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Buenas, amigos taringueros. Este post aunque no es de mi estilo, he de admitir que debo de publicarlo. Verán, hace poco tuve que hacer un reporte sobre un libro en mi bachillerato, entre la lista de libros a escoger se encontraba el de "El retrato de Dorian Gray" del irlandés Oscar Wilde. Lo elegí ya que se me hizo tentador. He de admitir que no me gustó... me encantó el libro a tal nivel que me puse a extraer fragmentos reflexivos contenidos en el libro los cuales recopilé para publicar el día de hoy. Podrán leer que a pesar de que esta obra literaria se remonta al siglo XIX, gran parte de la filosofía que se ilustra en ésta sigue siendo válida, por así decirlo, hasta nuestros días. Espero que sea de su agrado:

“-No hay influencia que sea buena, señor Gray. Toda influencia es inmoral…inmoral, desde el punto de vista científico.
-¿Por qué?
-Porque influir a una persona es tanto como darle nuestra propia alma. Ya no piensa sus pensamientos naturales, ni arde con sus pasiones naturales. Sus virtudes ya no suyas. Sus pecados, si es que hay pecados, son prestados. Se convierte en el eco de una música ajena, en el actor de un papel que no había sido escrito para él. El fin de la vida no es otro que desenvolver la personalidad. Realizar nuestra propia personalidad: para eso estamos en el mundo. Hoy los hombres se asustan de sí mismos. Han olvidado el más alto de todos los deberes, el deber que uno se debe a sí mismo. Claro está que son caritativos; dan pan al hambriento y visten al desnudo. Pero sus propias alamas se mueren de hambre y andan desnudas. Hoy nuestra raza no conoce el valor. Tal vez nunca lo tuvo. El terror a la soledad, que es la base de la moral y el temor de Dios, que es el secreto de la religión: tales son los principios que nos rigen. Y, con todo creo que si un hombre viviera su vida plena y cabalmente y diera forma a cada sentimiento, expresión a cada sentimiento, y realidad a cada sueño…creo que el mundo recibiría tal impulso fresco de alegría, que olvidaríamos todas las enfermedades del medievalismo, y tomaríamos al ideal helénico… tal vez a algo más bello, más rico que el ideal helénico. Pero hasta el hombre más decidido de nosotros se teme a sí mismo. La mutilación del salvaje tiene su trágica supervivencia en la propia renunciación que inmola nuestras vidas. Y somos castigados por esta renunciación. Cada impulso que nos esforzamos por estrangular, germina en el alma y nos envenena. El cuerpo peca una vez y acaba con su pecado, pues la acción es una especie de purificación. Nada queda entonces si no es el recuerdo de un placer o la voluptuosidad de un arrepentimiento. El único modo de salvarse de una tentación es ceder a ella. Resiste y tu alma enfermará ansiando las cosas que ella misma se ha vedado, anhelando lo que sus leyes han hecho ilícito y monstruoso. Se ha dicho que los grandes acontecimientos del mundo tienen lugar en el cerebro. También en el cerebro y sólo en el cerebro tienen lugar los grandes pecados del mundo.”

“-¡Siempre! ¡Horrible palabra! ¡Cada vez que la oigo me echo a temblar! ¡Las mujeres son tan aficionadas a pronunciarla! Por su empeño de eternizar cada aventura novelesca la echan a perder. Pero, además, es una palabra sin sentido. La única diferencia entre un capricho y una pasión de toda la vida, es que el capricho dura un poco más.”

“-Adoro los placeres sencillos –dijo Lord Henry-. Son el último refugio de los seres complicados. […] Me asombra que hayan definido al hombre como a un animal racional. ¡Es la definición más prematura que se haya dado! El hombre muchas cosas si se quiere, pero no es racional. Y después de todo me alegro que no lo sea.”

“-¡Cuánto ruido arma la gente con motivo de la fidelidad! –Exclamó Lord Henry- ¡Si hasta en el amor se reduce a una cuestión fisiológica! Esto no tiene nada que ver con nuestra voluntad. Los jóvenes tratan de ser fieles y no lo son; los viejos se empeñan en no serlo y no pueden. Eso es todo lo que podemos decir.”

“-[…] Después de todo, por la paradoja se llega a la verdad. Para conocer la realidad hay que verla en la cuerda floja. Solo podemos juzgar las verdades cuando se hacen acróbatas.”

“-La humanidad se toma a sí misma demasiado en serio. Éste y no otro es el pecado original. Si el hombre de las cavernas hubiera sabido reír, la historia habría sido diferente.”

