
Con una ubicación de privilegio, el noroeste argentino puede abastecer parcialmente al mercado nacional con frutales tropicales y subtropicales. “Producimos frutas tropicales de calidad”, aseguró Alejandro Murphy, gerente de la Asociación de productores de frutas y hortalizas. “Nuestro objetivo es que se conozca lo que producimos aquí en Salta: bananas, mangos, paltas, papayas y ananás, frutas que en su mayoría se importan”.
La fruticultura argentina tiene un rol motorizador en las economías regionales a lo largo de toda la cadena, desde la producción primaria hasta las industrias elaboradoras alimentos –jugos, aceites, esencias y dulces–. “Es una actividad competitiva y con enorme potencial”, indicó Murphy. José Minetti, director del INTA Yuto, destacó que desde el instituto trabajan para “desarrollar un producto con identidad argentina”. Esta iniciativa, ayudará a estimular la producción de banana, ananá, mango, palta y papaya. “Aunque sea difícil de creer, la Argentina tiene capacidades agronómicas para producir estas especies que hoy se importan”. En este sentido, el INTA Yuto junto con el gobierno de la provincia de Salta y la Asociación de productores de frutas y hortalizas de esa provincia formaron un cluster para impulsar el desarrollo del sector. “Para nosotros, el rol del INTA es fundamental para la consolidación de la producción, el desarrollo de cultivos genéticamente competitivos y de calidad”, explicó Murphy, representante del cluster. En Jujuy, el INTA tiene un centro de investigación especializado en los frutos tropicales. Según los expertos, lo primero es desarrollar variedades resistentes a las condiciones subtropicales imperantes en el norte argentino y desarrollar tecnologías de manejo. “Es que esta región es subtropical. Por lo tanto, más de una vez se corre el riesgo de que las cosechas se pierdan por las bajas temperaturas”, señaló Minetti. “El plan de competitividad que se impulsó desde el cluster incluye el desarrollo de prácticas para el control de heladas en estos frutales, entre ellas la poda, el riego y la cobertura de los cultivos”, agregó el director. Las líneas de trabajo planteadas incluyen la mejora de calidad, competitividad, sanidad e incremento de la producción de las frutas tropicales para garantizar la oferta y su distribución de manera uniforme durante todo el año. “Nuestro objetivo –dijo el representante del cluster–, como asociación que representa a los integrantes del sector, es consolidar la oferta permanente para sustituir paulatinamente las importaciones”. Radiografía del sector El cluster está integrado por 70 productores salteños cuyas principales explotaciones están vinculadas principalmente con las frutas tropicales, como banana, papaya, mango, palta, ananá y maracuyá. Según la Asociación, unas cuatro mil hectáreas corresponden a la producción de frutales tropicales en la región, entre las que se destacan 3.500 hectáreas de bananos, unas 300 de mango y 40 de papaya, con un rendimiento promedio de entre 25 y 15 toneladas por hectárea, en el caso de banano. “Sabemos que el rendimiento promedio de las plantas está por debajo de lo ideal, por esto nos apoyamos en el INTA Yuto que es el centro de investigación especializado en los frutos tropicales. Mediante la implantación de variedades adaptadas y adecuadas, un manejo óptimo del cultivo, uso de coberturas y el control sanitario podremos duplicar los índices de frutos por planta”, concluyó Murphy.
El mango es una fruta producida en países tropicales y subtropicales, con una demanda en aumento en el mundo. La Argentina cuenta con condiciones favorables para su desarrollo y se estima que la zona apta para el cultivo suma unas 3.000 ha.
Sin embargo, se importa la casi totalidad de lo que se consume, aunque existen pequeñas superficies cultivadas, muchas de ellas no tecnificadas.
Dentro del área subtropical de Salta y Jujuy, la cosecha de mango se extiende desde mediados de diciembre hasta fines de abril, época en la que no existe salida de otros productos agrícolas en la región. La calidad de fruta es excelente y la presión de enfermedades es baja, ya que el invierno y la primavera son secos. Todas estas características hacen que este cultivo sea una alternativa rentable, tanto para el consumo interno como para la exportación.
El INTA Yuto, Jujuy, cuenta desde 1990 con una colección de 22 ecotipos locales y 16 cultivares introducidos, que permite evaluar atributos de la planta, el fruto y el momento de madurez. Además, se han efectuado estudios que indican que los rendimientos locales varían entre 12 y 15 tn/ha, resultando adecuados a las condiciones climáticas de la zona.
Estos trabajos de investigación abren el camino para el desarrollo de plantaciones comerciales -como las localizadas en el Departamento de Orán, Salta- que han comenzado abastecen el mercado interno con los cultivares Haden, TomyAtkins, Keitt y Kent.
