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La bomba Tsar. ¿alguna vez se preguntaron cuál fue la liberación simultanea de energía más poderosa producto de la mano humana? yo sí, y mi curiosidad me llevó a investigar y quedar sorprendido por lo que leí. Corría el año 1961 y la guerra fría amenazaba con calentarse rápidamente. Ambas potencias, y sus países satélites, transformaban la Tierra en un tablero de ajedrez geográfico nunca antes visto. Entre los juegos de espías, pujas economicas, guerras satélites y demás muestras de “quién era más macho” estaban las prubas nucleares. El resultado científico de estas pruebas importaba muy poco en realidad, eran hechas con la intención de decir “mi bomba es más grande que la suya”. Es así que la URSS creó la “tsar bomba”.



El 30 de octubre de 1961, la Unión Soviética detonó la bomba nuclear Tsar Bomba sobre el archipiélago de Nueva Zembla, en el norte de Rusia.

A día de hoy, esta es la mayor arma nuclear detonada.



Esta bomba tenía un poder de liberación de energía total de 100 megatones, unas 100 millones de toneladas de TNT -para que se den una idea de lo descomunal del poder de esta bomba, una bomba de 1 megatón puede hacer desaparecer a la isla de Manhattan del mapa. Actualmente la bomba promedio del arsenal de Estados Unidos, la W80, tiene 150 kilotones (unas mil veces menos)-. El nombre clave de la nueva bomba era “Ivan” y fue construida en sólo 15 semanas utilizando partes de otras bombas. Su funcionamiento era en base a etapas de detonaciones múltiples de bombas de Hidrogeno, es decir que eran varias bombas H explotando simultáneamente.



Apurados a trabajar velozmente, y cuando no con la manía que tenían los soviéticos de hacer las cosas a lo apurado, y todo atado con alambre, la bomba terminó pesando 27 toneladas métricas y un avión TU-95 tuvo que ser ampliamente modificado para poder cargarla. Tsar bombYa que era tan grande que no pasaba por las puertas de la bahía de carga. Diferentes medidas fueron tomadas para asegurarse de que los pobres pilotos volvieran a casa. Entre ellas pintar el avión con pintura reflejante -para disminuir el calor-; y anexarle un paracaídas a la bomba para darles tiempo de poner los motores a máxima potencia y alejarse lo más posible de la bola de fuego.



Después de la explosión, la superficie de la isla fue arrasada, y las rocas se derritió. Algunos informes indican que las ventanas estaban rotas en el norte de Finlandia y Noruega también.
En medio de las preocupaciones sobre la lluvia radioactiva, en 1963 los EE.UU., Reino Unido y la Unión Soviética firmaron el Tratado de Prohibición Parcial de obligar a todos los ensayos nucleares a estar bajo tierra.



Un equipo de investigadores, que fue enviado posteriormente a tomar fotografías del area, quedó impresionado al ver el paisaje surrealista de la zona. Rocas y estructuras se habían derretido y mezclado con el terreno formando una superficie plana que se expandía por 25 kilómetros.



Cálculos posteriores establecieron que si “Ivan” hubiera explotado con sus 100 megatones de energía la explosión podría haber desbalanceado el clima terrestre. A esto Estados Unidos respondió con una serie masiva de pruebas nucleares con bombas “menores” pero ya nunca más se volvió a largar una tan poderosa como “Ivan”.