Casi todos guardamos en casa cosas bastante viejas que no tienen ninguna utilidad real. Muchas de ellas las conservamos por que tienen cierto valor sentimental. Otras tantas solo por si, en un futuro, pudiéramos necesitarlas.
Libros y revistas viejas
Cuando decimos libros no nos referimos a esas fantásticas novelas, ensayos u obras que te han acompañado durante años, sino a los libros de texto de cuando ibas al colegio. Realmente ni tú ni tus hijos los vais a necesitar.
Cintas VHS
Seamos honestos, ya ni se fabrican reproductores de vídeo, por lo que si no tenemos dónde reproducir estas cintas ¿para qué las queremos?
Zapatos viejos y destrozados
No nos engañemos, ese calzado está tan hecho polvo que no lo vamos a usar nunca más, mejor tirarlos y dejar hueco para otras cosas más útiles.
Medicamentos caducados
Compramos medicamentos para alguna dolencia especifica y los guardamos por si nos vuelve a afectar en el futuro. El problema es que ese futuro puede ser muy lejano y, para entonces, las medicinas llevaran varios años caducadas, lo mejor es revisar los medicamentos con asiduidad e ir deshaciéndose de los que estén pasados de fecha.
Baratijas rotas o pendientes sin su par
Joyería oxidada, rota, que no tiene arreglo o pendientes sueltos que perdieron a su gemelo hace años. Guardar toda esa basura solo sirve para tener más cosas innecesarias en casa. A no ser que la joya en cuestión sea extremadamente cara o tenga un valor sentimental, su sitio es el cubo de la basura.
Utensilios de cocina viejos
Cuando nos emancipamos, lo más normal es que nuestros padres nos regalen unos cuantos cazos, cacerolas y cucharones para que no nos falte de nada. Pero una vez que los años pasan, deberíamos deshacernos de todos aquellos instrumentos que tengamos repetidos o no vayamos a utilizar más.
Bolígrafos que no pintan
Cada vez que descubramos un bolígrafo que no pinta, a la basura. ¿Para qué queremos guardar un objeto que no realiza correctamente su único cometido?
Calcetines rotos
Un calcetín con agujeros solo tiene dos soluciones posibles: se cose o se tira a la basura.
Manuales de instrucciones antiguos
cuando dejan de ser útiles lo mejor es tirarlos al contenedor del reciclado lo antes posible.
Retazos de papel de regalo
Estamos autoconvencidos de que en algún momento pueden sernos útiles. La verdad es que solo acumulamos trozos de papel que no vamos a utilizar en mucho tiempo y que acaban arrugados
Fin del post.....
Libros y revistas viejas

Cuando decimos libros no nos referimos a esas fantásticas novelas, ensayos u obras que te han acompañado durante años, sino a los libros de texto de cuando ibas al colegio. Realmente ni tú ni tus hijos los vais a necesitar.
Cintas VHS

Seamos honestos, ya ni se fabrican reproductores de vídeo, por lo que si no tenemos dónde reproducir estas cintas ¿para qué las queremos?
Zapatos viejos y destrozados

No nos engañemos, ese calzado está tan hecho polvo que no lo vamos a usar nunca más, mejor tirarlos y dejar hueco para otras cosas más útiles.
Medicamentos caducados

Compramos medicamentos para alguna dolencia especifica y los guardamos por si nos vuelve a afectar en el futuro. El problema es que ese futuro puede ser muy lejano y, para entonces, las medicinas llevaran varios años caducadas, lo mejor es revisar los medicamentos con asiduidad e ir deshaciéndose de los que estén pasados de fecha.
Baratijas rotas o pendientes sin su par

Joyería oxidada, rota, que no tiene arreglo o pendientes sueltos que perdieron a su gemelo hace años. Guardar toda esa basura solo sirve para tener más cosas innecesarias en casa. A no ser que la joya en cuestión sea extremadamente cara o tenga un valor sentimental, su sitio es el cubo de la basura.
Utensilios de cocina viejos

Cuando nos emancipamos, lo más normal es que nuestros padres nos regalen unos cuantos cazos, cacerolas y cucharones para que no nos falte de nada. Pero una vez que los años pasan, deberíamos deshacernos de todos aquellos instrumentos que tengamos repetidos o no vayamos a utilizar más.
Bolígrafos que no pintan

Cada vez que descubramos un bolígrafo que no pinta, a la basura. ¿Para qué queremos guardar un objeto que no realiza correctamente su único cometido?
Calcetines rotos

Un calcetín con agujeros solo tiene dos soluciones posibles: se cose o se tira a la basura.
Manuales de instrucciones antiguos

cuando dejan de ser útiles lo mejor es tirarlos al contenedor del reciclado lo antes posible.
Retazos de papel de regalo

Estamos autoconvencidos de que en algún momento pueden sernos útiles. La verdad es que solo acumulamos trozos de papel que no vamos a utilizar en mucho tiempo y que acaban arrugados
Fin del post.....