

Siempre resulta cuanto menos gratificante saber que tenemos el control de aquellos aspectos de nuestra vida que más nos importan, pero ¿qué tiene que ver nuestro nivel educativo con el hecho de que este sentimiento de control repercuta en nuestra longevidad? Un estudio científico determinó que existe una relación directa entre la formación profesional y la esperanza de vida, según la percepción o actitud mental. Veamos de qué se trata esta investigación.

Un control emocional
Situándonos en estos asombrosos resultados, los investigadores de la Universidad de Rochester y la Universidad de Brandeis desvelaron que aquellos adultos sin título universitario pueden contribuir a prolongar su longevidad si sienten que tienen el control de sus vidas. Por el contrario, aquellos que sienten que su vida está a la deriva y fuera de su control, tienen tres veces más de probabilidades de morir.
Pero, ¿bajo qué condiciones o circunstancias se da esta relación? Básicamente tiene que ver con un sentir personal, más concretamente, con la percepción o la realidad de que se tiene un cierto control de la vida. Evidentemente, hablamos de un control emocional –que se puede interpretar también como seguridad– de aquellos aspectos de la existencia que se buscan satisfacer.
El responsable principal del estudio, el psiquiatra Nicholas Turiano aclara que, a pesar de que las personas sin formación o de bajos recursos económicos, están más expuestos a tener que enfrentarse a enfermedades como la discapacidad o la muerte prematura, esto no significa que este grupo social este condenado.


Educación y salud
Teniendo en cuenta que estos resultados pueden dejar perplejo a más de un lector, consideramos vital exponer cómo se obtuvieron. En resumen, los investigadores estuvieron recabando datos de 6135 personas de entre 25 y 75 años durante 14 años.
Este amplio grupo fue analizado con un cuestionario en curso que incluía aspectos referidos a la situación económico-social y la percepción de la competencia, entre otros. Otros factores socio-económicos, como el nivel educativo de los padres de los sujetos analizados, también se tuvieron en cuenta.
Los sorprendentes resultados mostraron que la sensación de control por parte de aquellos individuos con mayores niveles de educación no tiene incidencia en la tasa de mortalidad de este colectivo, algo que sí ocurre con las personas que no poseen este nivel educativo.


A pesar de que los investigadores sostienen que la percepción de control es el resultado de varios factores innatos y externos, Turiano aclara que es necesaria más investigación que certifique los cómo y los porqué que llevan a la gente a desarrollar este fuerte sentido de control.
En cualquier caso, el investigador sostiene que tanto su estudio como los posteriores, deben tener como finalidad generar intervenciones efectivas para ayudar a esos sectores más vulnerables a no afectar su esperanza de vida.
Considerando las conclusiones de Turiano y su equipo sobre el vínculo entre estudio y esperanza de vida, ¿crees que, como sostiene el mismo autor, en esta historia no hay ningún grupo "condenado"?

