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Es hueso y en especial el de la cara no tiene un desarrollo y cresimiento simétrico del contorno externo, sino más bien es una mezcla de tres mecanismos diferentes: aumento de tamaño, recambio óseo y desplazamiento óseo.
El hueso, sustancia mineralizada, no puede crecer por un aumento intersticial, como sucede con las partes blandas, sino que lo hace por apocisón a la superficie externa (perióstica) o interna (endostales).
Paralelamente al proceso de síntesis en la cortical externa se observa siempre un proceso de reabsorción interna en la superficie ósea opuesta: la cortical interna. El hueso aumenta de tamaño y se va desplazando gracias a la síntesis que ocurre en unas zonas y la reabsorción que ocurre en otras. Durante toda la fase de desarrollo la neo formación de hueso esta íntimamente ligada a un proceso de remodelación (recambio) óseo. Solo la combinación de ambos mecanismos permite un crecimiento equilibrado del tamaño de las estructuras óseas y la conservación de su morfología y proporciones. El desplazamiento óseo se basa en que lo huesos limitantes se van alienado entre si, como consecuencia de un aumento de tamaño, a nivel de las uniones articulares (suturas, sincondrosis, cóndilos).
Los mecanismos de desarrollo están controlados o son modificadores por diversos factores de tipo endógeno y exógeno a lo largo del período de desarrollo.
El crecimiento ósea se produce gracias a la formación de mas hueso, de forma intramembranosa y condocraneana; la primera de estas se divide en dos más, las cuales son: fibrilar y laminar; el hueso fibrilar se origina directamente a partir de tejido conjuntivo no calcificado. Los osteoblastos diferenciados del mesénquima segregan una sustancia intercelular que se calcifica por depósito de cristales de apatita.
Estos centros de osificación primaria poseen una densidad de calcificación mínima. El depósito de apatita se produce de forma desorganizada y muestra una estructura reticular tanto en las zonas corticales como en las medulares (figura 1). La mineralización tiene lugar con gran velocidad (varia decimas de milímetro/día) y se extiende simultáneamente sobre una gran superficie. Con el tiempo, el depósito de apatita aumenta (figura 2). La maduración de tejidos óseos solo se alcanza cuando la disposición de los cristales se corresponde con el trayecto de las fibras de colágeno. Paralela mente a la formación progresiva de hueso, el tejido se diferencia en una cortical externa y una zona medular que se expande por resorción ósea. El tejido conjuntivo circundante se diferencia hacia el periostio, cuya capa celular interna posee una función osteógena, contribuyendo junto con su endostio al grosos del hueso (figura 3).
El hueso fibrilar, que sobretodo en el adulto interviene en el recambio rápido de hueso, suele presentar una forma de osificación transitoria, que se refuerza secundariamente por hueso laminar.
A diferencia de hueso fibrilar, el hueso laminar requiere una base previa mineralizada. El relleno de esta estructura fibrilar refuerza esta estructura, que se desarrolla hacia hueso compacto. Las acumulaciones de osteoblastos se incorporan a la matriz mineralizada y adoptan un disposición circular situándose en varias capas de la sustancia intercelular alrededor de un vaso central (Sistema de Havers u osteona) (figura4 y 5). La velocidad de síntesis de hueso laminar es de 0.7-1.5 micras/día (figura 6). Este tejido posee una complicada disposición de fibras que explican sus propiedades mecánicas (Pawewls 1965). La disposición de la apatita en capas fibrilares céntricas justifica el compromiso funcional de la estructura.
El hueso laminar está sometido a un contante proceso de síntesis y destrucción, que se modifica por factores ambientales.
En segundo lugar se tiene la formación de hueso de tipo condrocraneal, esta se puede abordar de la siguiente forma: el hueso primitivo que sufre osificación condrocraneal, es un tejido cartilaginoso rodeado en las articulaciones y epífisis por pericondrio, que se transforma posteriormente en periostio. La osteogénesis se basa en un proceso de sustitución de cartílago por hueso, la osificación sigue el mismo principio que la intramembranosa.