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Tras el aplastante triunfo de Mayer, Berlocq define la permanencia




Mayer y su emoción por mantener a la Argentina con chances de no descender.
Leonardo Mayer jugó un tenis contundente y arrasó a Dudi Sela por 6-2, 6-1 y 6-4, victoria que permitió a la Argentina igualar la serie con Israel 2 a 2 y ahora necesita un triunfo más para ganar el repechaje que se juega en Sunrise para mantenerse en el Grupo Mundial 2015 de la Copa Davis.

Mayer, nacido en Corrientes y ubicado en el puesto 25 del ranking mundial de la ATP, disipó los densos nubarrones que se habían posado sobre el horizonte argentino y despachó a Sela (84) en una hora y 32 minutos, ante la algarabía de un puñado de 300 hinchas `albicelestes` que se hicieron oir en el Sunrise Tennis Club.

El correntino, el mejor jugador de la serie entre argentinos e israelíes, no vaciló, ganó su punto y así la definición se estiró al partido siguiente, que protagonizará Carlos Berlocq (67) y el inexperto Bar Botzer (776), para saber quien se adjudicará la foto del festejo final.

La serie había comenzado favorable a la Argentina con el triunfo de Mayer sobre Botzer por 6-4, 3-6, 6-2 y 6-1, pero luego llegaron las derrotas de Berlocq ante Sela por 6-3, 6-7 (5), 6-3 y 6-2, y la del dobles.

Horacio Zeballos y Federico Delbonis cayeron ante Jonathan Erlic y Andi Ram por 6-3, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3.

En ese contexto, Mayer salió a jugar con la presión de mantener a la Argentina en el grupo de elite de la Davis, y lució muy concentrado desde el inicio, con sus mejores recursos a pleno, es decir la derecha profunda y potente, y un servicio descomunal que le permitió ganar sus puntos de saque cómodo.

El correntino se llevó el primer set por 6-2 en 33 minutos con dos quiebres sobre el servicio de Sela, primero para 4-2 y luego para 6-2, merced a excelentes devoluciones que dejaron perplejo a su rival.

Mayer, muy concentrado en lo que debía hacer, ganó siete puntos seguidos y pasó de 3-2 a 3-0 en el segundo set, que fue el más corto de toda la serie, ya que lo ganó por 6-1 en apenas 20 minutos, lo que cambió el ánimo del banco argentino, donde el capitán Martín Jaite aspiraba a despedirse con el equipo en primera.

Mayer se transformó en un guerrero de vincha azul y consciente de que tenía su presa a mano, castigó una y otra vez con su derecha, sacó a la perfección y levantó al estadio, ya que el público le premió con un "Ole, Ole, Leo, Leo" y luego "Y pegue, y pegue Leo pegue", en reconocimiento a la potencia de su derecha.

El argentino cerró por 6-4 el tercer set y recién ahí apretó fuerte su puño y festejó como no lo había hecho antes, consciente de que su nombre había entrado en la historia por evitar el descenso, aunque claro está, resta que Berlocq haga lo suyo ante Botzer.