Aca posteo un relato de mi creacion. 
Marito
Que lo parió Marito, como te cuesta. Te sentas a escribir y se te opacan los ojos, no te sale nada de nada, te pones furioso, queres escribir un cuento y te termina por salir un poema, cuando queres apilar las palabras para el poema terminan dando fruto a cuentos. Entras en montañas rusas del pensamiento, subiendo bajando a velocidades comparables con el aleteo de un picaflor (que de este tenes poco, mas bien un ave de rapiña), me doy cuenta con solo mirarte escribir, se te ponen los músculos tensos Marito y ya sabes que eso no es bueno para tu salud, ya te lo repitió el medico aquella vez que te acompañe a causa de los dolores de espalada, “No debería de escribir por varias semanas también tome estas píldoras una cada 8 horas” claro que vos Marito no las tomaste no por caprichos sino porque nunca creíste en la concepción del tiempo medido. Ya enfrascado en tu escritura se te pasan las comas, los puntos, te comes las letras –lo único que comes en esos días venideros al nuevo mes- los dejas inconclusos abandonados hay tirados huérfanos, eso lo se yo Marito porque a mi también me sucede y no, no nos pongamos triste ni melancólicos por tu viejo relato del pobre diablo que quería bañarse.
Que lo parió Marito apenas tenes 22 años y ya se te esta cayendo el pelo, lo descubrí el otro día: pase a tu baño y vi la bañadera tapada de pelos, ay Marito cuantas veces te habré dicho que tenes que usar shampoo y no jabón, que la crema de enjuague le da vida a las raíces.
Veintidós años y tu rodilla ya no aguanta esas caminatas que hasta hace unos años solíamos emprender, te acordarás Marito esas por la Avenidida Santa Fe en la que me indicabas que autores leer cuales no, en solo apenas unos segundo me hacia la mejor reseña Biográfica del sueco de turno (¿o era Alemán?), en las que me mostrabas grabaciones de esas extrañas bandas que vos solo conocías, ¿Lo recuerda Marito? o mas lejos viendo las cartelera de los cines para decidir cual ver, claro que siempre terminábamos por cambiar a un Bergman por una cerveza helada es que a esas alturas usted ya tenia calor comenzaba a traspirarle la entrepierna y era preferible instalarse en la barra de algún sucucho, en el que vos Marito me dabas una cátedra de arquitectura. Marito todavía no tenes edad para andar con las terribles criaturas del insomnio: Te recortas y se inicia ritual de giros a la izquierda luego colocar la almohada bajo tus rodillas, porque también tenes los meniscos destruidos y eso te molesta cuando queres dormir, ahora un salto en alto para invertir tu cuerpo a la derecha, se repiten todos los pasos con variaciones, tus ojitos Marito desvelados mirando en la oscuridad un punto que al turno hace de pensamiento, imágenes y discursos que tendrás que dar mañana a alguien si es que ese alguien viviera contigo “Perdona Vieja, es que me quede despierto leyendo” peor todavía si ese alguien duerme con usted Marito, porque se le haría imposible pensar en otra (que ahora hace de ella) sin eso traerle remordimientos sin generar en usted una suma de nervios, de insomnios, de dudas, de recuerdos y principalmente de destinos deducidos; ya le he dicho que eso no sirve, usted no puede planear todos los finales déjese de idioteces Marito abandone ya esta disciplina de revoltosos pensamientos nocturnos.
Tiene razón, casi me olvidaba, usted fuma y de que manera, Marlboro Box un, encendedor y algún que otro librito del Sueco (¿o era Alemán?) en su mesa de luz, pero lo importante es el tabaco, no si se avanzo en la lectura unas treinta paginas o si no se ha abierto en semanas, nada de eso, lo importante ahora es el tabaco y usted comprenderá Marito a lo que me refiero. Esa infernal manera de fumar uno tras otro sin esperar siquiera que el cenicero asimile las viejas colillas, usted lo ataca desprevenido, es que como luego me indico es mejor fumar uno seguidamente de otro para que nuestros dedos no se canses, tampoco los pulmones. Con bocanadas profundas que parecen imitar algún agujero negro (si es que yo hubiera visto alguno, ¿Marito alguna vez vio uno?) pretendiendo extraer algún vestigio del acero que corto las hojas, hasta ahora nunca lo ha logrado. Intentando consumir con las pitadas el tiempo que se le sienta a su lado por las tardes y de esto yo puedo dar fe: el tiempo suele visitarlo por la tardecita sobre todo en verano olvidando que debe continuar su peregrinación (avanzar. para los locos precavidos). Recordará esa noche en que ambos nos quedamos sin cigarros en solo dos horas de iniciada nuestra reunión de sábados para colmo los quioscos a nuestros alrededores permanecían cerrados hasta el mediodía; pero vos Marito siempre a la vanguardia propusiste que seria muchos mas rápido embarcarnos en un colectivo hasta San Telmo y que de seguro encontraríamos algún comercio abierto, ninguno de los dos teníamos idea que San Telmo quedara tan lejos y que el viaje fuera tan agotador hasta esa noche. Llegamos sanos y salvos (No Marito, no me olvide de que usted no esta nada sano desde hace ya rato. Que lo parió Marito, ¿Que le vamos hacer?) y en solo un minuto conseguimos cada uno un atado de 20 cigarrillos . Al otro día me entere por el diario, que Buenos Aires quedaría desprovista de cigarros por varios días -hecho que hoy pocos recuerdan- claro Marito que usted siempre a la delantera: la noche anterior antes de partir se había hecho de un cartón de Marlboro gracias al cual pudo resistir esta agonía.
