Una pequeña historia que nos muestra que a veces lo mas hermoso que nos puede pasar llega cuando menos lo imaginas...
Escribo las últimas líneas de mi carta antes de partir. Cuando ella la lea yo ya voy a estar fuera de su vida. Las nubes se asoman, y desde la ventana escucho voces que mi partida imploran.
Ella nunca lo sabrá, era perfecta, demasiado inocente, insulsa y coqueta. Busque todos las maneras para acercarla a mí, pero fue en vano. No sé porque pero cada caída me hacia amarla más. Mientras ese amor crecía la distancia era aun mayor.
Con cada día mi corazón desvanecía. Y cada trazo en el papel me lastimaba. Mi habitación pálida y fría, con un leve resplandor proveniente de una sola ventana, mi única conexión con el exterior por la cual llego a verla cada día.
Ya las gotas empiezan a caer cual balas en una contienda sin descanso. Mi hora llego, coloco la carta en el sobre con mi aroma a fracaso. En un acto fugaz la dejo debajo de su puerta y me voy.
Emprendo mi camino, no sé donde empezare ni cuál será mi final, y ya no interesa. Entre suaves lluvias, dejo mi pasado en cada paso. Es curioso notar que no hay nadie aquí solo yo y mi compañera soledad.
Un punto a lo lejos, no diviso bien, cada vez que me acerco me quedo mas absorto. Es imposible creerlo, verte a ti, verte otra vez. Con mi carta en tu mano, y tus lágrimas que se mezclan con la lluvia. Te acercas a mí, yo inmóvil en mi incertidumbre. Y al mirar tus ojos entendí todo. Al unir nuestras almas en ese abrazo encontré mi bello final.
MI BELLO FINAL
Escribo las últimas líneas de mi carta antes de partir. Cuando ella la lea yo ya voy a estar fuera de su vida. Las nubes se asoman, y desde la ventana escucho voces que mi partida imploran.
Ella nunca lo sabrá, era perfecta, demasiado inocente, insulsa y coqueta. Busque todos las maneras para acercarla a mí, pero fue en vano. No sé porque pero cada caída me hacia amarla más. Mientras ese amor crecía la distancia era aun mayor.
Con cada día mi corazón desvanecía. Y cada trazo en el papel me lastimaba. Mi habitación pálida y fría, con un leve resplandor proveniente de una sola ventana, mi única conexión con el exterior por la cual llego a verla cada día.
Ya las gotas empiezan a caer cual balas en una contienda sin descanso. Mi hora llego, coloco la carta en el sobre con mi aroma a fracaso. En un acto fugaz la dejo debajo de su puerta y me voy.
Emprendo mi camino, no sé donde empezare ni cuál será mi final, y ya no interesa. Entre suaves lluvias, dejo mi pasado en cada paso. Es curioso notar que no hay nadie aquí solo yo y mi compañera soledad.
Un punto a lo lejos, no diviso bien, cada vez que me acerco me quedo mas absorto. Es imposible creerlo, verte a ti, verte otra vez. Con mi carta en tu mano, y tus lágrimas que se mezclan con la lluvia. Te acercas a mí, yo inmóvil en mi incertidumbre. Y al mirar tus ojos entendí todo. Al unir nuestras almas en ese abrazo encontré mi bello final.
FIN