Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, diez años después
Las instalaciones montadas para la competencia lucen en estado de abandono casi completo.
En el oscuro rincón de un parque hay un recordatorio de que hace 10 años, Atenas fue el anfitrión de los Juegos Olímpicos. La demacrada estructura lleva la inscripción "gloria, prosperidad, sabiduría, victoria, triunfo, heroísmo, trabajo". Es ahí donde los dignatarios olímpicos en ese entonces plantaron un olivo con la esperanza de ser recordados en la posteridad.




Si bien ese pequeño teatro de mármol era entonces símbolo de pompa, es hoy emblemático del despilfarro de una olimpiada que dejó un legado ambiguo: un nuevo tren subterráneo, un nuevo aeropuerto y otras obras de infraestructura que mejoraron la calidad de vida en esta ciudad de 4 millones de habitantes, pero a la vez una enorme cantidad de escenarios deportivos construidos a la carrera y ahora en franco deterioro.




A medida que Grecia sufre una severa depresión, han surgido denuncias de que los Juegos fueron un proyecto demasiado ambicioso. Aunque economistas reconocen que no sería justo achacar la severa crisis económica a una competencia deportiva de 17 días, hay muchos que opinan que se desperdiciaron oportunidades, inclusive la oportunidad de reforzar la cultura deportiva del país. Es una lección que Brasil haría bien de aprender, ahora que se prepara para ser sede olímpica en 2016.







"No aprovechamos esa dinámica que creamos en el 2004", opina Pyrros Dimas, quien fue campeón levantador de pesas nacional y ahora es parlamentario socialista. "Simplemente cometimos el peor error de nuestra historia: apagamos todo, trancamos la puerta de los estadios, dejamos que se desmoronen y hasta allí llegó eso".







"Gastamos un montón de dinero en proyectos que ya no sirven o que se están derrumbando", expresó Dimas, que ganó su última medalla olímpica en una cancha de Atenas que es hoy un salón de conferencias. "Hubo proyectos que debían costar 2 o 3 millones de euros y que terminaron costando 13 o 14 millones. No hubo control".








Según cifras oficiales, los Juegos costaron unos 8.500 millones de euros, el doble del presupuesto inicial, pero una fracción insignificante comparado con la deuda de 320.000 millones de euros que el país acarreó después del 2008. El ex miembro del comité organizador Gianna Angelopoulos ordenó una investigación sobre el impacto económico total de los Juegos. La idea es comparar los gastos que se emitieron con las ganancias que se obtuvieron en cuanto a turismo, inversiones y empleo.




En Grecia, muy pocas de las estructuras construidas para las Olimpiadas de hace 10 años siguen en funcionamiento. Las canchas de bádminton fueron convertidas en una sala de conciertos, pero el estadio de ténis de mesa y gimnasia está en venta, y la cancha de vóleibol de playa casi no se volvió a usar, y recientemente fue saqueada.
La mayoría de las estructuras están cerradas con candado.



El terreno del antiguo aeropuerto de Atenas tenía media docena de canchas deportivas. Durante una década los políticos han estado discutiendo cómo usar la extensa propiedad, y mientras tanto las instalaciones han caído en la desidia. Hay enormes tuberías abandonadas cerca de la carretera. Aviones en desuso descansan cerca del lugar donde los arquitectos una vez soñaron con construir un enorme parque de diversiones. Este año, inversionistas privados ganaron un contrato para construir allí un centro residencial, comercial y vacacional, a un costo de 7.000 millones de euros.




Estas son las imágenes que fotógrafos de las agencias EFE, Reuters y Getty han podido tomar de las instalaciones de los Juegos Olímpicos diez años después.