“-Sí –continuó Lord Henry-, éste es uno de los grandes secretos de la vida. Hoy la mayoría de la gente muere de un rastrero sentido común, y cuando ya es demasiado tarde cae en la cuenta de lo único que nunca se deplora son los propios errores.”

“-Dorian, no te cases por nada del mundo. Los hombres se casan por fatiga y las mujeres por curiosidad. Ambos se llevan un chasco.”

“-Hijo mío, no hay mujer genial. Las mujeres no son más que el sexo decorativo. Nunca tienen nada que decir, pero lo que dicen lo dicen deliciosamente. La mujer representa el triunfo de la materia sobre el espíritu, en tanto que el hombre representa el triunfo del espíritu sobre las costumbres.”

“-[…] Últimamente he llegado a la conclusión de que sólo hay dos clases de mujeres: las desaliñadas y las que se pintan. Las primeras son utilísimas. Si quieres adquirir una reputación de hombre respetable, no debes hacer más que una cosa: sencillamente invitarlas a comer. Las que se pintan son deliciosas. Con todo, cometen un error. Se pintan buscando la manera de parecer jóvenes. Nuestras abuelas se pintaban para hablar con ingenio. […] Hoy, la mujer se siente perfectamente satisfecha mientras pueda parecer diez años más joven que su marido.”

“-Hijo mío, los superficiales son los que aman más que una vez en su vida. Lo que ellos llaman lealtad y fidelidad, yo lo llamo el letargo de la costumbre o su falta de imaginación. La fidelidad es a la vida emocional lo que la firmeza de ideas es a la vida del intelecto: simplemente una confesión de fracaso. ¡La fidelidad! Algún día tendré que analizarla. La pasión por la propiedad vive en ella. Hay muchas cosas que nosotros arrojaríamos si no temiéramos que otros pudieran recogerlas.”

-“[…] Cuando se está enamorado, siempre se empieza a engañarse uno a sí mismo y siempre se acaba por engañar a los demás. Esto es lo que llama el mundo una novela […].”

-“[…] Los únicos artistas encantadores en lo personal, que yo he conocido, son malos artistas. Los buenos artistas existen simplemente en lo que hacen y, en consecuencia, lo que son carece de interés. Un gran poeta, un poeta realmente grande, es la criatura menos poética que puede darse. Por el contario, los poetas malos son personas fascinantes. Cuando más horribles sean sus rimas, más pintorescos parecen ellos. El simple hecho de haber publicado un libro de sonetos de poca calidad, hace que el hombre se vuelva irresistible. Vive la poesía que no puede escribir. Los demás escriben la poesía que no se atreven a vivir.”

“-Yo nunca apruebo, ni desapruebo nada. Es una actitud absurda en la vida. No estamos en el mundo para airear nuestros prejuicios morales. Yo nunca me entero de lo que dice el vulgo, ni nunca me meto en lo que hace. Si una persona me fascina, sea cual fuere el modo de expresión que esa persona elija, siempre la encuentro maravillosa. […] El verdadero inconveniente del matrimonio está en que lo vuelve a uno generoso. Y la gente generosa es incolora. Carece de personalidad. No obstante, hay caracteres a los cuales el matrimonio los vuelve más complejos. Conservan su egoísmo y a él añaden otros egos de organización; pero yo creo que el fin de la existencia del hombre no es otro que llegar a este elevado grado de organización. Además, toda experiencia tiene un valor y, dígase lo que se diga en su contra el matrimonio es siempre una experiencia.”

“-La razón de que a todos nos guste pensar bien de los demás, no es otra que nuestro temor a nosotros mismos. La base del optimismo es sencillamente el miedo. Creemos que somos altruistas porque colgamos al prójimo todas aquellas virtudes que probablemente pueden beneficiarnos. Alabamos al banquero, a fin de poder estirar nuestra cuenta, y hallamos buenas cualidades en los salteadores de caminos, con la esperanza de que no vaciarán nuestro bolsillo. Desprecio profundamente todo optimismo. Por lo que toca a lo de la vida echada a perder, sólo se echa a perder aquella cuyo desarrollo se estanca. Si quieres frustrar un carácter, no tienes más que tratar de reformarlo. En cuanto al matrimonio, claro que sería absurdo, pero no faltaron otros lazos más interesantes entre hombre y mujer. […].”

“-El placer es lo único que merece tener una teoría –replicó Lord Henry con su voz queda y melodiosa-. Pero temo que no pueda reclamar la propiedad de esta teoría, pues, en verdad, pertenece a la Naturaleza y no a mí. El placer es la piedra de toque de la Naturaleza, su signo de aprobación. Cuando somos felices siempre somos buenos, pero cuando somos buenos no somos siempre felices.”

