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DEMOCRACIA ECONOMICA

P.R. Sarkar

Este discurso fue dictado por su autor, P.R. Sarkar en Junio de 1986, por lo tanto, el contexto político internacional está desactualizado, pero, los conceptos brindados por Sarkar son totalmente vigentes.

http://prout-sarkar.blogspot.com.ar/



DEMOCRACIA ECONÓMICA


En la actualidad (Nota del editor: referido al año 1986, cuando Sarkar dictó el artículo), casi todos los países del mundo están bajo algún tipo de estructura democrática. Se ha establecido la democracia liberal en países como los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Canadá, mientras que en la Unión Soviética, China, Vietnam y Europa Oriental el sistema dominante es la democracia socialista. La situación del pueblo en los países democráticos liberales -así llamados democráticos- no es tan miserable como lo es en los países comunistas. En estos últimos, los sistemas político y económico son impuestos a la sociedad por los oficiales del partido, causando grandes sufrimientos y una severa explotación económica. Tanto la democracia liberal como la democracia socialista, pueden ser consideradas formas de democracia política, porque estos sistemas están basados en la centralización económica y política.



Democracia política


En la actualidad, en los países en que está en boga la democracia, se ha engañado a la gente haciéndole creer que no existe un sistema mejor que la democracia política. Sin duda, ésta ha concedido el derecho de voto, pero también ha barrido el derecho a la igualdad económica. En consecuencia, existe una disparidad económica enorme entre ricos y pobres, una desigualdad inmensa en el poder adquisitivo de las personas, desempleo, escasez periódica de alimentos, pobreza e inseguridad en la sociedad.

El tipo de democracia predominante en India también es la democracia política, y ha demostrado ser un sistema único de explotación. La constitución de India fue creada por tres grupos de explotadores: los imperialistas británicos, los imperialistas indios, y los partidos regentes representantes de los capitalistas indios. Todas las previsiones incluidas en la constitución india fueron formuladas con la idea de promover los intereses de esos oportunistas.

A fin de engañar a las masas, se le concedió a la gente el derecho del sufragio universal. Millones de indios son pobres, supersticiosos e iletrados, y es por eso que los explotadores ganan las elecciones repetidamente, mediante prácticas tales como promesas falsas, intimidación, abuso total del poder administrativo y fraude electoral. Esta es la farsa de la democracia. Una vez que forman el gobierno, tienen la gran oportunidad de gozar de la corrupción imperante y servirse de la tiranía politica durante cinco años. En las elecciones subsiguientes, tanto a nivel provincial como nacional, se repite el mismo absurdo.

Este tipo de oportunismo político se ha llevado a cabo en India desde la independencia. Durante los últimos treinta y cinco años, los partidos políticos han sostenido que a fin de alcanzar la paridad económica con los países industrialmente desarrollados, India debe mantener el sistema democrático. Para soportar este argumento, citan los ejemplos de Estados Unidos y Gran Bretaña o China y la Unión Soviética. Los líderes políticos instan al electorado a votar a su favor en el momento de las elecciones, para que las masas hambrientas del país puedan cosechar los beneficios de una economía desarrollada. Pero una vez que pasan las elecciones, la explotación del pueblo sigue sin disminuir -amparada por la democracia política- y otras áreas de la vida social son dejadas a un lado por completo. Actualmente, millones de indios se encuentran privados de los requisitos mínimos de la vida. Luchan en procura de alimento, vestimenta, vivienda, educación y atención médica adecuados, mientras que un grupo reducido de personas vive rodeada de enorme riqueza y lujo.

Uno de los defectos más obvios de la democracia es que el voto está basado en el sufragio universal. Es decir, el derecho a votar depende de la edad. Una vez que la persona alcanza una cierta edad, se da por sentado que posee la capacidad requerida para considerar los pro y los contra de los resultados, en una elección para seleccionar al mejor candidato. Pero hay muchas personas por encima de la edad para votar, que tienen muy poco -o nulo- interés en las elecciones, y que no están familiarizadas con los asuntos sociales o económicos. En muchos casos, votan por el partido en lugar de hacerlo por el candidato, y son convencidos por la propaganda electoral o las falsas promesas de los políticos. Quienes no han alcanzado la edad de votar están -a menudo- más capacitados para elegir al mejor candidato que aquellos que pueden hacerlo. Por lo tanto, la edad no debería ser el parámetro que marca la pauta para el derecho de voto.

Usualmente, el que un candidato sea o no electo, depende de la afiliación del partido, del patronato político, y de lo que gaste en campaña electoral. En algunos casos, también depende de prácticas antisociales. En todo el mundo, el dinero juega un papel dominante en el proceso electoral. Prácticamente en todos los casos, sólo quienes son ricos y poderosos pueden tener esperanza de un oficio electo seguro. En los países en los que el voto no es obligatorio, a menudo sólo un pequeño porcentaje de la población participa en el proceso electoral.