Marito no me creerá pero he logrado enamorarme y hasta siento vergüenza de decírselo justamente a usted. La mujer de la cual me he enamorado es precisamente la misma de la cual usted se enamoro una lejana vez y aún hoy le continúa el sentimiento. Ahora entiendo muchas de sus actitudes, pensamientos y hasta escritos, Marito ahora comprendo. Usted claro debe creerse ahora en la gloria después de todo yo siempre creí en esta mujer como una especie de víbora que quería sacar sus ojos o acaso secar sus huesos, pero al contrario de lo que especulaba logre ver sus alas, las alas de este querubín, que hoy quiero hacerme de ellas. Marito no se me ponga furioso y sepa usted comprender ¿Cómo no enamorarme de esta deidad, sobre todo después de haber escuchado en su boca con tanta euforia sobre de ella -usted que nunca supo querer a nadie que nunca pudo sentir compasión por nadie ni nunca le importo nadie- como no enamorarme dígamelo usted? Marito es acaso una de tus planes el plantar en mi la semilla de esta mujer.
Que lo parió Marito ahora nunca lo sabré: ayer recibí una llamada de su hermana. Usted no podrá creérmelo pero usted esta muerto. El medico digo que fue un ataque al corazón repentino; causa: alguna noticia chocante, no esperada. ¿Se habrá enterado de lo mío con su Madre? ¿Pero como Marito como?
Que lo parió Marito, que lo parió.
Claro fue su madre.


Marito
Que lo parió Marito, como te cuesta. Te sentas a escribir y se te opacan los ojos, no te sale nada de nada, te pones furioso, queres escribir un cuento y te termina por salir un poema, cuando queres apilar las palabras para el poema terminan dando fruto a cuentos. Entras en montañas rusas del pensamiento, subiendo bajando a velocidades comparables con el aleteo de un picaflor (que de este tenes poco, mas bien un ave de rapiña), me doy cuenta con solo mirarte escribir, se te ponen los músculos tensos Marito y ya sabes que eso no es bueno para tu salud, ya te lo repitió el medico aquella vez que te acompañe a causa de los dolores de espalada, “No debería de escribir por varias semanas también tome estas píldoras una cada 8 horas” claro que vos Marito no las tomaste no por caprichos sino porque nunca creíste en la concepción del tiempo medido. Ya enfrascado en tu escritura se te pasan las comas, los puntos, te comes las letras –lo único que comes en esos días venideros al nuevo mes- los dejas inconclusos abandonados hay tirados huérfanos, eso lo se yo Marito porque a mi también me sucede y no, no nos pongamos triste ni melancólicos por tu viejo relato del pobre diablo que quería bañarse.
Que lo parió Marito apenas tenes 22 años y ya se te esta cayendo el pelo, lo descubrí el otro día: pase a tu baño y vi la bañadera tapada de pelos, ay Marito cuantas veces te habré dicho que tenes que usar shampoo y no jabón, que la crema de enjuague le da vida a las raíces.
