
Lo confieso: tengo un problema con la astrología.
En realidad siempre he tenido un problema con la astrología. A lo largo de mi vida he creído en muchas cosas, he dejado de creer en muchas cosas y he empezado a creer en muchas otras cosas.

Pero con la astrología no, no hay caso. La primera razón por la cual no puedo con la astrología es que siempre me ha gustado mirar el cielo. Supuestamente los astrólogos miran las estrellas, ven sus relaciones y sus cambios, y a partir de ahí nos cuentan algo sobre nuestra propia vida. Tal vez eso fuera cierto en la época de Babilonia pero ahora definitivamente no.

Hay más constelaciones en el zodíaco real de las que cuentan, y ninguna se pone tras el Sol cuando dicen los horóscopos. ¿Por qué nadie ha notado la presencia de niños distintos nacidos bajo la influencia fugaz de la constelación de la ballena? Las excusas que dan cuando una los acusa de no hacer lo que dicen suelen venir con la admisión de que en realidad jamás miran las estrellas. ¿Entonces, de qué estamos hablando?

Sin embargo, ese es mi primer problema con la astrología pero no el principal. El principal es que la gente que realmente cree en la astrología suele ser excesivamente prejuiciosa. No es que yo no sea prejuiciosa, lo soy, aunque me gustaría serlo menos. Pero la gente que cree en la astrología… Si sos tauro, sos terco, si sos leo, arrogante, si sos aries, con vos no me junto.

Y si vamos con los chinos, si sos rata, sos acaparador, si sos perro, sos fiel, si sos dragón, con vos sí me junto. Me gustaría escribir esto mejor, pero: what the fuck?! ¿Por qué? ¿Qué manía es esa? Todos los seres humanos nos parecemos en muchas cosas y somos diferentes en muchas cosas. Conocer a una persona para saber cómo es realmente lleva tiempo, y es probable que nunca la conozcamos bien porque no estamos dentro de sus cabezas y también porque las personas cambian.

Quizás porque fulano es escorpio piensas que es envidia su sincera admiración, o si es piscis, interpretes su silencio como timidez, cuando al fulano simplemente no le interesa hablar. Y además, todas esas cosas que se dicen de los signos, pueden aplicarse a todos, todos tenemos en nuestra vida momentos de decisión, de indecisión, de humildad, de arrogancia, de cobardía, de valentía. Algunos días somos más extrovertidos, algunos más introvertidos.

Con algunas personas somos tímidos, con otras hablamos hasta por los codos. A veces decimos la verdad, a veces mentimos, a veces hacemos las cosas bien y otras nos equivocamos, a veces queremos estar rodeados de gente y otras que nos dejen solos. Cuando nos sentimos seguros, todos podemos sonar soberbios y cuando tenemos miedo, achicarnos hasta volvernos niños. Cada uno de nosotros es único pero cada uno de nosotros se parece a todos los demás no en algunas cosas sino en muchísimas cosas.
Por eso tengo problemas con la astrología, porque quiero acercame a los demás sin asumir nada, y que cada uno se muestre tal cual es.