Los requisitos previos para el éxito de la democracia son: moralidad, educación, y conciencia social, económica y política. En especial, los líderes deben ser personas de carácter altamente moral, de otro modo el bienestar de la sociedad estará en peligro. Pero actualmente, en casi todas las democracias se eligen para el poder, personas de carácter dudoso y con intereses creados. Aun bandidos y asesinos se postulan para elecciones e integran el gobierno.

En casi todos los países del mundo las masas carecen de conciencia política. Políticos astutos y eruditos toman ventaja de esta falencia para confundir a la población y alcanzar el poder. Recurren a prácticas inmorales, como soborno, fraude electoral, manipulación de urnas y venta de votos, para quedar sin oposición en las elecciones. En consecuencia, el estándar de moralidad de la sociedad está disminuyendo, y la gente honesta y competente queda relegada al olvido. Los líderes morales tienen menos oportunidad de ganar las elecciones, porque los resultados electorales son arreglados mediante inducción financiera, intimidación y fuerza bruta. En el sistema democrático actual, todo tipo de prácticas inmorales y corruptas tienen oportunidad de pervertir a la sociedad. La esencia verdadera del sistema actual es que favorece a los capitalistas y expone la administración a fuerzas corruptas e inmorales.

La farsa de la democracia se parece a una función de títeres, en la que un grupo de políticos poderosos y ávidos mueven las cuerdas desde atrás del escenario. En las democracias liberales, los capitalistas manipulan los medios masivos como radio, televisión y prensa, mientras que en las democracias socialistas los burócratas llevan al país al borde de la destrucción. En ambas formas de democracia, existe muy poca oportunidad para que surjan en la sociedad líderes honestos y competentes, y virtualmente no hay ninguna posibilidad para la liberación económica del pueblo.

La democracia política se ha transformado en un gran mito para la población mundial. Promete el advenimiento de una era de paz, prosperidad e igualdad, pero en realidad crea criminales, alienta la explotación y arroja al pueblo hacia un abismo de dolor y sufrimiento.

Los días de la democracia política están contados. PROUT exige democracia económica y no democracia política. Para que la democracia sea exitosa, el poder económico debe estar en manos del pueblo, y debe garantizarse a todos la satisfacción de las necesidades mínimas de la vida. Esta es la única manera de asegurar la liberación económica de la gente. El lema de PROUT es: “Para terminar con la explotación exigimos democracia económica, no democracia política”.


Descentralización económica

En la democracia económica, los poderes económico y político están separados. Es decir, PROUT propone centralización política y descentralización económica. El poder político es asumido por los moralistas, pero el poder económico está representado en la población local. La meta principal de la administración es demoler todas las barreras y obstáculos que impiden la satisfacción de las necesidades de la población. La finalidad universal de la democracia económica es garantizar la satisfacción de los requisitos mínimos de la vida a todos los miembros de la sociedad.

La naturaleza ha sido lo suficientemente bondadosa como para proveer abundantes recursos naturales a cada región de la tierra, mas no ha dado pautas sobre cómo distribuir estos recursos entre los miembros de la sociedad. Este deber ha sido dejado a discreción e inteligencia de los seres humanos. Quienes se guían por la deshonestidad, el egoísmo y la mezquindad, malversan estos recursos y los utilizan para sus intereses individuales o grupales, y no para el bienestar de toda la sociedad. Los recursos materiales son limitados, pero los anhelos humanos no tienen límites. Por eso, para que todos los miembros de la sociedad vivan en paz y prosperidad, los seres humanos tienen que adoptar un sistema que asegure la máxima utilización y distribución racional de todos los recursos. Para lograrlo, tendrán que afianzarse en la moralidad, y luego crear un entorno adecuado para el florecimiento de la misma.

Descentralización económica significa producción para el consumo y no producción para la ganancia. La descentralización económica no es posible bajo el capitalismo, puesto que la producción capitalista siempre está tratando de lograr la máxima ganancia posible. Los capitalistas invariablemente producen a los más bajos costos, y venden a los más altos precios. Prefieren la producción centralizada, que conduce a la disparidad económica regional y a desequilibrios en la distribución de la población. Por el contrario, en la economía descentralizada de PROUT, la producción es para el consumo y para garantizar a todos la satisfacción de las necesidades mínimas de la vida. Todas las regiones tendrán amplias oportunidades de desarrollar sus potencialidades económicas, por lo que no se dará lugar al surgimiento de problemas relativos a una población fluctuante o a la superpoblación de centros urbanos.

