En esta cantina,
cuento los adoquines de la calle duradera;
y mi espectro escucha historias entre tragos.
Otro whisky,
para el paladar ansioso,
para intimar con la eternidad
embriagadora;
la que te da el beso de los locos;
y se despide en las resacas
iracundas.
Fuerzas en los dedos,
y en los codos;
sólo para levantar la copa;
pues mi sed es absoluta,
absoluta sed de dios,
más me conformo
con el etílico candor en el gaznate.

cuento los adoquines de la calle duradera;
y mi espectro escucha historias entre tragos.
Otro whisky,
para el paladar ansioso,
para intimar con la eternidad
embriagadora;
la que te da el beso de los locos;
y se despide en las resacas
iracundas.
Fuerzas en los dedos,
y en los codos;
sólo para levantar la copa;
pues mi sed es absoluta,
absoluta sed de dios,
más me conformo
con el etílico candor en el gaznate.
