
Título original: Es hora de contar a nuestros jóvenes toda la verdad sobre la universidad

Este artículo fue escrito por Karen Cates, profesora de negocios, administración de recursos humanos y comportamiento organizacional en el programa de MBA de la Northwestern Univeristy’s Kellog School of Management.
La idea de que el colegio es apropiado, e incluso esencial para todos, es un mito. Nos han dicho que no hay trabajos decentes sin un título universitario, mientras que el desempleo entre los recientes graduados es del 8,5 por ciento (en EEUU), de acuerdo al Instituto de Política Económica. Además, si profundizas en las cifras encontrarás que el 46 por ciento se considera “mal empleado”. Conclusión: Los egresados, en gran medida, están trabajando en ventas y como principiantes en recepción, trabajos que no requieren un título universitario.
Una leyenda que surgió de esto es que nunca ganarás suficiente para vivir al menos que tengas un título universitario. Esto es evidentemente falso. Nuestros gremios demandan empleados de calidad para seguir el ritmo con las demandas de una economía en recuperación. “La industria de la construcción de viviendas enfrenta una escasez crónica de trabajadores calificados”, se lamenta Jerry Howard, director general de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas. En muchas profesiones, los trabajadores pueden ganar tanto o más que alguien con un título en marketing o publicidad.
Lo cierto es que una educación universitaria no es prerrequisito para un sueldo atractivo. Trabajar instalando techos “tiene una jerarquía como muchas otras [profesiones]”, indica Bill Good, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Contratistas de Techos. Él nos cuenta que los trabajadores principiantes ganan de USD$10 a USD$15 por hora, mientras que los más experimentados pueden llegar a ganar USD$30 por hora. El capataz puede ganar cerca de seis dígitos, y el jefe del proyecto rutinariamente gana dentro de los seis dígitos. El gremio de Good incluso organiza un programa ejecutivo parecido a un MBA para sus miembros en la Escuela de Negocios de Kellogg, en la Universidad Northwestern.
Considerando los últimos avances en material e informática, la construcción y muchas otras profesiones se están complejizando y en muchos casos requieren nuevas habilidades cognitivas. “No consideramos que nuestros programas de mentores y entrenamiento pueden ser una buena alternativa para los individuos que no pueden o no quieran ir a la universidad”, comenta John Grau, CEO de la Asociación Nacional de Contratistas Eléctricos. “De acuerdo a la sofisticación de nuestro oficio y el alto nivel de entrenamiento requerido, un gran número de candidatos entran a nuestro programa de entrenamiento después de obtener un título universitario.”
Los gremios no son los únicos que ofrecen satisfactorias y bien pagadas alternativas a la universidad. En muchas carreras, el entrenamiento específico para la profesión sucede en el trabajo. Esto significa que sectores en crecimiento como la recepción, el cuidado de la salud y la tecnología médica no necesitan empleados graduados de la universidad. Necesitan empleados con el potencial para triunfar en sus programas educacionales específicos de la industria. Las ofertas tradicionales de las universidades simplemente no están pensadas para este tipo de enfoque.
Hemos creado un cierto mito alrededor del emprendedor, las escuelas de negocio ciertamente han ayudado a esto, al celebrar la perseverancia y el triunfo contra toda probabilidad para los pocos que llegan a la cima de su industria. Y eso está bien. Después de todos, somos una nación ambiciosa.
Pero no aprovechamos la oportunidad de celebrar las oportunidades de emprendimiento que ofrecen los oficios especializados para comenzar un negocio de servicios eléctricos, construcción de techos u otros a empresas de construcción o remodelación. Lo mismo sucede en sectores como la recepción y el cuidado de la salud.
Guiar a todos los colegiales hacia la universidad sin presentar otras alternativas viables limita su futuro, condena a muchos a fallar y sitúa a muchos en deudas innecesarias. La deuda universitaria en los Estados Unidos, ahora es de USD$1,2 trillones y continúa creciendo. Es segunda en la lista de las deudas privadas (detrás de la hipoteca pero más arriba de los pagos por automóvil y las tarjetas de crédito). Pagar estas deudas atrapa a los jóvenes por años y retrasa el comienzo de su adultez independiente. Considera que solo el 63% de los estudiantes que se inscriben en una licenciatura obtienen un título, y les tomará un promedio de seis años en hacerlo.
Seguir como ganado el camino a la educación superior previene que jóvenes capaces descubran una profesión que sea a su satisfacción, en los gremios y otros oficios. Y los puede dejar, de todas formas, necesitando entrenamiento externo, mientras buscan un empleo disponible. La universidad no es para todos, y elegir un camino alternativo no significa quedarse atrás.
