

Aunque la pseudomedicina homeopática alude a una fantasmal “memoria del agua” para justificar cómo la ausencia de principio activo es capaz de producir un efecto curativo, la constante labor de I+D de las diversas empresas del sector ha producido un vertiginoso avance tecnológico en este campo “médico”, de tal manera que ahora se pueden administrar los preparados homeopáticos no sólo en ausencia total de agua sino ¡sorpréndanse! incluso de materia.
¿Se han preguntado alguna vez como los supuestos “medicamentos” homeopáticos, esos que se ha diluido en agua hasta el infinito y más allá, se convierten al final en una pastilla sólida o lo que en jerga homeopática se denominan gránulos o glóbulos?
Pues para que entiendan el sinsentido del proceso primero les resumo brevemente el concepto de memoria del agua. Inicialmente tenemos un principio activo (que es una sustancia que puede curar) disuelta en agua, en la figura se representa una molécula de un anticuerpo pero bien pudiera ser cualquier otra sustancia.

Las moléculas del anticuerpo al estar disueltas se encuentran totalmente rodeadas por una multitud de moléculas de agua. Ahora bien, tras un proceso de dilución seriada la cantidad de sustancia activa es cada vez menor en la disolución hasta llegar un momento que nos quedamos únicamente con el agua, sin nada del anticuerpo original y debemos creer (porque esta es la base de la homeopatía) sin ninguna prueba por cierto, pero eso ahora es lo de menos, que debido a la manera especial en la que se ha desarrollado todo el proceso de dilución las moléculas de agua no han seguido las leyes normales de la física mezclándose entre sí y “tapando” los huecos dejados por el anticuerpo, sino que mágicamente han permanecido ordenadas alrededor del “vacío” dejado por el mencionado anticuerpo tal y como se representa en el dibujo.

Ahora bien, ¿cómo pasamos la memoria del agua a una pastilla? Pues mediante un procedimiento que recibe el pomposo nombre de “grageificación de triple impregnación”, aunque en realidad tal y como explica la propia multinacional Boiron no es más que añadir el agua que posee la supuesta memoria a una pastilla de sacarosa, esperar un rato y volver a añadir más agua con memoria y así hasta 3 veces. Y ¡tachán! se produce el milagro. Porque que algún químico de Boiron nos explique cómo las moléculas de agua formando una estructura tridimensional “estable” pasan al interior de la pastilla y se colocan entre las moléculas de sacarosa hasta el “núcleo del gránulo” sin perder por el camino esa maravillosa estructura memorística conseguida a través de una laboriosa e infinita dilución.
Pero no se crean que éste es el único avance del campo en los últimos años, porque cuando dos potentes pseudomedicinas se unen los resultados son espectaculares a la vez que increíbles. Supongan que cuando enferman envían por correo ordinario algunos de sus cabellos o un papel embebido con un par de gotas de su sangre junto con una descripción pormenorizada de sus síntomas a determinadas empresas. Al recibir su carta se analiza el cabello o la sangre para identificar anomalías y junto con el experto estudio de sus síntomas por parte de un profesional cualificado se realiza un diagnóstico y se prepara el medicamento homeopático adecuado que al final es enviado al paciente a su casa. Bueno y donde está la novedad se preguntarán ustedes. Pues en lugar de enviar de vuelta por correo la receta “medica” o el propio “medicamento”, lo que hacen estas innovadoras empresas es enviarle al paciente mediante una sofisticada técnica denominada radiónica (que no se crean ustedes, fue inventada a principios del siglo XX por un tal Albert Abrams en EEUU) por el aire (como si de una emisión de radio o TV y se tratara y de ahí su nombre) unas vibraciones sanadoras que incluyen las propiedades del “medicamento” homeopático. Aunque por supuesto la radiónica es muy versátil y es capaz de enviar cualquier otro tipo de medicamento (siempre que sea “alternativo” y no me pregunten a mí el porqué) codificado en su patrón de ondas. Cosa por cierto bastante parecida aunque algo más sofisticada que la transmisión de proteínas por la línea telefónica, que propuso el infausto inmunólogo Jacques Benveniste (la oveja negra de mi especialidad por su espurio artículo sobre la memoria inmunológica del agua) allá por el año 1997 en un congreso conjunto de la “American Academy of Allergy, Asthma and Immunology”, de la “American Association of Immunologists” (a la cual tengo el placer de pertenecer) y de la “Clinical Immunology Society” estadounidenses celebrado en San Francisco, congreso que tuvo una presencia multitudinaria de inmunólogos con cerca de 900 comunicaciones científicas. La pena fue no haber asistido a este congreso y haber estado en la sala durante la presentación por parte de Benveniste de tan magno descubrimiento científico.

