La supervivencia de las aves migratorias depende de su capacidad para adaptarse a las condiciones adversas

Según un estudio internacional en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) basado en la observación de las migraciones del milano negro, la supervivencia de estas especies migratorias se basa en la capacidad de mejorar las habilidades para hacer frente a condiciones ambientales adversas.
Este estudio, publicado en la revista Nature, añade nuevos datos al conocimiento de la biología migratoria, todavía desconocida en muchos aspectos. “La mejora de las capacidades viajeras de las aves a lo largo de su vida es resultado de la muerte de los individuos con menores habilidades, que acaban desapareciendo de la población.
También influye la mejora en las habilidades de cada uno de los individuos que lograron sobrevivir como resultado de la experiencia acumulada”, explica el investigador del CSIC Fabrizio Sergio, de la Estación Biológica de Doñana.
Para llevar a cabo la investigación se han aplicado transmisores vía satélite miniaturizados a 92 ejemplares de milano negro (Milvus migrans), un ave rapaz que llega a vivir 27 años. El seguimiento se ha efectuado durante 364 viajes migratorios, lo cual “ha permitido comprobar que la habilidad para desplazarse entre Europa (donde los milanos negros crían) y África (donde pasan los inviernos) mejora progresivamente con la edad, especialmente durante los primeros siete años de vida.
Las aves que fueron capaces de mejorar sus aptitudes para hacer frente a las condiciones ambientales adversas de estos largos periplos –como los vientos en contra y los vientos laterales–, pudieron sobrevivir y reproducirse. Por el contrario, aquellos ejemplares que no supieron de mejorar con la edad acabaron muriendo”, dice Sergio.
Otra de las conclusiones del estudio es que “los milanos más jóvenes, de entre 1 y 6 años, tenían menos capacidad de afrontar las condiciones ambientales adversas que los individuos de más edad”. Los investigadores también destacan que comprender cómo afectarán el cambio climático y la acción humana a la migración de los ejemplares más jóvenes podría ser la clave para predecir futuros impactos ambientales sobre muchas especies migratorias amenazadas.