A menos que un país alcance un desarrollo óptimo en la industria y otros sectores de la economía, es imposible que esté altamente desarrollado. Si más del treinta al cuarenta y cinco por ciento de la población está dedicada a la agricultura, existirá presión excesiva sobre la tierra. Un país en esas condiciones no podrá ser altamente desarrollado, ni podrá contar con un desarrollo equilibrado y descentralizado en todos los sectores de la economía. India es un ejemplo clásico de esto. Alrededor del setenta y cinco por ciento de la población depende de la agricultura para su subsistencia.

En algunos países democráticos como Canadá y Australia, un gran porcentaje de la población está dedicada a la agricultura. Aunque estos países estén considerados como desarrollados a nivel agrícola, dependen de países industrialmente desarrollados puesto que ellos mismos son países industrialmente subdesarrollados. Por ejemplo, Canadá ha sido tradicionalmente dependiente de los Estados Unidos, y Australia de Gran Bretaña.

En lo que atañe a India, mientras el setenta y cinco por ciento de la población esté dedicado a la agricultura, continuará la insoportable situación del pueblo. A cualquier país enfrentado a semejantes circunstancias, le será muy difícil cumplir con sus responsabilidades locales e internacionales. El poder adquisitivo de la población seguirá descendiendo, mientras que la disparidad económica seguirá aumentando. El entorno social, económico y político de todo el país degenerará. India es un claro ejemplo de todos estos males.

Por lo tanto, la descentralización económica no significa que la mayoría de la población dependerá de la agricultura para su sustento, o que los otros sectores de la economía quedarán sin desarrollarse. Más bien, cada sector de la economía debe esforzarse para alcanzar el máximo desarrollo, y todos los sectores deberán esforzarse para lograr la máxima descentralización.

En todos los países democráticos del mundo, el poder económico está concentrado en manos de unos pocos individuos y grupos. En las democracias liberales el poder económico es controlado por un grupo de capitalistas, mientras que en los países socialistas el poder económico está concentrado en un pequeño grupo de líderes del partido. En todos los casos se trata de un grupo de personas -cuyo número puede ser contado fácilmente con los dedos de las manos- el que manipula el bienestar económico de toda la sociedad. Cuando el poder económico esté en manos del pueblo, la supremacía de este grupo de líderes habrá finalizado, y los partidos políticos serán destruidos para siempre.

La población tendrá que optar entre la democracia política y la democracia económica. En otras palabras, deberá elegir un sistema socioeconómico basado en una economía centralizada o en una economía descentralizada. ¿Cuál elegirá? La democracia política no puede satisfacer las esperanzas y aspiraciones del pueblo, ni proveer la base para construir una sociedad humana fuerte y sana. El único camino para lograr esto es establecer una democracia económica.




Requisitos para una democracia económica


El primer requisito para una democracia económica es que todos deben tener garantizadas las necesidades básicas de la época en particular, incluyendo alimento, vestimenta, vivienda, educación y atención médica. Esto no sólo es un derecho individual, sino también es una necesidad colectiva, puesto que la fácil disponibilidad de los requerimientos mínimos aumentará el bienestar general de la sociedad.

El segundo requisito es que debe garantizarse a todos los individuos un poder adquisitivo creciente. En una democracia económica, la población local manejará el poder económico. En consecuencia, las materias primas locales serán utilizadas para promover la prosperidad económica de la población local. Es decir, las materias primas de una unidad socioeconómica no deben ser exportadas a otra. En lugar de esto, los centros industriales deben ser construidos en donde estén disponibles las materias primas. Esto creará industrias basadas en materias primas producidas localmente, asegurando empleo integral para todos los habitantes del área.

El tercer requisito es que el poder para tomar todas las decisiones referentes al plano económico, debe residir en la población local. La liberación económica es el derecho innato de todos los individuos. Para lograrla, el poder económico debe estar en manos de los habitantes de la zona. En la democracia económica, la población local tendrá el poder para tomar todas las decisiones de la economía, producir artículos según las necesidades colectivas, y distribuir todos los productos agrícolas e industriales.

El cuarto requisito es que debe impedirse estrictamente que los forasteros interfieran en la economía local. La fuga de capitales locales debe ser detenida; impidiendo rigurosamente que forasteros o habitantes fluctuantes participen en cualquier tipo de actividad económica dentro del área local.
Para el éxito de la democracia económica, se debe implementar PROUT y afianzar paso a paso el bienestar económico de todo el pueblo. Esto a su vez dará lugar a mayores oportunidades para la emancipación espiritual de los seres humanos.

Finalmente, debe recordarse que la democracia económica es esencial, no solamente para la liberación económica de los seres humanos, sino también para el bienestar universal de todos, incluyendo plantas y animales. La democracia económica ideará formas y medios para llevar a cabo el fácil progreso de la sociedad, mediante el reconocimiento del valor único que poseen todos los seres del planeta.

P.R. Sarkar
Calcuta, Junio de 1986