“-La bondad no es más que la armonía consigo mismo –respondió Lord Henry, tocando con sus dedos pálidos y puntiagudos el pie frágil de su copa-. Discrepar es verse obligado a estar en armonía con los demás. Pero lo que importa es la vida propia. Respecto a las vidas ajenas, si queremos ser pedantes o puritanos podemos desplegar nuestras ideas morales sobre ellas pero, en verdad, esto no nos incumbe a nosotros. Por otra parte, no hay fin más excelso que el individualismo. La moral de nuestro tiempo consiste en ajustarse al patrón de la época. Yo, en cambio, considero que ajustarse al patrón de la época es, para un hombre culto, una manifestación de la más grosera inmoralidad.”

“-[…] Ser adorado es un engorro. Las mujeres nos tratan como la humanidad trata a sus dioses. Nos adoran, pero están siempre fastidiándonos para que hagamos algo por ellas.”

“-[…] Las mujeres, como dijo un francés muy ingenioso, nos inspiran al deseo de hacer obras maestras y siempre nos impiden llevarlas a cabo.”

“-[…] la mujer sólo puede emplear un medio para reformar a un hombre: fastidiarle de tal modo, que pierda todo interés posible por la vida.”

“-Las buenas decisiones son estériles tentativas de embarazar las leyes científicas. Su origen no es otro que la vanidad, sencillamente. Y el resultado siempre nulo. De cuando en cuando, nos proporcionan alguna de esas estériles emociones voluptuosas, que tienen cierto encanto para los débiles. Esto es todo lo que puede decirse de ellas. Son cheques que el hombre gira a un banco en el que no tiene cuenta alguna.”

“-[…] Sucede con frecuencia que las tragedias de la vida real son tan antiartísticas, que nos hieren por su cruda violencia, su absurda falta de sentido, su completa incoherencia y su absoluta carencia de estilo. Nos afectan como cualquier vulgaridad. Nos dan una impresión de pura fuerza bruta y nos rebelamos contra ella. A veces, sin embargo, se cruza en nuestra vida una tragedia, que contiene elementos artísticos de belleza. Si estos elementos de belleza son reales, el suceso despierta sólo nuestro sentido de los efectos dramáticos. Súbitamente, nos encontramos con que ya no somos actores, sino espectadores del drama. O, mejor aún, ambas cosas a la vez. Nos observamos a nosotros mismos y la simple admiración del espectáculo basta para dominarnos.”

“-[…] La vida está siempre llena de adormideras en sus manos. Claro que, de cuando en cuando, las cosas se empeñan en durar. […] El único encanto del pasado está en que ha pasado. Pero las mujeres nunca se enteran de cuando cae el telón. Siempre tienen necesidad de un sexto acto y no bien se ha acabado el interés de la obra cuando ya proponen continuarla. Si les permitiéramos hacer lo que quieren, cada comedia tendría un final trágico y cada tragedia culminaría en farsa. Son encantadoramente artificiales, pero carecen del menor sentido artístico. […] La mujer, por lo general, se consuela por sí misma. Algunas llevando colores sentimentales. […] Otras se consuelan descubriendo de pronto las buenas cualidades de su esposo. Y hacen ostentación de su felicidad conyugal en las narices de uno, como si fuera el más fascinador de los pecados. Algunas también hallan consuelo en la religión. Además, no hay nada que nos envanezca tanto como oír que nos llamen pecador. La conciencia nos vuelve a todos egoístas. Sí, verdaderamente la vida moderna ofrece a las mujeres un sinfín de consuelos. Y todavía me queda mencionar el más importante.
-¿Cuál, Harry? –preguntó Dorian indolentemente.
-¡Oh!, el consuelo más evidente. Quitarle a otra su adorador cuando pierde el suyo. En la buena sociedad, esto siempre da brillo a la mujer. […]”

“-Temo que las mujeres sientan más predilección por la crueldad, por la crueldad franca se entiende, que por cualquier otra cosa. Sus instintos tienen un primitivismo maravilloso. Nosotros las hemos emancipado, pero siguen siendo esclavas en busca de amo, a pesar de todo. Les gusta ser dominadas.”

“-¿Qué tiene que ver el tiempo que haya transcurrido? Sólo la gente superficial necesita años enteros para librarse de una emoción. El hombre que es dueño de sí mismo puede poner a un dolor con la misma facilidad con que inventa un placer. Yo no quiero ser esclavo de mis emociones. Quiero usarlas, gozar de ellas y dominarlas.”

