amiga, me pregunté a mi mismo ¿Es tan obvio mi gusto por ella?, pero daba igual, acepté su ayuda, y me presentó ante ella, me dijo su nombre, aún recuerdo su voz, tan perfecta. Esa misma noche se nos dio por salir a pasear a alguna parte de la ciudad, teníamos una conexión, para mí, casi perfecta: por ejemplo, yo era de los pocos de mi instituto que gustaba de jugar ajedrez y que ciertas veces era tenaz en el juego y no fácil de vencer, y me doy con la sorpresa de que ella también disfrutaba de jugar el ajedrez, así que fue inevitable un duelo entre los dos, fue un juego un tanto largo, me terminó derrotando, yo estaba seguro de que iba a ganar, me sorprendió mucho, incluso mi mejor amigo que estaba de espectador que me dijo: La dejaste ganar, ¿verdad?, yo respondí que sí, ya que no quería quedar mal. Coincidíamos en muchas cosas, la música, la comida, el modo de ver vivir la vida... para mí era la mujer perfecta, y creo que ella ya lo sabía, así que ella dio el "primer paso", me tomó de la mano, sentí un cambio brusco en todo mi cuerpo mi corazón latía como loco, y caminamos hablando de muchas cosa, intercambiamos los números de celular, después dijo que tenía que enviar un mensaje a alguien, poco después de que lo envió me llegó un mensaje al celular, era de ella, decía así: pol, eres muy lindo conmigo, me gustas. Tuve una sensación semejante pero más fuerte que la anterior, le miré a los ojos, y derrepente se colgó de mi cuello y me besó sorpresivamente en la boca, realmente indescriptible fue lo que sentí en ese preciso instante, era el comienzo de mi primera relación. Todo fue perfecto, nuestras salidas, las disfrutábamos al máximo, nos iba mejor en el instituto... hasta que derrepente, una tarde me llamó y me dijo: Tenemos que hablar, nos vemos dentro de una hora. Ése mensaje me dejo pensativo, ya que no era de los que me escribía, nos encontramos, le quise saludar con beso como siempre lo hacía, no me dejó, me dijo que no podíamos estar juntos, que era mejor estar separados; yo le pregunto ¿Por qué? con lágrimas en los ojos y un vacío profundo en mi pecho, ella me respondió que así debían ser las cosas, y se fue, no supe más de ella. Me quedé petrificado, no sabía que hacer, veía como la mujer de mi vida se iba frente a mis ojos, me quedé pensado, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?... No me hacía ninguna hipótesis de lo que había pasado, pero aún, ahora que escribo esto me pregunto ¿por qué? fue tan repentino el fin de esa relación, ¿por qué? terminó, aún no encuentro la respuesta, aún quiero saber la respuesta. No lo superé fácilmente.
Me trasladé a un instituto de la capital, donde tuve que vivir como inquilino de una pareja ya un tanto longeva, pero no era el único inquilino, había otros que iban a diferentes institutos, con los cuales me hice muy buenos amigos. En mi nuevo instituto me hice un tanto conocido ya que destacaba en las notas de los exámenes que publicaban cada semana, cosa que no hacían en mi anterior instituto, de ésta manera me hice unos cuantos amigos en el instituto, entre ellos, una amiga, llamada Sheyla, era una chica de las que gustaba de ir a discotecas y bailar, me invitó una vez con una amigas, me sentí un poco incómodo, ya que era el único el hombre, fue una noche larguísima, ya que dejé mi mochila en su casa, y al final de todo tenía que ir a buscarla, antes de irnos de la discoteca, una de las amigas me dijo que yo le interesaba a Sheyla, lo que me dejó pensativo, salí con ella hacia su casa, no tenía la llave, así que esperamos a que alguien viniera y abriera su casa, así que decidimos ir a una heladería al frente de su casa, donde traté de ver algo en ella que comprobara lo que me dijeron de ella, no comprobé nada, mas bien salí aún mas confundido, me dio mi mochila después de que un inquilino suyo abriera la puerta de su casa, me fuí a casa muy tarde. Pasaron semanas fijándome en ella, y encontré un gusto en su forma de ser y en su sonrisa, entonces en unas de las salidas de fin de semana que regularmente teníamos, decidí mandarle un mensaje a su celular diciendo: me gusta tu forma de ser, me gusta tu sonrisa, me gustas, quisiera estar contigo. Ella lo leyó, se abalanzó sobre mí y me besó en la boca, un momento interminable para mí, a final me dijo: ¿Eso responde a tu pregunta? Y se fue, así comienza mi segunda relación, relación de salidas y muchos besos, también éramos de esas parejas que se mandaban mensajes al celular todo el tiempo, y también de las que terminaba y volvía, por cosas un tanto tontas, pero hubo una vez un situación que no fue tan tonta, ella se iba a la universidad y a mí me faltaba un año aún, tuvimos que terminar, para algún día volver. La razón era "justa", pasaron 3 meses, ella ya estaba en la universidad, me llamó para una salida, volvimos como pareja, o al menos eso creí...
