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Todos nos hemos preguntado alguna vez de qué color es un espejo. Tiene pinta de ser plateado, ¿no? Pero algo nos dice que ahí no acaba la historia. ¿Podríamos ver el color real con la luz apagada? No, las cosas no funcionan así.

Ante nada, vamos a aclarar una cosa: un espejo perfecto no tendría color, ya que reflejaría toda la luz incide sobre él, por lo que su color sería simplemente el del objeto reflejado.

Pero no vivimos en el mundo de las cosas perfectas, como nos intentan hacer creer los problemas de física del instituto. Ni siquiera el mejor espejo que podamos fabricar reflejará el 100% que incide sobre él y siempre habrá una pequeña cantidad que será absorbida por el material reflectante. Es una fracción tan pequeña que a efectos prácticos ni se nota, aunque puede manifestarse en algunas condiciones.

Empecemos por lo más básico: ¿Qué es color?


El principal responsable de que las cosas conjunten o queden mal, es la luz. La luz es una forma de radiación electromagnética (que en algunos casos se comporta como un flujo de partículas, pero eso nos lo guardamos para otra entrada) que se manifiesta como una onda. Y, como toda onda, tiene una característica llamada longitud de onda. Para evitar seguir usando la palabra “onda”, veámoslo en una imagen.



Fuente: auladiver.wikispaces.com, no hay nada como llamarle “diver” a algo para conseguir el efecto contrario al que pretendes.

Como vemos, la longitud es la distancia que existe entre dos picos de la onda. Para longitudes cortas, los picos quedan muy cerca entre sí y, para las largas, no hace falta ni que lo escribamos porque estaríamos infravalorando vuestra capacidad deductiva.

Sí, todo esto está muy bien, pero, ¿Cómo afect…?

Ya va, hombre.

Esta diferencia de longitudes de onda es lo que nuestros ojos interpretan como “colores”. Es triste, pero mejor asimilarlo cuanto antes: el paisaje más espectacular que puedas imaginar es sólo es un amasijo caótico de ondas de diferentes longitudes disparadas contra nuestras retinas.

Siguiendo con lo que nos ocupa, cuanto más juntos están los picos de la onda, más violeta nos parecerá el color resultante y, cuanto más alejados, más rojo. En conjunto queda algo así.



Fuente: thagomizer.net.

¿Y qué pasa si la longitud de onda se hace mucho más larga o mucho más corta de lo que aparece aquí? ¿Hay una especie de “megavioleta” o “superrojo”?

No, la luz visible sólo es una pequeñísima parte de todo el espectro electromagnético.



Fuente: science-edu.larc.nasa.gov

Por ejemplo, las ondas de radio que viajan por la atmósfera hasta nuestros televisores pueden llegar a tener longitudes de muchos kilómetros. Por otra parte, las longitudes de onda más cortas corresponden a radiación que, generalmente, asociamos a algún tipo de cáncer (como la ultravioleta o los rayos X). Esto se debe a que cuanto menor es la longitud de onda, más energética se vuelve ésta, y más daño provoca en nuestras células al impactar contra ellas.
Haciendo un flashback al principio, volvamos al asunto de los objetos incoloros.Las cosas en sí no tienen ningún color. Es extraño de imaginar, pero a las moléculas que componen nuestro entorno son acromáticas, pero tampoco son transparentes. Lo que ocurre realmente es que cada material tiende a absorber y reflejar determinadas longitudes de onda y, al incidir un haz de luz sobre él, compuesto por varios colores superpuestos, algunas longitudes de onda rebotarán y otras desaparecerán sobre la superficie.




Las longitudes que rebotan, llegan hasta nuestros ojos y nosotros interpretamos que el objeto que estamos mirando emite esa tonalidad y, por tanto, es de ese color.

Y, al fin, sabiendo todo esto, podemos intentar averiguar de qué color es un espejo.

Como hemos dicho, un espejo no es una superficie reflejante perfecta. En realidad, no es más que una plancha cubierta por una finísima capa de plata (o algo plateado, como el aluminio) tapada con un cristal.

Buscando en Google cosas sobre la reflectividad de los espejos, hemos encontrado un pdf que incluye el siguiente gráfico.




Esto es el espectro de reflexión en función de la longitud de onda en espejos comunes. Podemos ver que el espejo medio refleja mejor la luz en el rango de los 510 nanómetros de longitud de onda. Esto quiere decir que a nuestros ojos llegará una mayor cantidad de luz con esa longitud de onda y, por tanto, veremos el espejo del color correspondiente. Miramos qué color interpreta nuestro cerebro cuando le llega una onda de estas características y el ganador es…

(redoble de tambores)

EL VERDE. En resumidas cuentas, el espejo absorbe el resto de los colores un poco más que el verde, así que deberíamos verlo de ese color.

¡Me estás tomando el pelo! ¡Nunca he visto ningún indicio de verde en un espejo!

Claro que lo has visto, pero el efecto es demasiado tenue para observarlo en un sólo reflejo.

Si colocamos un espejo frente a otro, en cambio, la luz empezará a rebotar entre los dos hasta que pierda toda su energía. Los espejos absorberán un poco más de luz que no sea verde con cada rebote, por lo que cada vez reflejará un poco más de este color. Tras unos cuantos rebotes, el verde resaltará lo suficiente sobre el resto de colores como para poder sentir el efecto a simple vista, y aquí lo tenéis: