¿Sabes de donde surgen éstas expresiones cotidianas?
Hola Taringueros!!!
Me decidí a hacer mi primer post, y que mejor forma de perder mi virginidad posterial que sacando a algunos de ustedes de las tinieblas de la ignorancia, o mejor aún, ayudarlos a aparentar una cultura y conocimientos que en realidad no poseemos. Lo voy a dosificar en post de 5 frases cotidianas para no abrumarlos con tanta sabiduría.
Cuantas veces están frente a una lincesa que no los conoce y no saben que decir?
En esa situación el mejor bocadillo que podemos meter ante el pronunciamiento de uno de los tantos lugares comunes de nuestro léxico es:
Vos sabes cuál es origen de esa expresión? Ah no? Sentate que te cuento:
1. Echar un polvo
La expresión “echar un polvo” es una manera popular y vulgar de hacer referencia a mantener relaciones sexuales, cuyo origen lo encontraremos en el doble sentido y la ironía que por el Siglo XVIII abundaba en España.
Resulta que en el Siglo XVIII-XIX existía la costumbre de consumir tabaco rapé, un tipo de tabaco en polvo que se llevaba en coquetos estuches y que se introducía por la nariz aspirándolo con gran fuerza, lo que provocaba unos incontenibles estornudos. (la fafafa de hoy).
Este tabaco era tremendamente consumido por las élites, pero no era considerado de buena educación el hacerlo delante de otras personas, especialmente en reuniones.
Es por ello que se acostumbraba a abandonar la habitación o sala donde se encontraban reunidos para ir a otra a esnifar el tabaco.
A esta acción se referían con “echar un polvo”.
Pero cuando abandonaban la habitación donde se encontraban reunidos no solo consumían tabaco, sino que alguna que otra vez aprovechaban y mantenían furtivos y breves encuentros sexuales con otras personas de las allí presentes, y que con la misma excusa habían abandonado la estancia; originándose de esta manera el giro sexual para esta expresión ( de paso se batían un Dolca).
2. Costar un ojo de la cara
La expresión “costar un ojo de la cara” la solemos usar cuando realizar algo cuesta mucho trabajo y sacrificio, o cuando algo es extremadamente caro, ¿pero de donde viene?
El origen es más literal de lo que podemos pensar, ya que al creador de la expresión es verdad que le costó un ojo de la cara.
Nuestro protagonista es el navegador y conquistador Diego de Almagro (alias el tuerto Almagro), que en el Siglo XVI se dedicó a realizar expediciones de exploración y ocupación por Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Chile (de ésta última se le considera descubridor).
Durante una expedición realizada entre finales de 1524 y principios de 1525 en la que Diego de Almagro fue a socorrer a Francisco Pizarro (que quiso tomar el Fortín del Cacique de las Piedras, en la actual Colombia) fue atacado brutalmente y herido por la flecha de un indígena en un ojo, quedándose tuerto.
Al cabo del tiempo, Diego de Almagro se entrevistó con el monarca Carlos I explicándole:
“El negocio de defender los intereses de la Corona me ha costado un ojo de la cara”
Debido a los riesgos que vivió Almagro, esta frase pronto se usaría para hacer mención de lo dificultoso que podrían resultar ciertas acciones, evolucionando con el tiempo y dándole el significado que actualmente tiene.
[3. Dorar la Píldora
“Doramos la píldora” a alguien cuando le presentamos un hecho duro de una manera más “suave” de lo que realmente es, o cuando tratamos de obtener un favor de esa persona mediante el mismo método.
El origen lo encontramos en las recetas (píldoras) que los farmacéuticos elaboraban para tratar diversas enfermedades, y que se realizaban con compuestos que por lo general resultaban bastantes desagradables al paladar por su extraño y fuerte sabor.
De este modo ingeniaron un sistema para tratar de hacer que ese “mal trago” se hiciese más soportable mediante el uso de compuestos azucarados o dulces, con los que recubrían las píldoras que los pacientes se debían tragar.
Para que quedasen bien recubiertas se sometían a un proceso de calor mediante el cual, el azúcar o recubrimiento se derretía y cubría todo el compuesto con una capa dura y dorada; quedando por tanto, la píldora dorada.
4. Echar el muerto
Utilizamos la expresión “echar el muerto” cuando se culpa a una tercera persona de algo que en realidad no ha hecho, cargando con el delito o falta y las consecuencias que esta pueda acarrear.
El origen de esta expresión es extremadamente literal y se encuentra en la Edad Media y la picardía y picaresca de los habitantes de esta época, pues por aquel entonces existía una Ley según la cual si se encontraba dentro de los términos de un pueblo el cadáver de alguien que hubiese sufrido una muerte violenta, se debía encontrar al culpable de tal acción o en caso contrario todos los habitantes del municipio se repartirían la culpa a modo de “homicisium”, o lo que es lo mismo, una multa económica.
Para evitar el pago de estas multas, era frecuente que si aparecía un cadáver en las circunstancias relatadas algunos vecinos fuesen elegidos para llevar al finado hasta el pueblo más cercano, dejándolo allí y haciendo cargar con la culpa y el posible pago de la multa a sus vecinos. (Unos macanudos)
5. Lágrimas de Cocodrilo
Cuando alguien demuestra mediante el llanto un falso arrepentimiento o una tristeza simulada por algún acto negativo que ha hecho, decimos que son “lágrimas de cocodrilo”.
Esta expresión tiene su origen en la antigua creencia de que estos animales emitían unos falsos alaridos o llantos con el que atraían a sus presas, a las que, acto seguido, devoraban sin compasión. Aunque también se decía que cuando se las comían lloraban, siendo en ambos casos lágrimas falsas, puesto que no estaba para nada triste el cocodrilo.
Con el paso de los años y el estudio de los cocodrilos se ha llegado a la conclusión de que este llanto sólo se produce para mantener húmedos los ojos, ya sea en condiciones de sequedad por estar fuera del medio acuático, bien por estar en un lugar donde el agua tiene una concentración de sal superior a la habitual.
También segregan estas lágrimas cuando comen, pues al parecer las glándulas segregadoras de saliva y lágrimas se encuentran muy cerca unas de otras, por lo que al segregar saliva se activa el lagrimeo.
Bueno, por ahora esto es todo, espero q les haya gustado y que no sea un maga crap, pasen y comenten o dwejen likes, si gusta seguiere con mas, recuerden el find e cultivarnos es siempre levantasr minitas.
Saludos a la comunidad y…. por favor dejen de shoutear lolis, que ya se pasan de jeropas….
Hola Taringueros!!!
Me decidí a hacer mi primer post, y que mejor forma de perder mi virginidad posterial que sacando a algunos de ustedes de las tinieblas de la ignorancia, o mejor aún, ayudarlos a aparentar una cultura y conocimientos que en realidad no poseemos. Lo voy a dosificar en post de 5 frases cotidianas para no abrumarlos con tanta sabiduría.
Cuantas veces están frente a una lincesa que no los conoce y no saben que decir?
En esa situación el mejor bocadillo que podemos meter ante el pronunciamiento de uno de los tantos lugares comunes de nuestro léxico es:
Vos sabes cuál es origen de esa expresión? Ah no? Sentate que te cuento:
1. Echar un polvo
La expresión “echar un polvo” es una manera popular y vulgar de hacer referencia a mantener relaciones sexuales, cuyo origen lo encontraremos en el doble sentido y la ironía que por el Siglo XVIII abundaba en España.
Resulta que en el Siglo XVIII-XIX existía la costumbre de consumir tabaco rapé, un tipo de tabaco en polvo que se llevaba en coquetos estuches y que se introducía por la nariz aspirándolo con gran fuerza, lo que provocaba unos incontenibles estornudos. (la fafafa de hoy).
Este tabaco era tremendamente consumido por las élites, pero no era considerado de buena educación el hacerlo delante de otras personas, especialmente en reuniones.
Es por ello que se acostumbraba a abandonar la habitación o sala donde se encontraban reunidos para ir a otra a esnifar el tabaco.
A esta acción se referían con “echar un polvo”.
Pero cuando abandonaban la habitación donde se encontraban reunidos no solo consumían tabaco, sino que alguna que otra vez aprovechaban y mantenían furtivos y breves encuentros sexuales con otras personas de las allí presentes, y que con la misma excusa habían abandonado la estancia; originándose de esta manera el giro sexual para esta expresión ( de paso se batían un Dolca).

