
Como no encontré una imagen, que representara lo que yo quería, en internet;
pergeñé este "Frankenstein" (armado en "fotoyop" ) que antecede al relato.
El cuento que sigue, integró la antología "Manos que cuentan" que publicó Ed. Dunken, en 2009, la selección de textos y prólogo estuvo a cargo del escritor Cesar Melis y fué presentado en la Feria Internacional del libro del 2009. La publicación recopila producciones de autores de habla hispana (la gran mayoría argentinos)
Otra historia de amor (o de cómo morir por amor)
-¿Me amás? –Reprochó la mujer.
-Vos sabés que sí- Se defendió, se encontraba realmente incomodo.
-¡No! ¡No sé! Por eso pregunto. –Apuró. -¡Jurálo! –Obligó
-¡Mi amor...! ¡No es el momento!
-¡Jurálo! –Insistió.
-Juro que te amo. –Dijo algo afectado.
-No es suficiente. ¿Cuánto te durará este brote repentino de romanticismo?
-¡Está bien...! –Respiró con dificultó. -¡Te amaré por el resto de mi vida!
Parada junto a la cama, miró a su alrededor. Desconectó el respirador y con una almohada (que toma de la cama contigua) tapó, presionando, la cara de su amado, demasiado débil para ofrecer resistencia.
Cuando el intermitente “pitido” del aparato se estabilizó y dibujó (en un largo silbido horizontal) una línea eterna, retiró la almohada, le alisó el cabello (acomodó un mechón sobre la frente) y volvió a conectar el respirador.
-Bien... ¡Te creo! –dijo, y salió a buscar a la enfermera.