El equipo del Proyecto BIO tenía como principal objetivo lograr monitorear los signos vitals de Juan en tiempo real durante el vuelo, y lograr traerlo con vida a la superficie.
Juan viajó sedado (para mantenerlo quieto) pero consciente. Estaba cubierto por un chaleco impermeable y sentado en un asiento diseñado especialmente para reducir los efectos de la aceleración sobre el cuerpo del animal, ya que lo recostaba de una manera tal que las mismas entraban de forma transversal al cuerpo. De no haberse hecho esto la vida del mono habría corrido peligro.
El vuelo espacial
Despegue del Canopus II el 23 de diciembre de 1969 con Juan en su interior
Frenos en forma de pétalos.
Juan el día del vuelo espacial.
El cohete despegó el 23 de diciembre de 1969 desde el Centro de Experimentación de la ciudad de Chamical en la provincia de La Rioja. La base espacial se encuentra en este lugar debido a que es una llanura desértica ubicada a más de 450 metros sobre el nivel del mar donde suele haber un cielo despejado.
Durante los primeros 5 minutos alcanzó una altitud superior a los 20.000 pies (7 km), tras lo cual apagó sus motores y siguió subiendo por inercia varios kilómetros. Para este momento, el medidor ubicado en la ojiva registraba una temperatura de 800°C. Sin embargo, la temperatura dentro de la cápsula no superaba los 25 grados.
Una vez alcanzado el punto de mayor altura, el motor se separaba de la carga útil y caía a tierra, mientras que el resto del cohete desplegaba unos frenos aerodinámicos para mantener la estabilidad y comenzar a descender lentamente hacia la superficie. Como su nombre lo indica, estos frenos permitían reducir la velocidad (cosa necesaria antes de desplegar el paracaídas) sin perder sustentación.
Una vez enderezado el artefacto, se desplegaba un pequeño paracaídas.
Hasta ese momento, Juan seguía respirando con el oxígeno de la cápsula presurizada y los instrumentos no indicaban ninguna alteración en su salud. Una vez alcanzada una velocidad de 108 km/h a una altura de 3.000 metros, se abría una escotilla y una turbina comenzaba a ventilar el interior del habitáculo del mono.
De esa manera, Juan volvía a respirar aire natural sin depender de la reserva de oxígeno. Inmediatamente después de esto se desplegaban otros dos paracaídas más grandes que el primero y comenzaba el suave aterrizaje.
El principal temor de los miembros de la operación era que la nave cayera en una zona con agua y que la turbina de ventilación comenzara a llenar de agua el habitáculo. Sin embargo, esto era poco probable debido a la topografía de la zona y el aterrizaje finalmente se produjo en la Salina La Antigua, a 60 kilómetros de Chamical.
Después del viaje
Una vez localizado el cohete, fue trasladado a la base de operaciones donde fue desarmado ante la expectativa de todos. Cuando se abrió la escotilla se encontraron con Juan en perfecto estado de salud, quien miraba a todos y movía las manos muy lentamente, un poco por el sedante y otro por el susto del viaje.

Juan viajó sedado (para mantenerlo quieto) pero consciente. Estaba cubierto por un chaleco impermeable y sentado en un asiento diseñado especialmente para reducir los efectos de la aceleración sobre el cuerpo del animal, ya que lo recostaba de una manera tal que las mismas entraban de forma transversal al cuerpo. De no haberse hecho esto la vida del mono habría corrido peligro.
El vuelo espacial
Despegue del Canopus II el 23 de diciembre de 1969 con Juan en su interior
Frenos en forma de pétalos.
Juan el día del vuelo espacial.
El cohete despegó el 23 de diciembre de 1969 desde el Centro de Experimentación de la ciudad de Chamical en la provincia de La Rioja. La base espacial se encuentra en este lugar debido a que es una llanura desértica ubicada a más de 450 metros sobre el nivel del mar donde suele haber un cielo despejado.
Durante los primeros 5 minutos alcanzó una altitud superior a los 20.000 pies (7 km), tras lo cual apagó sus motores y siguió subiendo por inercia varios kilómetros. Para este momento, el medidor ubicado en la ojiva registraba una temperatura de 800°C. Sin embargo, la temperatura dentro de la cápsula no superaba los 25 grados.
Una vez alcanzado el punto de mayor altura, el motor se separaba de la carga útil y caía a tierra, mientras que el resto del cohete desplegaba unos frenos aerodinámicos para mantener la estabilidad y comenzar a descender lentamente hacia la superficie. Como su nombre lo indica, estos frenos permitían reducir la velocidad (cosa necesaria antes de desplegar el paracaídas) sin perder sustentación.
Una vez enderezado el artefacto, se desplegaba un pequeño paracaídas.
Hasta ese momento, Juan seguía respirando con el oxígeno de la cápsula presurizada y los instrumentos no indicaban ninguna alteración en su salud. Una vez alcanzada una velocidad de 108 km/h a una altura de 3.000 metros, se abría una escotilla y una turbina comenzaba a ventilar el interior del habitáculo del mono.
De esa manera, Juan volvía a respirar aire natural sin depender de la reserva de oxígeno. Inmediatamente después de esto se desplegaban otros dos paracaídas más grandes que el primero y comenzaba el suave aterrizaje.
El principal temor de los miembros de la operación era que la nave cayera en una zona con agua y que la turbina de ventilación comenzara a llenar de agua el habitáculo. Sin embargo, esto era poco probable debido a la topografía de la zona y el aterrizaje finalmente se produjo en la Salina La Antigua, a 60 kilómetros de Chamical.
Después del viaje
Una vez localizado el cohete, fue trasladado a la base de operaciones donde fue desarmado ante la expectativa de todos. Cuando se abrió la escotilla se encontraron con Juan en perfecto estado de salud, quien miraba a todos y movía las manos muy lentamente, un poco por el sedante y otro por el susto del viaje.
