Experimentos científicos que puedes hacer en tu microondas.
1.- Cerilla encendida.
Si metes una cerilla encendida en el microondas, sujeta con algún alimento para que se mantenga en posición vertical, y subes la potencia al máximo, generarás plasma como el que hay en el interior de la pantalla del televisor o el que abunda en el universo.
Los globos de luz de color azul que emanan de la llama son el cuarto estado de agregación de la materia, ya que este se compone de átomos ionizados que han perdido sus electrones. Idéntico resultado se obtiene con un palillo de dientes.
2.- Bombilla intacta.
Al introducir en el interior del electrodoméstico una bombilla de tamaño estándar que mantenga su cristal intacto (esté fundida o no), esta se encenderá, empezará a emitir luz de diferentes colores y acabará explotando.
Esta reacción es debida a la ionización del gas de su interior; una mezcla de argón, neón y nitrógeno que se introduce para que el filamento no entre en contacto con el oxígeno del aire.
3.- Tableta de chocolate.
Extrae del microondas el aro sobre el que gira el plato y hornea una tableta de chocolate a máxima potencia durante 90 segundos; se formarán dos hoyos que te permitirán calcular la velocidad de la luz (velocidad a la que viajan todas las ondas del espectro electromagnético).
Para ello, deberás medir la distancia en centímetros entre ellos y multiplicarla por 2 y por 2.450.000, la frecuencia de las microondas. La cifra resultante, expresada en cm/seg, se aproxima al valor de la velocidad de la luz obtenido en los laboratorios.
4.- Objeto metálico.
Al contrario de lo que se piensa, olvidar una cuchara en el interior del microondas al calentar la comida no provocará una explosión que lo haga volar por los aires.
El objeto de metal únicamente reflejará las ondas electromagnéticas e impedirá que el alimento se caliente. A lo sumo, si el objeto es puntiagudo, podrá producir una pequeña descarga de arco eléctrico que, en caso de haber sido introducido junto a una sustancia inflamable, sí podría prender fuego al interior.
5.- Pastilla de jabón.
Si metemos una pastilla de jabón en el microondas, se convertirá en una "palomita de maíz gigante".
Esta deformación se debe al calentamiento del vapor de agua atrapado en su interior, el cual se expande y ejerce presión sobre la pared de las burbujas de aire contenidas también en el mismo.
Este experimento funciona con cualquier jabón, siendo idóneos aquellos que contienen más burbujas, es decir, los que flotan mejor.
6.- Globos con agua.
Si llenamos un globo de tamaño estándar (como los de la imagen) con un poco de agua, lo cerramos y lo metemos en el microondas, se inflará a los pocos segundos de ser calentado por efecto de la evaporación.
Por descontado, hay que tener cuidado y apagar el microondas antes de que se hinche demasiado y toque las paredes. Una vez apagado, el globo se desinflará y volverá a su estado inicial.
7.- Huevo crudo.
Al intentar cocinar un huevo crudo con un microondas, lo más común es que este reviente y provoque un auténtico estropicio.
La explosión se debe, como en el caso del jabón, a la generación de vapor de agua en su interior, que al no poder ser liberado a través de los poros de la cáscara, acabará por incrementar la presión interna hasta provocar su rotura.
Para cocer un huevo en este electrodoméstico, será necesario retirar la cáscara, batirlo y ponerlo en un vaso.
8.- Acercarse.
Situarse cerca del microondas y mirar fijamente cómo se cocina la comida no causa ningún perjuicio a la salud.
Como en el caso de los cubiertos, la pared que recubre el interior del electrodoméstico también es metálica, con lo que refleja las ondas electromagnéticas y las aísla del exterior.
Incluso si el electrodoméstico tuviera alguna rotura por dónde dejar escapar las ondas, se trata de radiación ionizante de muy baja frecuencia, que con mucho podrían producir quemaduras o alterar un marcapasos, pero no causar un cáncer.
Muchas gracias por tu visita.
1.- Cerilla encendida.