2. Costar un ojo de la cara
La expresión “costar un ojo de la cara” la solemos usar cuando realizar algo cuesta mucho trabajo y sacrificio, o cuando algo es extremadamente caro, ¿pero de donde viene?
El origen es más literal de lo que podemos pensar, ya que al creador de la expresión es verdad que le costó un ojo de la cara.
Nuestro protagonista es el navegador y conquistador Diego de Almagro (alias el tuerto Almagro), que en el Siglo XVI se dedicó a realizar expediciones de exploración y ocupación por Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Chile (de ésta última se le considera descubridor).
Durante una expedición realizada entre finales de 1524 y principios de 1525 en la que Diego de Almagro fue a socorrer a Francisco Pizarro (que quiso tomar el Fortín del Cacique de las Piedras, en la actual Colombia) fue atacado brutalmente y herido por la flecha de un indígena en un ojo, quedándose tuerto.
Al cabo del tiempo, Diego de Almagro se entrevistó con el monarca Carlos I explicándole:
“El negocio de defender los intereses de la Corona me ha costado un ojo de la cara”
Debido a los riesgos que vivió Almagro, esta frase pronto se usaría para hacer mención de lo dificultoso que podrían resultar ciertas acciones, evolucionando con el tiempo y dándole el significado que actualmente tiene.

