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El descenso de las vacunas y el brote de sarampión en Estados Unidos

Datos epidemiológicos confirman que la reaparición de la enfermedad se debe al número cada vez menor de personas vacunadas.

El descenso en la tasa de vacunación ha constituido un factor determinante en la propagación del brote de sarampión registrado el pasado mes de diciembre en California, Arizona e Illinois. Esta es la principal conclusión de un estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics por un grupo de investigadores liderado por John Brownstein, de la Escuela de Medicina Harvard y del Hospital Infantil de Boston.

En Estados Unidos, el sarampión fue erradicado en el año 2000 gracias al uso de la vacuna triple vírica para la inmunización contra esta enfermedad, las paperas y la rubéola, por lo que, en los últimos 15 años, se registraron tan solo un centenar de contagios. En cambio, solamente en 2014, las autoridades sanitarias americanas detectaron 644 casos.



El último brote, que comenzó poco antes de Navidad y se prolongó hasta principios de 2015, tuvo su epicentro en Disneyland. El parque de atracciones, ubicado en California, es uno de los sitios turísticos más visitados del mundo, de modo que representa un lugar ideal para que la tasa de contagios alcance niveles muy elevados. Según las reconstrucciones, un turista infectado por el virus del sarampión llegó a Disneyland entre el 17 y 20 de diciembre e infectó rápidamente a cinco trabajadores del parque y varios otros visitantes. Este hecho fue suficiente para que las autoridades prohibiesen el acceso al parque a las personas no vacunadas contra esta enfermedad.

Algunos expertos ya habían especulado que la reaparición del sarampión se debía a la disminución en la tasa de vacunación de los niños estadounidenses. En este país, como en otras partes del mundo, en los últimos años se ha generado un clima de desconfianza hacia estos medicamentos por algunos rumores – infundados – que afirman que las vacunas podrían causar enfermedades graves y discapacitantes como algunas formas de autismo.

Tras un análisis de los datos epidemiológicos disponibles, Brownstein y sus colaboradores han demostrado, por primera vez, que la reducida difusión de la vacuna contra el sarampión entre la población de Estados Unidos constituye la causa de su reciente propagación. Se estima que un individuo infectado por este virus en una población en la que nadie está vacunado puede contagiar a entre 11 y 18 personas. El estudio encontró que la tasa de vacunación actual en California, Arizona e Illinois oscila entre el 50 y el 86 por ciento, un valor muy inferior al necesario (de entre el 96 y el 99 por ciento) para proteger a la comunidad entera.

«Los datos que hemos recogido revelan que la vacunación representa un método adecuado para evitar futuros brotes de sarampión», afirmó Brownstein. «La causa fundamental por la que se ha detectado un elevado número de contagios es que no había una cobertura adecuada entre la población expuesta al virus».

Gracias a la misma base de datos, el grupo de investigadores también ha desarrollado un modelo interactivo que ilustra de que manera las diferentes tasas de vacunación influyen en la propagación de la enfermedad. El modelo predice, por ejemplo, que en una población totalmente vacunada se registrarían solamente tres casos cada 70 días; por otro lado, si el porcentaje de individuos inmunizados fuera del 60 por ciento, el número de contagios sería de 2828 en el mismo período.

«Esperamos que estos resultados animen a los padres de todo el mundo a colaborar para que la tasa de vacunación infantil vuelva a los máximos niveles, lo que ayudaría a contener nuevos posibles brotes de sarampión», señaló Brownstein.