
El Arsat-1 es noticia y no solo por ser uno de los primeros satélites argentinos. Como todo en nuestra querida Argentina, se le critica desde no ser construido completamente en el país (cómo si hacer los componentes de un satélite se pudiera hacer en cualquier lado) hasta el hecho de que “lanzamos satélites en un país que todavía tiene muchas necesidades sin ser satisfechas”. En este último punto muchos quieren comparar nuestro país con los nórdicos, pero ninguno de éstos tiene más de 5000 kilómetros de extensión latitudinal y un déficit comunicacional. Si, el Arsat-1 era necesario.

Pero este no es un artículo sobre el Arsat-1, ¿qué quieren que les diga? A mi que el país en donde vivo ponga un satélite en órbita me da mucha alegría y también orgullo. Sea o no sea un satélite 100% argentino tiene mucho trabajo de compatriotas nuestros encima (tengo la suerte de conocer a un amigo que estuvo involucrado en el desarrollo del Aquarius). Esperemos que todo esta línea de trabajo se mantenga y todo el know how que significa diseñar y poner satélites en órbita se retroalimente. Pero bueno, somos Argentina, un país que supo hacer aviones a reacción en 1947 y desarrollar misiles que podrían haber puesto satélites en órbita y luego encajonar o abandonar estos proyectos debido a negociados – ¿o agachadas? – de los anteriores gobiernos de turno.

Hoy, y a pesar de la presentación, vamos a hablar de Manolito, un nanosatélite que está en órbita hace poco menos de un año y fue desarrollado entre varias universidades del país a través de convencios cuyo objetivo es fomentar el desarrollo de este tipo de tecnología. Si se permite el término, Manolito es una especie de Satélite escuela.
Con el nombre clave de Cubebug-2, este pequeño cubo que actualmente se encuentra orbitando nuestro planeta a decenas de de kilómetros, cuenta con un 80% de componentes fabricados acá, entre ellos el GPS, los paneles solares (desarrollados por la Comisión Nacional de Energía Atómica) y la computadora de a bordo. También cuenta con una cámara de 20 megapíxeles para tomar imágenes del planeta.

Según sus creadores (pueden escuchar una nota acá) Manolito fue creado a través de una plataforma de hardware libre, supongo que es Arduino aunque en ningún lugar tuve la certeza (salvo este hilo en un foro de smalltalk). El nombre de este pequeñito se debe al personaje de “Mafalda” y a su vez, es el sucesor de “Capitan Beto”. Actualmente estarían armando el tercer nanosatelite
Y otra vez, el huevo o la gallina…
¿Qué opinas de la Argentina satelital? ¿Debería seguir o debería apuntar a otras prioridades?