Por cierto, el envío a distancia de medicamentos homeopáticos codificados vía teléfono o también por E-mail (¿porqué no? hay que adaptarse a las nuevas tecnologías) es ya una realidad cotidiana en el hospital hindú de Patna tal y como nos informa el propio director de la entidad Dr. M K Sahni.
Y volviendo a la radiónica ¿cómo saben las ondas vibratorias dónde se encuentra el paciente? Pues como bien se nos explica en esta página web:
La gota de sangre o fragmento de cabello del paciente (conocido como el testigo del paciente) actúa como un vínculo entre el practicante, su instrumento radiónico y el paciente. Esencialmente, el tratamiento es la proyección de patrones sanadores de energía. A éstos pudiera agregarse la forma de onda de los remedios homeopáticos, colores, esencias florales y extractos de hierbas, si están indicados como parte del tratamiento.
¿A que es fantástico aunque suene talmente a un conjuro de bruja medieval? Pero si por casualidad ustedes fueran de esos escépticos racionalistas que lo cuestionan todo y les quedan dudas, pues no se preocupen ya que aunque
pudiera ser difícil de aceptar que tal tratamiento puede ser efectivo a distancia, no obstante el peso de evidencia clínica muestra que es muy efectivo en un importante número de casos. ‘Acción a distancia’, como se le llama a éste fenómeno no es nuevo para la ciencia. Hoy en día se está llevando a cabo mucha investigación por parte de instituciones científicas en el campo, y están encontrando que los humanos, las plantas y los animales responden a patrones de pensamiento proyectados, y este fenómeno ocurre sin importar cuán grande es la distancia entre los sujetos bajo investigación.
ya que
aceptando que todo es energía, la Radiónica ve órganos, enfermedades y remedios como teniendo su propia frecuencia o vibración en particular. Estos factores pueden ser expresados en valores numéricos, que son conocidos como ‘valores’ o ‘proporciones’, o en forma de h de Patrones Geométricos. Éstos valores proporcionan los medios por los cuales el practicante identifica y trata la enfermedad a distancia.
Y ya finalmente para mostrar que la “medicina” alternativa no siempre debe está reñida con el ocio y el relax pues hay una empresa que, como las vibraciones sanadoras de los medicamentos homeopáticos no son audibles para el oído humano, introduce estos patrones de ondas electromagnéticas dentro de una relajante grabación de gorjeos de pajaritos y suaves murmullos del viento ( aunque ¿porqué no dentro de la increíble “Stairway to heaven” de Led Zeppelin?), de tal manera que después pueda ser reproducida en cualquier dispositivo electrónico: equipo de música, iPod, teléfono móvil, ordenador personal, tablet, lector de MP3, etc. ¿No es maravilloso? Todo un dos en uno, ya que mientras uno escucha esa relajante música tumbado en su sofá puede estar siendo curado de cualquier enfermedad infecciosa
AIDS, Athletes Foot Jock Strap, Bird Flu and Panic, Candida, Chicken Pox, Chlamydia, Gardnerella, Gonorrhoea, Herpes Genital, Herpes Mouth, Impetigo, Lyme, Malaria Africans Only, Measles, Mumps, NSU, Rabies, Rubella, Salmonella, Scabies, Scarlet Fever, Swine Flu and Panic, Syphilis, Warts, Whooping Cough
además de todo tipo de miedos y fobias
Alone to be, Animals, Bees, Wasps, Hornets, Birds, Burglars, Robbers, Cancer, Cats, Contagious Diseases, Death and Dying, Dentist, Devil and Evil, Doctor, Dogs, Enemies, Exams, Fire, Frogs, Future, Heart Disease, High Places, Insanity, Killed, Knives, Loss of Status or Position, Men, Narrow, Closed Spaces, Noise, Pain, People, Poisoned, Rape, Salvation, Shock, Sleep, Snakes, Spiders, Strangers, Suffocation, Tunnels, Water, Women
por el módico precio de 10 euros por canción sanadora, aunque si somos precavidos o directamente hipocondriacos bien podemos comprar la oferta de 100 “tratamientos” musicales por tan sólo 400 euros, que nos saldrá más a cuenta. ¡Menudo chollazo!.