Una tarde, hora después de verme con Sheyla, iba a la heladería al frente de su casa, como ésta tenía puertas de vidrio, antes de entrar pude ver a Sheyla, pero ella no estaba sola, era alguien quien la tomaba por la cintura, y logré ver un pequeño beso entre ellos. No puedo describir la sensación que
pasé en ese preciso instante, me fui, con un gran vacío dentro de mi pecho, haciéndome preguntas y respondiéndome a mi mismo, ¿Por qué lo hizo?, por que no es como pensaba que era, ¿Fui yo el culpable?, quizá no la hacía feliz o ya le había aburrido como amante, ¿No me quiere?, si me es infiel con otro, la respuesta más obvia es que no me quiere, ¿Por qué aún sale conmigo?, quizá por que sólo quiere jugar conmigo. Mis conclusiones... me dejaron aún más deprimido, ya que no sabía cuanto tiempo me estaba siendo infiel, de todos modos, tenía que cortar con eso ya, para no hacerme aún mas daño, pero no tenía valor, ella me enviaba mensajes al celular, como siempre, y yo con mucho dolor las leía, sabiendo que ella estaba mintiendo, no las respondí, hasta que ella me llamó, y le dije lo que había visto y lo que había concluido, que me afectó de sobremanera y que quería terminar con esto ya, lo que me sorprendió es que ella lo negó completamente, a lo que yo respondí colgándole el teléfono, no quería saber de ella, apagué mi celular. Al día siguiente ella me buscó en el instituto, me encontró, me dijo que lo reconocía, pero había cometido un error abismal, que ella aún me amaba. Yo aún preso de sus encantos, le creí, diciéndome a mi mismo todos cometemos errores, entonces creí que todo había vuelto a la normalidad, vaya que me equivoqué. Un mes después de lo sucedido, pasó lo que nunca pensé que pasaría jamás, una infidelidad de Sheyla con otra persona en circunstancias irrefutables, mi sensación en ese momento fue no sólo el vacío en el pecho, si no también rabia, estaba muy enojado con Sheyla, tomé mi celular en ese momento, le llamé, le dije: Sheyla, tan sólo deseo que nunca nadie te haga lo que tu me hiciste a mí, adiós, ojalá nunca te vuelva a ver. Colgué y tomé un taxi hacia donde vivía. Cambié mi número telefónico por si me llamara. Aún tenía la rabia sobre ella, pero después de reflexionar solo en mi cuarto, me dí cuenta que el culpable, era yo, por creerle sus mentiras más de una vez, desde esa vez nunca más confié íntegramente en alguna persona. Ya tenía un año en la capital, fuera de casa, decidí volver, ya para estudiar en alguna universidad cerca de casa.
Estaba de nuevo en casa, junto a mi familia, estuve yendo a la universidad, fui regular en ese entonces, noté que la universidad tenía problemas y que la misma facultad tenía problemas internos, pero aún así seguí estudiando, conocí a una compañera de estudios, su nombre era María, nos hicimos muy buenos amigos, a tal punto que me llegó a gustar, y creo que yo a ella también, pero siempre me quedaba desconfianza adquirida de aquel suceso, entonces en una salida por el centro de la ciudad, nos sentamos a hablar en un banco, el tiempo pasó demasiado rápido, entonces, de manera espontánea nos miramos a los ojos, prolongadamente, con una sonrisa, nos acercamos de a poco, terminando en un beso largo, en el que me dije a mi mismo, me enamoré ¿Habrá sido buena decisión? Después de un tiempo me respondería esta pregunta.
Esta nueva relación era mucho más "normal" que las demás, ya que hacíamos las típicas cosas que hace una pareja, salir a comer, donde yo pagaba todo, sacarla a bailar, donde yo la llevaba de su casa y la traía de vuelta, nos hacíamos regalos en cada uno de nuestros aniversarios... en fin. Me parecía que lo peor ya había pasado, recordando mi anterior experiencia, dejándome llevar, y dependiendo cada vez más de su compañía. Unos meses después, yo iba como cualquier día a la facultad a recibir cátedra, en eso pasando por cada salón, como siempre lo hacía, me fijé en una de las aulas por la puerta trasera, había una silueta que me parecía familiar, era María, pero no estaba sola, estaba con alguien más que yo conocía, era uno de mis amigos de instituto, entonces se le acerqué para saludarle, ya a medio camino me di cuenta que estaban agarrados de la mano, en se momento me detuve, y me fijé bien, realmente eran los dos, ellos aún no se había dado cuenta que yo estaba detrás de ellos mirándolos, ella apoyó su cabeza sobre él, empecé a pensar lo peor mientras daba pasos pequeños hacia atrás para que no se dieran cuenta yo estaba allí, en ese proceso vi un beso entre ellos, en ese momento, mi mente se quedó en blanco y sólo atiné a salir rápidamente de la facultad e ir a mi casa. Sólo en mi cuarto, con lágrimas en los ojos, me pregunté a mi mismo ¿Por qué a mi? ¿Por qué a mi? ¿Por qué a mi?... ¿No era suficiente ya lo que había pasado?. Me afectó de gran manera ese suceso, dependía mucho de su compañía, el vacío dentro de mi pecho se hizo mucho más fuerte, estando aún en ese estado, ella llamó a mi teléfono, no quise contestar, pero ella insistió, le respondí la llamada y le dije: Si no me querías, sólo era necesario que me lo dijeras. Hubo un silencio, ella me respondió: Perdóname Pol. Me vinieron a mente las malas experiencias de mi relación anterior, yo sólo colgué la llamada y apagué el celular, y lloré solo en mi cuarto y haciéndome un sin fin de preguntas y respondiéndome a mismo esas preguntas llegué a una conclusión sobre las relaciones amorosas...
Un relación amorosa es como un mal negocio, ya que tu ofreces absolutamente todo a cambio del amor de la otra persona, el único problema, es que esa persona puede o no darte lo que tanto deseas, cuando no lo hace, tus sentimientos fueron desechados como la peor cosa inservible, quedas malherido de corazón, sales perdiendo de este negocio...
Ya con todas esta experiencias, decidí que nunca más me arriesgaré con un mal negocio, por que es muy probable que salga perdiendo, de nuevo.