Si metes una cerilla encendida en el microondas, sujeta con algún alimento para que se mantenga en posición vertical, y subes la potencia al máximo, generarás plasma como el que hay en el interior de la pantalla del televisor o el que abunda en el universo.
Los globos de luz de color azul que emanan de la llama son el cuarto estado de agregación de la materia, ya que este se compone de átomos ionizados que han perdido sus electrones. Idéntico resultado se obtiene con un palillo de dientes.

2.- Bombilla intacta.

Al introducir en el interior del electrodoméstico una bombilla de tamaño estándar que mantenga su cristal intacto (esté fundida o no), esta se encenderá, empezará a emitir luz de diferentes colores y acabará explotando.
Esta reacción es debida a la ionización del gas de su interior; una mezcla de argón, neón y nitrógeno que se introduce para que el filamento no entre en contacto con el oxígeno del aire.

3.- Tableta de chocolate.

Extrae del microondas el aro sobre el que gira el plato y hornea una tableta de chocolate a máxima potencia durante 90 segundos; se formarán dos hoyos que te permitirán calcular la velocidad de la luz (velocidad a la que viajan todas las ondas del espectro electromagnético).
Para ello, deberás medir la distancia en centímetros entre ellos y multiplicarla por 2 y por 2.450.000, la frecuencia de las microondas. La cifra resultante, expresada en cm/seg, se aproxima al valor de la velocidad de la luz obtenido en los laboratorios.

4.- Objeto metálico.

Al contrario de lo que se piensa, olvidar una cuchara en el interior del microondas al calentar la comida no provocará una explosión que lo haga volar por los aires.
El objeto de metal únicamente reflejará las ondas electromagnéticas e impedirá que el alimento se caliente. A lo sumo, si el objeto es puntiagudo, podrá producir una pequeña descarga de arco eléctrico que, en caso de haber sido introducido junto a una sustancia inflamable, sí podría prender fuego al interior.

5.- Pastilla de jabón.

Si metemos una pastilla de jabón en el microondas, se convertirá en una "palomita de maíz gigante".
Esta deformación se debe al calentamiento del vapor de agua atrapado en su interior, el cual se expande y ejerce presión sobre la pared de las burbujas de aire contenidas también en el mismo.
Este experimento funciona con cualquier jabón, siendo idóneos aquellos que contienen más burbujas, es decir, los que flotan mejor.

6.- Globos con agua.

Si llenamos un globo de tamaño estándar (como los de la imagen) con un poco de agua, lo cerramos y lo metemos en el microondas, se inflará a los pocos segundos de ser calentado por efecto de la evaporación.
Por descontado, hay que tener cuidado y apagar el microondas antes de que se hinche demasiado y toque las paredes. Una vez apagado, el globo se desinflará y volverá a su estado inicial.

7.- Huevo crudo.

Al intentar cocinar un huevo crudo con un microondas, lo más común es que este reviente y provoque un auténtico estropicio.
La explosión se debe, como en el caso del jabón, a la generación de vapor de agua en su interior, que al no poder ser liberado a través de los poros de la cáscara, acabará por incrementar la presión interna hasta provocar su rotura.
Para cocer un huevo en este electrodoméstico, será necesario retirar la cáscara, batirlo y ponerlo en un vaso.

8.- Acercarse.

Situarse cerca del microondas y mirar fijamente cómo se cocina la comida no causa ningún perjuicio a la salud.
Como en el caso de los cubiertos, la pared que recubre el interior del electrodoméstico también es metálica, con lo que refleja las ondas electromagnéticas y las aísla del exterior.
Incluso si el electrodoméstico tuviera alguna rotura por dónde dejar escapar las ondas, se trata de radiación ionizante de muy baja frecuencia, que con mucho podrían producir quemaduras o alterar un marcapasos, pero no causar un cáncer.

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