Y esta revolucionaria tecnología médico-musical (que muy seguramente hará inmensamente feliz a Steve Jobs en su actual retiro celestial budista) inventada por un inglés llamado Peter Chappell está siendo capaz de curar el SIDA en tan sólo dos semanas, primero a enfermos en Etiopía y luego por toda África ¡Pobres africanos!.
Y por supuesto, al igual que Boiron sigue vendiendo legalmente sus productos “farmaceúticos” por todo el planeta sin impedimento alguno, las empresas de homeopatía radiónica o musical pueden también ofertar sus “avanzados” productos “sanitarios” tanto en “clínicas” especializadas como vía web en todo el mundo sin que ningún organismo, de cualquiera de los países afectados, que posea competencias en materia de sanidad, de industria, de calidad o ya puestos de persecución de la estafa y del fraude tome ninguna medida para poner fin a esta demencial y por lo que se ve imparable carrera “tecnológica” hacia el más absurdo y disparatado sinsentido pseudomédico.
ANEXO: ¿dónde están los “huecos” de la memoria del agua?
Para mostrar que toda la argumentación de la “memoria del agua” es un simple engañabobos de lo más burdo por cierto, puesto que cualquiera que haya estudiado la química elemental del bachillerato (o incluso los conceptos básicos de primaria) se puede dar cuenta que en el proceso de dilución, el anticuerpo antes mencionado (o la sustancia que sea) no desaparece nunca dejando jamás “hueco” alguno en el agua, presentaré el siguiente ejemplo.
Tomemos un recipiente al que añadamos 4 bolas negras y 100 bolas blancas. Si a esta “solución de bolas” se le añaden otras 100 bolas blancas ahora tenemos el doble de volumen con 200 bolas blancas que siguen rodeando totalmente a las 4 bolas negras, habiéndose realizado por tanto una dilución ½. Ahora cogemos la mitad de este volumen que contendrá entonces 2 bolas negras completamente rodeadas de 100 bolas blancas y le volvemos a añadir otras 100 bolas blancas, resultando una mezcla de 2 bolas negras rodeadas otra vez de 200 bolas blancas, por lo que habremos realizado una segunda dilución de ½, y entonces ahora tendremos una dilución ¼ sobre la solución original. Si volvemos a descartar la mitad de las bolas nos quedaremos ahora con 1 bola negra que sigue aún rodeada de 100 bolas blancas. Añadiendo otras 100 bolas blancas volvemos a hacer otra dilución ½ y si ahora esta mezcla la separamos en dos mitades tendremos un recipiente con 0 bolas negras y 100 bolas blancas ¡sin ningún tipo de hueco o vacío! y el otro recipiente contendrá 1 bola negra rodeada totalmente de 100 bolas blancas. A partir de aquí podemos seguir añadiendo repetidamente cientos y cientos de bolas blancas en sucesivos pases de dilución hasta el infinito y luego llamar al resultado final “solución homeopática de bolas negras” pero ¿dónde han estado o se encuentran ahora los famosos pero fantasmales huecos que contienen la “memoria” de las bolas blancas? puesto que las bolas negras nunca han llegado a “desaparecer”, sino que simplemente las hemos ido descartando junto con las bolas blancas que las rodeaban durante el proceso de dilución seriada.