“-[…] todas las cosas exquisitas que nos rodean, el lujo y la ostentación pueden enseñarnos mucho. Pero el artístico temperamento que todo esto crea o, de una u otra forma, revela, me interesa mucho más. Convertirnos en espectadores de nuestra propia vida es, como dice Harry, escapar al sufrimiento de la vida.”

“-[…] Y todo esto era como debía ser el arte: inconsciente, ideal y remoto. […] El arte siempre es más abstracto de lo que nos figuramos. La forma y el color no nos hablan más que de la forma y el color. Muchas veces pienso que el arte, lejos de revelar al artista, lo oculta.”

“[…] La sociedad –al menos, la sociedad civilizada- nunca está muy inclinada a creer nada que vaya en perjuicio de las personas ricas y sugestivas. Siente instintivamente que los modales tienen más importancia que la moral y, en su opinión, la suprema respetabilidad vale mucho menos que tener un buen cocinero. Después de todo, no vale mucho menos que tener un buen cocinero. Después de todo, deja de ser un pobre consuelo saber que la persona que nos ha dado una mala comida o un vino de mala calidad es una persona irreprochable en su vida privada. Ni siquiera las virtudes cardinales pueden justificar que nos dé un plato casi frío, como había observado en cierta ocasión Lord Henry, en una discusión sobre este tema; y hay muchas probabilidades de que tuviera razón. Pues los cánones de la buena sociedad son, o debieran ser, los mismos del arte. La forma absolutamente esencial en ellos. Deberían tener la dignidad de una ceremonia, así como su irrealidad, y combinar el carácter insincero de una obra romántica con el ingenio y la belleza que nos hacen encantadoras tales obras. Pero, ¿es tan terrible cosa la sinceridad? Creo que no. ¿No será simplemente un método gracias al cual podemos multiplicar nuestra personalidad?”

“-[…] La mujer que se casa de nuevo lo hace porque detestaba a su marido. El hombre que vuelve a casarse es porque adoraba a su primera mujer. Las mujeres prueban suerte; los hombres arriesgan la suya.”

“-[…] Las mujeres nos aman por nuestros defectos. Si tuviéramos bastantes nos perdonarían todo, aún nuestra inteligencia.”

“-[…] Si las mujeres no les amásemos a ustedes por sus defectos, ¿qué sería de ustedes? No habría ninguno que se casase. Serían una colección de desdichados solteros. Esto, desde luego, no tendría gran influencia en ustedes. Hoy todos los hombres casados viven como solteros y todos los solteros como casados.”

“-[…] Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer, mientras no se enamore de ella.”

“-[…] Cada acierto nos trae un enemigo. Para ser popular hay que ser mediocre.”

“-[…] Y las mujeres gobiernan el mundo. Te aseguro que nosotras no podemos soportar la mediocridad. Las mujeres, como alguien ha dicho, amamos con los oídos, así como ustedes los hombres aman con los ojos, si es que aman de alguna manera…”

“-[…] Lo romántico vive de la repetición y la repetición convierte un apetito en un arte. Además, cada vez que se ama es la única vez que se ha amado. La diferencia de objeto no altera la unidad de la pasión. Simplemente, la intensifica. En la vida podemos tener, a lo sumo, una sola gran experiencia y el secreto de la vida consiste en reproducir esa experiencia tantas veces como sea posible.”

“-[…] todo el mundo puede ser bueno en el campo, pues en él no hay tentaciones. Por esto la gente que vive fuera de las ciudades es tan absolutamente civilizada. La civilización no es, en modo alguno, fácil de alcanzar. Sólo hay dos caminos que conducen al hombre a ella: la cultura y el vicio. La gente que vive en el campo no tiene la posibilidad de seguir uno u otro y por eso se estanca.”

“-[…] La vida conyugal, desde luego, no es más que una costumbre; una mala costumbre. Pero incluso se lamenta la pérdida de las peores costumbres. Tal vez sean las que más se lamenta perder, ya que son una parte esencial de nuestra personalidad.”

“-[…] El arte no influye lo más mínimo en las acciones. Aniquila el deseo de obrar. Es soberbiamente estéril. Los libros que el mundo llama inmorales, son libros que muestran al mundo su propia vergüenza. Ni más ni menos. […]”

Eso fue todo. Si quieren dejar puntos, son libres de hacerlo. Espero no haberles hecho perder el tiempo y bueno, eso es todo. Adiós.