Cuando se da una conferencia es muy importante conocer el auditorio que te escucha para poder conectar con él, y trasmitir de esa forma mejor lo quieres decir. Pero hay que tener cuidado en no exceder el carácter empático del discurso porque puede ocurrirte todo lo contrario. Ese fue lo que le ocurrió a Bill Nye.

Bill Nye es un divulgador apodado “The Science Guy”. Nye se mueve por los programas de televisión y por los auditorios realizando exhibiciones para llevar la ciencia al gran público. Hace unos años la localidad de Waco en Texas fue la elegida para una de sus representaciones. En esta charla el bueno de Bill indicó que la Luna no genera luz propia, sino que la luz que en ella vemos es la luz solar reflejada en la superficie del Sol. Hasta ahí todo normal, pero Nye se metió en un jardín peligroso.
Especialmente cuando las personas que lo rodeaban carecían de sentido del humor. Sus problemas empezaron cuando el divulgador, que conocía perfectamente la religiosidad de su público, intentó conectar mejor con ellos echando mano del fragmento del Génesis 1:16 que dice “Dios creó dos grandes luces, la mayor para gobernar el día, la menor para gobernar en la noche. Él también creó las estrellas”. Entonces Nye afirmó que
"en realidad la luz menor no es más que un reflector."
Sin saberlo, Nye acababa de abrir la caja de Pandora. En ese momento muchas personas se enojaron increpando a Bill. Una señora con tres niños pequeños marchó de la sala afirmando “nosotros creemos en Dios”. Imaginamos que Nye se encerraría en su camerino tras la actuación preguntándose “¿pero qué he dicho para molestar a esta gente?”. No te molestes en buscar la respuesta Bill, lo que está escrito en la mayoría de los libros de ciencias de cualquier biblioteca pública molesta a esta gente.
Esta noticia apareció publicada en el Waco Tribune-Herald, pero la publicación eliminó cualquier referencia a esta noticia en su versión electrónica. Supongo que para no producir vergüenza ajena fuera de las fronteras del estado.



