
Reconstruyen uno de los mayores impactos de asteroide en la Tierra

Sucedió hace 3.260 millones de años, mucho antes de los dinosaurios. Un asteroide de 58 kilómetros impactó contra la Tierra. Los científicos de la Universidad de Stanford Norman Sleep y Donald Lowe han reconstruido ese suceso cataclísmico con los datos disponibles. Lo que han encontrado es mucho peor de lo que imaginábamos. Esto es lo que pasa cuando un meteorito masivo choca con nuestro planeta.
Media hora de terremotos a escala global
El asteroide que impactó contra la tierra medía entre 37 y 58 kilómetros de ancho, tres veces más que el meteorito al que se le atribuye la extinción de los dinosaurios. Cuando impactó contra la Tierra se movía a una velocidad de 20 kilómetros por segundo.

El impacto generó ondas de choque en toda la corteza terrestre que se tradujeron en terremotos a escala global. Según los autores del estudio, la fuerza del impacto fue equivalente a un terremoto de 10,8 en la escala Richter cuyas ondas se propagaron a cientos de kilómetros.
Donald Lowe estudia la configuración geológica de la región sudafricana conocida como el Cinturón de rocas verdes de Barberton, una de las pocas zonas tan antiguas, que en ellas aún se pueden hallar efectos de los impactos de meteoritos de aquella época. Según este geólogo, el terremoto producido por el meteorito generó intensos seismos secundarios en todo el planeta durante al menos media hora. El terremoto de Fukushima, por tener una referencia, apenas duró cinco minutos.
De hecho, según Lowe, el impacto alteró completamente el sistema de placas tectónicas de la zona. En otras palabras, que la configuración actual de la corteza terrestre fue modelada, en parte, por aquel meteorito.

La colisión abrió un cráter de 478 kilómetros de diámetro, una marca dos veces y media más grande que el meteorito asociado a la extinción de los dinosaurios. La energía liberada tuvo que provocar Tsunamis de gran escala en todos los océanos del planeta.
Atmósfera en llamas y océanos hirviendo
A los terremotos y los Tsunamis hay que sumar los efectos atmosféricos. El meteorito de Chicxulub, al que se le atribuye la extinción de los dinosaurios, liberó mil millones de veces más energía que las bombas de Hiroshima y Nagasaki juntas.
Este meteorito era tres veces mayor, y el estudio calcula que sencillamente incineró toda la superficie terrestre. La atmósfera ardió, y la capa superficial de los océanos entró en ebullición. La enorme cantidad de polvo, roca vaporizada y partículas en suspensión que levantó el impacto oscurecieron el cielo durante años.
El meteorito no fue el único. Los investigadores calculan que, en esa era, la Tierra sufrió un intenso bombardeo. La mayor parte de las huellas de esos impactos ha desaparecido por efecto de la erosión, pero aún quedan zonas como en Sudáfrica y Australia que han permitido conducir este estudio, publicado en la revista Geochemistry, Geophysics, Geosystems.