Veintidós años y tu rodilla ya no aguanta esas caminatas que hasta hace unos años solíamos emprender, te acordarás Marito esas por la Avenidida Santa Fe en la que me indicabas que autores leer cuales no, en solo apenas unos segundo me hacia la mejor reseña Biográfica del sueco de turno (¿o era Alemán?), en las que me mostrabas grabaciones de esas extrañas bandas que vos solo conocías, ¿Lo recuerda Marito? o mas lejos viendo las cartelera de los cines para decidir cual ver, claro que siempre terminábamos por cambiar a un Bergman por una cerveza helada es que a esas alturas usted ya tenia calor comenzaba a traspirarle la entrepierna y era preferible instalarse en la barra de algún sucucho, en el que vos Marito me dabas una cátedra de arquitectura. Marito todavía no tenes edad para andar con las terribles criaturas del insomnio: Te recortas y se inicia ritual de giros a la izquierda luego colocar la almohada bajo tus rodillas, porque también tenes los meniscos destruidos y eso te molesta cuando queres dormir, ahora un salto en alto para invertir tu cuerpo a la derecha, se repiten todos los pasos con variaciones, tus ojitos Marito desvelados mirando en la oscuridad un punto que al turno hace de pensamiento, imágenes y discursos que tendrás que dar mañana a alguien si es que ese alguien viviera contigo “Perdona Vieja, es que me quede despierto leyendo” peor todavía si ese alguien duerme con usted Marito, porque se le haría imposible pensar en otra (que ahora hace de ella) sin eso traerle remordimientos sin generar en usted una suma de nervios, de insomnios, de dudas, de recuerdos y principalmente de destinos deducidos; ya le he dicho que eso no sirve, usted no puede planear todos los finales déjese de idioteces Marito abandone ya esta disciplina de revoltosos pensamientos nocturnos.
Tiene razón, casi me olvidaba, usted fuma y de que manera, Marlboro Box un, encendedor y algún que otro librito del Sueco (¿o era Alemán?) en su mesa de luz, pero lo importante es el tabaco, no si se avanzo en la lectura unas treinta paginas o si no se ha abierto en semanas, nada de eso, lo importante ahora es el tabaco y usted comprenderá Marito a lo que me refiero. Esa infernal manera de fumar uno tras otro sin esperar siquiera que el cenicero asimile las viejas colillas, usted lo ataca desprevenido, es que como luego me indico es mejor fumar uno seguidamente de otro para que nuestros dedos no se canses, tampoco los pulmones. Con bocanadas profundas que parecen imitar algún agujero negro (si es que yo hubiera visto alguno, ¿Marito alguna vez vio uno?) pretendiendo extraer algún vestigio del acero que corto las hojas, hasta ahora nunca lo ha logrado. Intentando consumir con las pitadas el tiempo que se le sienta a su lado por las tardes y de esto yo puedo dar fe: el tiempo suele visitarlo por la tardecita sobre todo en verano olvidando que debe continuar su peregrinación (avanzar. para los locos precavidos). Recordará esa noche en que ambos nos quedamos sin cigarros en solo dos horas de iniciada nuestra reunión de sábados para colmo los quioscos a nuestros alrededores permanecían cerrados hasta el mediodía; pero vos Marito siempre a la vanguardia propusiste que seria muchos mas rápido embarcarnos en un colectivo hasta San Telmo y que de seguro encontraríamos algún comercio abierto, ninguno de los dos teníamos idea que San Telmo quedara tan lejos y que el viaje fuera tan agotador hasta esa noche. Llegamos sanos y salvos (No Marito, no me olvide de que usted no esta nada sano desde hace ya rato. Que lo parió Marito, ¿Que le vamos hacer?) y en solo un minuto conseguimos cada uno un atado de 20 cigarrillos . Al otro día me entere por el diario, que Buenos Aires quedaría desprovista de cigarros por varios días -hecho que hoy pocos recuerdan- claro Marito que usted siempre a la delantera: la noche anterior antes de partir se había hecho de un cartón de Marlboro gracias al cual pudo resistir esta agonía.
Marito no me creerá pero he logrado enamorarme y hasta siento vergüenza de decírselo justamente a usted. La mujer de la cual me he enamorado es precisamente la misma de la cual usted se enamoro una lejana vez y aún hoy le continúa el sentimiento. Ahora entiendo muchas de sus actitudes, pensamientos y hasta escritos, Marito ahora comprendo. Usted claro debe creerse ahora en la gloria después de todo yo siempre creí en esta mujer como una especie de víbora que quería sacar sus ojos o acaso secar sus huesos, pero al contrario de lo que especulaba logre ver sus alas, las alas de este querubín, que hoy quiero hacerme de ellas. Marito no se me ponga furioso y sepa usted comprender ¿Cómo no enamorarme de esta deidad, sobre todo después de haber escuchado en su boca con tanta euforia sobre de ella -usted que nunca supo querer a nadie que nunca pudo sentir compasión por nadie ni nunca le importo nadie- como no enamorarme dígamelo usted? Marito es acaso una de tus planes el plantar en mi la semilla de esta mujer.
Que lo parió Marito ahora nunca lo sabré: ayer recibí una llamada de su hermana. Usted no podrá creérmelo pero usted esta muerto. El medico digo que fue un ataque al corazón repentino; causa: alguna noticia chocante, no esperada. ¿Se habrá enterado de lo mío con su Madre? ¿Pero como Marito como?
Que lo parió Marito, que lo parió.
Claro fue su madre.