[3. Dorar la Píldora
“Doramos la píldora” a alguien cuando le presentamos un hecho duro de una manera más “suave” de lo que realmente es, o cuando tratamos de obtener un favor de esa persona mediante el mismo método.
El origen lo encontramos en las recetas (píldoras) que los farmacéuticos elaboraban para tratar diversas enfermedades, y que se realizaban con compuestos que por lo general resultaban bastantes desagradables al paladar por su extraño y fuerte sabor.
De este modo ingeniaron un sistema para tratar de hacer que ese “mal trago” se hiciese más soportable mediante el uso de compuestos azucarados o dulces, con los que recubrían las píldoras que los pacientes se debían tragar.
Para que quedasen bien recubiertas se sometían a un proceso de calor mediante el cual, el azúcar o recubrimiento se derretía y cubría todo el compuesto con una capa dura y dorada; quedando por tanto, la píldora dorada.

4. Echar el muerto
Utilizamos la expresión “echar el muerto” cuando se culpa a una tercera persona de algo que en realidad no ha hecho, cargando con el delito o falta y las consecuencias que esta pueda acarrear.
El origen de esta expresión es extremadamente literal y se encuentra en la Edad Media y la picardía y picaresca de los habitantes de esta época, pues por aquel entonces existía una Ley según la cual si se encontraba dentro de los términos de un pueblo el cadáver de alguien que hubiese sufrido una muerte violenta, se debía encontrar al culpable de tal acción o en caso contrario todos los habitantes del municipio se repartirían la culpa a modo de “homicisium”, o lo que es lo mismo, una multa económica.
Para evitar el pago de estas multas, era frecuente que si aparecía un cadáver en las circunstancias relatadas algunos vecinos fuesen elegidos para llevar al finado hasta el pueblo más cercano, dejándolo allí y haciendo cargar con la culpa y el posible pago de la multa a sus vecinos. (Unos macanudos)

5. Lágrimas de Cocodrilo
Cuando alguien demuestra mediante el llanto un falso arrepentimiento o una tristeza simulada por algún acto negativo que ha hecho, decimos que son “lágrimas de cocodrilo”.
Esta expresión tiene su origen en la antigua creencia de que estos animales emitían unos falsos alaridos o llantos con el que atraían a sus presas, a las que, acto seguido, devoraban sin compasión. Aunque también se decía que cuando se las comían lloraban, siendo en ambos casos lágrimas falsas, puesto que no estaba para nada triste el cocodrilo.
Con el paso de los años y el estudio de los cocodrilos se ha llegado a la conclusión de que este llanto sólo se produce para mantener húmedos los ojos, ya sea en condiciones de sequedad por estar fuera del medio acuático, bien por estar en un lugar donde el agua tiene una concentración de sal superior a la habitual.
También segregan estas lágrimas cuando comen, pues al parecer las glándulas segregadoras de saliva y lágrimas se encuentran muy cerca unas de otras, por lo que al segregar saliva se activa el lagrimeo.

Bueno, por ahora esto es todo, espero q les haya gustado y que no sea un maga crap, pasen y comenten o dwejen likes, si gusta seguiere con mas, recuerden el find e cultivarnos es siempre levantasr minitas.
Saludos a la comunidad y…. por favor dejen de shoutear lolis, que ya se pasan de jeropas….